Robiñera (3.001 m) desde la Plana de Petramula

 El rojizo escudero de la Munia: el Robiñera

La vasta cara sur del Robiñera desde la subida al Collado de las Puertas

El Robiñera es uno de los tresmiles de la Munia, con la particularidad de que es el único que está totalmente dentro de las fronteras de España y, además, es el único que queda fuera del monumental circo de Troumouse, no formando parte de la soberbia cresta que culmina en la Munia. El Robiñera es una montaña voluminosa y aislada al sur del macizo principal, apenas superando la mágica cifra por unos pocos metros. Su roja mole es visible desde bastantes partes del Pirineo central, entre la Munia y las Tres Sorores, surgiendo abruptamente desde el fondo del valle de Petramula y Barrosa para luego culminar en una alargada y llana cima, donde hay una breve pero fácil cresta apta para todo el mundo con una mínima experiencia de montaña.

Es considerado uno de los tresmiles más fáciles del Pirineo, por su casi nula dificultad y corto desnivel desde Petramula, por lo que de bien seguro nos encontraremos a gente intentando coronar su cumbre para poder ver las impresionantes vistas que ofrece del valle de Pineta y de gran parte del Pirineo axial, además de un primerísimo plano de uno de los grandes del Pirineo por su cara sur, la Munia. 


Ficha técnica

Longitud: 8,8 km

Desnivel: 1.100 m

Altura mínima: 1.920 m

Altura máxima: 3.003 m

Dificultad técnica: Algún paso de I en la cresta, que puede ser incluso evitable.

Track en Wikiloc

Mapa de la ruta realizada tomada en el visor Iberpix

Acceso

El punto de partida de esta excursión es la Plana de Petramula, a la que es obligatorio (al menos eso dice el ayuntamiento, bajo pena de multa) acceder en todoterreno. También es obligatorio comprar un ticket de acceso a esta pista, en una máquina expendedora en las piscinas de Bielsa. El ticket es diario, por lo que si se quiere dormir allí, se deben comprar dos tickets. 

Aviso a navegantes: cuando fuimos nosotros, la máquina no funcionaba, por lo que seguimos adelante sin ticket. Como no podía ser de otra forma, al bajar de la cumbre nos encontramos con multa, en nuestro coche y en el de los más de 20 que había por allí. Al bajar a Bielsa y tras esperar a que abriera el ayuntamiento para reclamar y explicar nuestra situación (bastantes horas más tarde, horario de verano) se nos comunicó que se había acabado el papel de la máquina (!!!) y que si pagábamos la tarifa no habría ningún problema. Así funciona este país...

La pista de Petramula sale del pueblo de Chisagües. Sin entrar al pueblo, la pista nace en la parte alta y continúa, en un estado decente, hasta llegar a unas bordas (donde si no tienes todoterreno te obligan a dejar el coche) y, tras una fuerte subida, a la Plana de Petramula, donde aparcamos. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace a Google Maps

Fotodescripción 

Tras dejar el coche en el aparcamiento de Petramula, debemos volver a la pista, donde en la misma curva sale un sendero indicado con el nombre de Glaciares de la Munia. El sendero, bien trazado en todo momento, asciende desde el primer momento con decisión y cruza en primer lugar el barranco de las Puertas para encaramarse a la ladera sur del Chinipro.

En la primera parte de la ascensión, en la que avanzamos en dirección contraria al Robiñera, domina esta perspectiva soberbia del Comodoto con una pose cervínica.

Tras unas zetas, giramos 180 grados en dirección, ahora ya sí, al inmenso triángulo cimero del Robiñera, con varios estratos de distintos colores. El camino, muy bien trazado y sin pérdida, va rodeando el Chinipro por su cara sur por unos inclinados prados en dirección al boquete del collado de las Puertas.

El camino sube por la pala sur de la Punta de las Puertas y luego lo bordea por el este.

La Punta de Monesma y las Tres Marías empiezan a recibir la luz del amanecer.
Mientras nos vamos acercando al Robiñera, el barranco que se hunde hacia Petramula se va acercando más al camino pero sin pasos vertiginosos. Cuando ya estamos muy cerca del collado de las Puertas, tenemos que hacer alguna trepada muy sencilla debido a unos roquedos en la ladera de la Punta de las Puertas.

