Roca Corbatera (1.163 m) desde Albarca

 La cumbre más elevada del místico Montsant

La imponente cara sur de la Roca Corbatera, cuya cumbre asoma ligeramente por encima de la pared de los Cingles de Sant Joan.

El mágico macizo del Montsant tiene una forma que se asemeja a una punta de flecha, quedando el vértice en el extremo más oriental, precisamente donde queda su cumbre más alta, la Roca Corbatera. Ambos lados de esta punta están protegidos casi en su totalidad en grandes paredes de conglomerado que son la característica principal de esta sierra. El lado inferior lo conforma la llamada Serra Major, que va descendiendo en altura suavemente hasta fundirse con los viñedos que cubren todo el Priorat. En contraste, el lado superior apenas pierde altura hasta que se hunde abruptamente en el valle del Riu Montsant, que en su parte inicial forma el espectacular Congost de Fraguerau, uno de los lugares más bonitos de Catalunya.

La Roca Corbatera sigue la tónica del resto de las cumbres del macizo, que a diferencia de su contorno y profundidades, son más bien discretas o incluso irrelevantes, pues al mantener la mayor parte del macizo la misma altura destacan más bien poco por encima del cordal, teniendo casi todas las cotas del macizo una prominencia irrisoria, con alguna excepción. Sin embargo, el hecho de estar en el vértice más oriental del Montsant, hace que su cabeza pelada sea muchas veces visible, levantándose por encima de las paredes que protegen el macizo.

En esta reseña se detalla el ascenso a la cumbre del Montsant por su vía normal, desde el pueblo de Albarca. Al ser esta ruta poco más que un paseo debido al escaso desnivel, se propone realizar una bonita circular con el propósito de complementar este ascenso con la visita a la Cova Santa, uno de los lugares más espirituales del Montsant y descender hasta la preciosa ermita de Sant Joan del Codolar, aún habitado por una ermitaña. Y es que el Montsant, como ya indica el nombre, es uno de los lugares más sagrados y místicos de toda Catalunya y le envuelve una aura que en bien pocos lugares se puede palpar.

Ficha técnica

Desnivel: 600 m

Longitud: 12,6 km

Altura mínima: 730 m

Altura máxima: 1.163 m

Dificultad técnica: Nula. Breves pasos de trepada en el ascenso a la Roca Corbatera, sin apenas dificultad.

Track en Wikiloc

Mapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix

Acceso

El inicio de esta ruta es el pueblo de Albarca, al que se llega desde Ulldemolins o Cornudella de Montsant por la carretera C-242 o desde Prades por la C-324. En la parte final del pueblo hay un aparcamiento de tamaño medio. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace de Google Maps.

Fotodescripción

Cerca del final del pequeño pueblo de Albarca se encuentran varios parkings habilitados, desde donde empiezan buena parte de las excursiones a la parte más oriental del Montsant, que vemos enfrente. Empezamos descendiendo unos metros...

...hasta llegar al Collet Roig, importante bifurcación de caminos.

El que nos interesa sigue de frente, rodeando este espolón de arenisca, material que predomina en esta zona del Montsant, contrastando con el reino de conglomerado que es este macizo.

El sendero (GR), señalizado como el que va a la ermita de la Mare de Déu del Montsant atraviesa ahora este terreno baldío, teniendo que poner las manos en alguna ocasión en algún resalte de arenisca.

Tras superar los muretes de arenisca el GR esquiva la Punta del Corb por la derecha, ascendiendo sin grandes pendientes.

Poco a poco Albarca va quedando atrás y abajo, a medida que ganamos altura, cosa que también nos va dotando de vistas de la Serra de Prades, que empieza a asomar en el horizonte.

Pero la principal mejora en cuanto a perspectiva es sin duda la ganada hacia el oeste, pues vemos como nos acercamos a la muralla oriental del Montsant. Como se puede observar, la sierra es bien monótona por arriba y apenas destacan cumbres en su cresta. Una excepción notable se puede divisar en la parte derecha de la foto, donde aparece la segunda gran cumbre del Montsant, la bicéfala Punta del Llurba.

