Lo Covil (2.575 m) y Pic de Màniga (2.517 m) desde la Pista de Ribaleres

Paseo por las herbosas cumbres de la Serra de Màniga, la última estribación del Salòria

El Pic de Màniga desde Lo Covil

El alargado macizo de Salòria es uno de los más destacados del Pirineo catalán por la categoría de sus cumbres y por lo destacado de su posición, siendo además el punto culminante de la comarca de l’Alt Urgell. Aparte del pico homónimo y más ascendido, debido al escaso desnivel que se afronta desde el coll de Conflent, la parte más oriental del núcleo montañoso es bastante frecuentada por similares motivos al anterior, ya que el Port de Cabús, al cual llega una carretera asfaltada andorrana que termina ahí mismo, a 2300 metros, permite un acceso rápido y cómodo a este sector del macizo. 

En cambio, el sector más occidental es bastante menos visitado, a pesar de que ofrece similares vistas y es muy sencillo de acceder si se dispone de un todoterreno, pues varias pistas de explotación maderera surcan la montaña y llegan a una nada desdeñable altura de casi 2400 metros. También hay cumbres relevantes en esta zona, Lo Covil y el Pic de Màniga, que dominan el afamado Bosc de Virós, uno de los bosques más importantes y bonitos de Catalunya, paraíso de raquetas y otros deportes invernales. Estas montañas son la definición de montaña plácida y fácil, de iniciación, con vastas campas herbosas ocupando sus cumbres y lomas y de un tránsito muy cómodo, todo ello aderezado con una de las mejores panorámicas del Pirineo catalán. Por ello es una ruta apta para todo tipo de senderistas.

Ficha técnica

Longitud: 12 km

Desnivel: 730 m

Altura mínima: 2.130 m

Altura máxima: 2.576 m

Dificultad técnica: Nula

Track en Wikiloc

Mapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix

Acceso

El punto de acceso dependerá de donde se quiera llegar con el coche por la pista que sube a la montaña de Alins. Si no se quiere hacer nada de pista forestal, se puede dejar el coche en el mismo pueblo de Alins, lo que aumentará el desnivel considerablemente, unos mil metros más. También se puede acceder al refugi del Gall Fer, en el Bosc de Virós, por una pista en mucho mejor estado, en parte asfaltada, pero esto implicaría cambiar la ruta propuesta aquí. Desde el refugi del Gall Fer sale una pista que también llega a la parte alta de la montaña, pero presumo que está en similar estado a la que sale desde Alins. 

En nuestro caso, desde el mismo pueblo de Alins cogimos la carretera de Tor que seguimos un poco más de kilómetro y medio. De repente, aparecerá la pista a mano derecha señalada con el indicador del Mirador de Cassós. Antes de llegar al mirador, tomaremos un nuevo desvío a mano izquierda y, pasado un rato de pista, tomaremos el desvío a mano derecha. A partir del Mirador de Cassós el estado de la pista no es muy bueno pero es decente, con un coche no muy bajo y con cuidado se puede llegar a cualquier sitio. Nosotros aparcamos bastante altos, para ahorrarnos el máximo de pista posible y en un sitio suficientemente ancho para poder aparcar sin entorpecer el paso, concretamente en la bifurcación que conduce al Circ de Finestres, pero se puede llegar casi a los 2400 metros. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace a Google Maps.

Fotodescripción

Empezaremos a andar sobre la pista que íbamos siguiendo, aún dentro del denso Bosc de la Montanya. Esta pista gana altura suavemente y nos permite empezar a calentarnos en una fría mañana de otoño, pero con un cielo espléndido y una atmosfera límpida.

Tras una larga recta llegamos a una curva sobre los abismos que caen al Barranc de Buscalledo, donde también hay un repetidor, punto de ruta importante porque nos va a servir de referencia a la vuelta. 

Mientras vamos subiendo apaciblemente por la pista podemos ir viendo como la mole del Monteixo impide que el Sol llegue a la Vall Ferrera, de la que tenemos una vista privilegiada.

Tras un rato de ir en dirección este, volvemos a girar en la última curva que realizaremos en la subida, ya que tras un rato de seguir la pista por fin la abandonaremos para empezar a subir por la loma norte de Lo Covil.  Ya en la parte alta de la pista, el bosque cede su protagonismo a los pastos.

En el montículo boscoso que tenemos justo abajo está el cruce donde hemos dejado el coche.

En la curva donde la pista entra en la vertiente de Màniga, vemos un hito que señala el inicio de un sendero, que tomaremos para empezar a ascender a Lo Covil. Sin embargo, se puede empezar a subir por casi cualquier sitio debido a la comodidad del terreno.

La penumbra sigue cubriendo la Serra de Màniga, con el Pic de Màniga, última cumbre de nuestra jornada coronando el Bosc de Virós.
Las grandes y oscuras cumbres del Circ de Finestres, con el cónico Salòria, máxima altura del macizo, en su extremo derecho.

El inicio de la loma norte de Lo Covil es algo empinado pero muy ancho y de terreno muy amable. Solo hay un cota rocosa en toda la loma y se puede esquivar por todos lados. 

Desde la prominencia rocosa, vemos los grandes pastos que cubren la cumbre de Lo Covil. Descendemos un poco a un pequeño collado y pasamos a terreno más herboso y suave, pero aún en fuerte subida.

Vamos subiendo por unas vaguadas que descienden entre las distintas cotas de la montaña hasta que llegamos a la parte norte de las campas cimeras.