Con la Munia y el auténtico collado de las Puertas al fondo, tenemos que descender a esta vaguada por un sendero que abandona el del collado de las Puertas.

Luego utilizaremos un claro camino que sube a un collado entre dos promontorios y que luego aprovecha una terraza herbosa para situarse en el centro de la cara sur del Robiñera.

La terraza herbosa nos dirige a una descompuesta canal que nos plantará en la parte superior de las rocas blancas que vemos en la foto. Superada la canal y de nuevo en diagonal hacia el centro de la pala, nos dirigimos por otro tramo herboso hacia una pequeña prominencia en medio de la pared, que es un balcón de roca blanca característico y que nos va a servir como referencia en la bajada.

Desde el balcón de roca blanca que hay al final de la canal por fin podemos ver de primera mano la magnitud de la inmensa y monótona cara sur del Robiñera. Afortunadamente, un trazo nos permite ascenderla con bastante comodidad mediante zigzags. En pocas ocasiones he visto un camino tan trillado que llega a una cumbre tan alta.
El balcón de roca blanca es una buena referencia tanto en la subida como en la bajada.

Poco a poco vamos ascendiendo por la cara, utilizando ahora la Punta de las Puertas como referencia de altura.

El sendero avanza por el centro de la pala hasta que, tras superar unos estratos rocosos, va tendiendo hacia la derecha para llegar, ya muy cerca de la antecumbre, a la arista de las Sobresplucas, que nos permite ver el valle de Barrosa por primera vez

Uniéndonos a la arista SE del Robiñera, que viene de la Punta de Sobresplucas. Al fondo, el valle del Río Real y el de Pineta avanzan paralelos 

Justo en el momento en el que se une a la arista, la vuelve a abandonar para cruzar toda la cara sur, más estrecha ahora, en dirección a una canal situada a la izquierda del casquete somital.

Esta canal requiere de trepadas muy elementales y no tiene ninguna dificultad, dejándonos en la cara oeste de la montaña.

Una vez en la cara oeste, avanzaremos por una ladera rocosa bastante empinada hasta ganar la cumbre secundaria y la cresta somital. 

Tras unos metros de sencilla trepada por la cara oeste, salimos por fin al inicio de la cresta somital. La cumbre nos espera al final de la misma.

Aún quedan 300 metros de cresta, fácil y ancha y con apenas unos pasos de trepada muy sencillos. Primero los andamos hasta que aparece una ancha brecha, a la que descendemos.

Superamos un breve murete descendiendo un poco más y, en pocos minutos llegamos a la blanca cumbre del Robiñera, otro color más en la cuenta de esta diversa montaña. 

El mayor de los ibones de la Munia, cuyas aguas llegan hasta Pineta pasando por los afamados llanos de la Larri.

Un pequeño helero en la cara este, único resto de lo que hace años debía ser el glaciar de Robiñera.

Nuestra mirada es atraída inmediatamente por lo que tenemos enfrente, la negra mole de la Munia, uno de los reyes del Pirineo, teniéndola tan cerca que incluso divisamos a montañeros ascendiéndola por su cresta oeste.

Sin embargo, un muro totalmente vertical nos separa de ella.

Otro de los paisajes estrella de esta cumbre es el valle de Pineta al completo, culminando en las Tres Sorores y el agudo Astazu despuntando en el cielo.

Más al oeste, se pueden ver los tresmiles de Panticosa y el Vignemale.

Al otro lado, el Cotiella, la Llardana y los Eristes hacen de muro visual, aunque se llegan a ver despuntar las cumbres de la Maladeta.

Recorrida la cresta en sentido contrario, nos volvemos a meter en la cara oeste para situarnos al inicio de la canal.

Descendida la canal, entramos de nuevo en la larga cara sur.

Poco a poco nos vamos acercando al diente blanco donde nos escaparemos de la pala.

En el sendero de la terraza herbosa dirigimos nuestros pasos hacia el Collado de las Puertas.

Solo nos quedará ascender unos pocos metros para coger de nuevo el sendero que nos llevará a Petramula.

Nos despedimos del Robiñera, que ya queda muchos metros por encima de nuestras cabezas.

La Plana de Petramula, con el Cotiella de fondo, pone punto final a nuestra excursión.