Tras avanzar por un terreno muy degradado, llegamos al Collet de les Forques, que antecede a la Punta del Corb.

El sendero pasa unos metros por debajo del collado y se interna brevemente en el bosque para desaparecer...

...cuando se une a la pista que, asfaltada en algunos tramos, se dirige a la parte alta del Montsant, dirección que comparte con nosotros.

Vale la pena mirar hacia el norte para apreciar la cuenca donde se aloja el bonito pueblo de Ulldemolins, rodeado de pelados y agrestes cerros. Al fondo, con su blanco teñido de gris por el desapacible día, el lejano Pirineo.

La pista avanza ahora a toda cresta mientras se dirige a un potente espolón que aparentemente impide el tránsito a la parte somital del macizo.

Pero la pista avanza bajo este bonito cortado para dirigirse a uno de los graus (pasos) principales de la sierra, el Grau del Montsant, situado entre el mencionado espolón y las paredes de la Punta de la Serra Major, la antecima meridional de la Roca Corbatera.

Así, con suma facilidad, entramos en el Pla del Grau, ya en el apacible interior del macizo, radicalmente distinto a sus brutales contornos. En el centro de este rellano nos espera un poste de direcciones, desde el cual...

...sale el sendero deseado, que conduce a la Roca Corbatera.

La cumbre, nada raro en el Montsant, está defendida por varios cortados, el primero de los cuales lo esquivamos trazando una diagonal por el bosque y siguiendo marcas amarillas.

Tras superar un pequeño y sencillo paso de trepada el sendero principal sigue hacia arriba pero por el borde del cortado aparece un caminito que vale la pena seguir durante unos metros.

Y es que este sendero ofrece una buena perspectiva de las caprichosas agujas que se desprenden del cortado principal y que forman impresionantes torres completamente aisladas.

Tras un breve tránsito por este sendero, repentinamente se corta al borde de una imponente pared, en un privilegiado balcón sobre la punta de flecha que forma el extremo oriental del Montsant, que es justo por donde hemos accedido al mismo.

Más al norte, encaramada en la cresta septentrional del Montsant aparece la ermita de la Mare de Déu de Montsant mientras en el lejano horizonte se distinguen desde el remoto Collarada hasta las sombrías Tres Sorores, en una degustación del excelso panorama que contemplaremos en unos minutos.

Retornando al sendero principal superamos una última trepada por el conglomerado, sencilla igual que todas las otras de la jornada.

Tras esta última trepada el sendero entra en terreno más suave mientras nos acercamos a la cara sur de la Roca Corbatera, la más agreste de todas.

En nuestra aproximación vemos por primera vez el pueblo de Cornudella de Montsant, el más grande de la zona, que en la foto se encuentra en la vertical del pantano de Siurana, en un estado deplorable debido a la grave sequía.

Más allá de las últimas estribaciones de Prades, de un fulgor cegador, el Mediterráneo se extiende hasta el infinito.

El sendero nos lleva hasta el mismo borde de la pared meridional. Debemos bordear toda la Punta de la Serra Major hasta llegar al otro lado de la misma, ignorando un sendero que atravesando una puertecilla de conglomerado se dirige hacia el norte.

Ya en la cara oeste de nuestra cumbre, decidimos visitar primero la Punta de la Serra Major, la antecima meridional de la Roca. Para ello, andamos por un difuso sendero directamente hacia la pelada cima.

Vale la pena acercarse a esta modesta cumbre, puesto que se tienen mejores perspectivas hacia el sur que desde la propia Roca Corbatera. Así, vemos magníficamente los alargados riscos de la Gritella y, de fondo, la Serra de la Mussara, la frontera montañosa que nos separa de la llanura del Baix Camp y Tarragona.

Hacia el este, más allá del Montsant, la montaña pierde potencia hasta volver a levantarse en el lejano extremo meridional de Catalunya, donde aparece la silueta inconfundible...
...del monumental Caro, techo de Tarragona y del macizo dels Ports, nexo de unión entre la Cordillera Costera Catalana con el Sistema Ibérico.
Tras este breve repaso de los panoramas, nos espera el objetivo principal de la jornada, la Roca Corbatera.
Descendemos escasos metros hasta el collado que separa las dos cumbres para plantarnos en unos segundos...
...al vértice que corona la pelada Roca Corbatera, techo del Montsant y de la comarca del Priorat.