Vemos como más allà de Lo Covil, la Serra de Màniga desciende en dirección oeste, elevándose ligeramente en el Pic del Coll del Covil, un modesto pico en medio del cordal.

Vista atrás desde la parte alta de la ladera herbosa que hemos ascendido.

Llegamos a este curioso altiplano, situado a más de 2500 metros, donde hay distintas puntas. La más alta se encuentra en la parte más occidental y está coronada por un pequeño hito.

Por terreno llano nos dirigimos hacia la parte oeste de la cumbre, donde encontraremos la punta más alta.

Ya vemos el hito cimero de Lo Covil.

Las vistas desde la cumbre, que ya llevamos largo rato viendo, ahora son aún más extraordinarias por la altura ganada. Al este el Lavans, el Medacorba y el Comapedrosa, pico más alto de Andorra asoman por detrás del Sanfonts.

Hacia el oeste, el Port de la Bonaigua separa el macizo de Beret con Aigüestortes.

La mole de la Torreta de l'Orri, ya en la sector más meridional del Pallars Sobirà, acompaña al Pic de Màniga.

El Sotllo y la Pica d'Estats, de un blanco refulgente, asoman por detrás de la Serra del Monteixo.

El gran Salòria, pirámide perfecta, cumbre más alta del Alt Urgell.
Como nos queda un buen rato de transitar por la panorámica loma, no nos apena movernos. Vamos andando en dirección sur, por lo alto de la loma que conduce primero al Pic del Coll de Covil y, más alejado y mucho más destacado, el Pic de Màniga, objetivo final de nuestra excursión.

La cara sur de Lo Covil, tan ancha y suave como la norte.

Hacia el sur destacan los monumentales macizos del Cadí y el Port del Comte, al otro lado del valle del Segre.

Al fondo del valle de Santa Magdalena, les Bordes de Conflent.

Llegamos a los pies del Pic del Coll de Covil, cumbre secundaria del macizo, que ascendemos rápidamente por una ladera pedregosa de moderada pendiente.

Cumbre del Pic del Coll de Lo Covil.

Empezamos a descender la ancha loma oeste de la cumbre para llegar al Coll de Covil, que nos separa del Pic de Màniga.

Llegando al collado, vemos más cercano nuestra última cumbre del día, que sigue la tónica de la sierra en general, redondeada y herbosa.

Aún así, tiene bastante más roca que el resto de la sierra y su ascenso es lo más empinado que haremos en el día de hoy.

Encarando la parte final del ascenso a la cumbre, muy sencillo.

Ya tenemos la cumbre del Pic de Màniga muy cercana.

La cumbre es ancha, llana y pedregosa, pero unos metros más al oeste se transforma en una afilada cresta. Luego se ensancha de nuevo hasta que llega hasta el Farro, por encima de Tírvia, el pueblo más importante de la zona. Desde esta cumbre hemos ganado perspectiva sobre el valle de Glorieta e incluso llegamos a ver la Noguera Pallaresa, muy al fondo del valle.
Desandamos nuestros pasos hasta el Coll del Covil pues tenemos que llegar a la pista de nuevo, que vemos a los pies del Covil.

De nuevo en el collado, vemos las dos primeras cumbres que hemos hollado en esta jornada. Desde el Coll de lo Covil nos dirigimos hacia el norte, pues debemos llegar a una pista que transita a media altura de las montañas que hemos pateado y que, si la seguimos, nos conducirá hasta el coche.

Abandonamos el sendero que sale del collado y nos dejaría en la pista pero en un punto más bajo. Nosotros trazamos una diagonal por la cara norte de la sierra, esperando mantener altura para llegar a la pista lo más altos posible.

Primero vamos andando por terreno bastante amable, prados y bosques incipientes. 

Sin embargo, poco a poco nos vamos encontrando con pedreras cada vez más empinadas.

Llega un punto donde nos encontramos con una pedrera totalmente helada que resulta impracticable, así que decidimos bajar directamente a la pista aprovechando una parte más herbosa.

Tras un descenso bastante incómodo, por fin vemos la pista bajo nuestros pies, a una altura de 2300 metros. Ahora tocará ganar unos 100 metros de altura para llegar al cambio de vertiente, que vemos al fondo, donde la abandonaremos para seguir la arista que baja del Covil.
El Barranc de Buscallada, que nace justo donde estamos, desciende más de 1000 metros de desnivel hasta unirse a la Noguera de Vallferrera.

Empezamos a andar por la pista, recuperando la altura que hemos perdido en el descenso del Pic de Màniga.

Ahí tenemos la curva del repetidor donde tenemos que llegar siguiendo la arista, atajo que nos ahorrará bastante distancia.

Acercándonos al cambio de vertiente donde emprenderemos el descenso por la arista, justo en el punto más alto de la pista.

Sin sendero, empezamos a bajar por la arista, con buenos abismos a nuestra izquierda.

A medio trecho de la bajada, entramos en el bosque, muy húmedo y con bastantes árboles rotos, que nos hacen dar varios resbalones.

Periódicamente nos vamos acercando al borde de la pared para ver cuanto nos queda hasta la curva del repetidor, que ya vemos cercana.

Habiendo finalizado el descenso por la arista, vista atrás de la misma y de Lo Covil, con la pista en lo alto.

Ya en la pista, sabemos que nos queda poco rato para llegar donde hemos dejado el coche, que ha estado bien guardado bajo la atenta mirada del Monteixo en todo momento.