Como no podía ser de otra forma, esta cumbre tiene una impresionante vista del salvaje interior del Montsant, cuyas alomadas y monótonas crestas de conglomerado se separan por profundos y agrestes barrancos, en los que portentosas agujas compiten con grandes paredes en espectacularidad.

El pequeño pueblo de Albarca, desde donde hemos salido esta mañana, con las montañas de Prades de fondo destacando su cumbre más alta...

...el Tossal de la Baltasana, poco espectacular a nivel estético pero de las montañas más importantes de Catalunya a nivel orográfico.

Finalmente, echamos un vistazo hacia el norte, donde la Serra del Curull es la última representación montañosa hacia el norte antes de llegar a la gran Plana de Lleida, donde el llano va a predominar largos kilómetros hasta elevarse de nuevo el Prepirineo y el Pirineo, de los cuales tenemos unas vistas dilitadísimas. En días claros se ven desde el Puigmal y el Canigó, en el extremo más oriental de Catalunya, hasta el Bisaurín, casi tocando a Navarra. Casi nada.

Empezamos el descenso por la loma oeste de la cumbre, comenzando nuestro tránsito por la Serra Major.

Rápidamente dejamos atrás la modesta elevación de la Roca Corbatera, en un entorno que empieza a ser desolador.

Aunque el sendero avanza por la parte alta de la Serra Major, decidimos desviarnos para ir por su parte más externa.

Para ello aprovechamos un pequeño barranco al fondo del cual se aloja el Pla del Meloner, un bonito rellano donde se alojan los escasos árboles que resisten en la dura Serra Major.

En el Pla del Meloner recuperamos el sendero y avanzamos de nuevo hacia el oeste.

En la parte izquierda de la foto, bajo la aplanada cumbre, se encuentra la Cova Santa, una de las numerosas cuevas que se encuentran por el Montsant y, sin duda, la más famosa. Vale mucho la pena acercarse a la misma.

Por este claro sendero descenderemos, pero antes...

...nos acercamos a la Cova Santa, guiados por un palo indicador metálico que se levanta en lo alto.

Desde la señal metálica simplemente tenemos que avanzar unos metros hacia la izquierda para encontrarnos...

...con la entrada a la gruta. La parte inicial es la más estrecha y nos obligará a ir en cuclillas pero rápidamente el techo se eleva y podemos avanzar de pie sin ningún problema hasta llegar a un punto donde se estrecha de nuevo. Pero la Cova Santa sigue bastantes metros, hasta unos 200, recorridos por los espeleólogos.

Tras esta visita y de nuevo bajo la luz solar, tomamos el camino que hemos visto antes y que se dirige, con marcas de GR hacia este punto donde el terreno se hunde un poco.

En la parte más baja de este hoyo nos encontramos con un importante indicador, que nos señala el inicio del Grau del Tomaset, el paso que nos permitirá descender de la Serra Major.

El sendero nos va acercando al contorno exterior del macizo, intuyéndose el vacío que hay detrás.

En este primer tramo debemos sortear varios bloques desprendidos del risco de conglomerado.

Y, de repente, la maravilla. Al habernos apartado del cuerpo del macizo tenemos esta bestial perspectiva de las coloridas paredes que protegen toda la longitud del Montsant y que convierten esta sierra en una de las más mágicas que hay en toda Catalunya.

Tenemos ya a la vista la empinada pendiente que nos descenderá hasta la base de la sierra, pudiéndose apreciar la parte inferior del sendero a la derecha de la fotografía.

Antes de bajar, el sendero nos lleva hacia el este, para poder divisar la gran pared meridional de la Roca Corbatera y los cingles de Sant Joan, con sus varios estratos cortando la endiablada pendiente de la ladera hasta llegar a las paredes superiores.

Al fondo de esta inclinada ladera, escondida entre bloques caídos de la pared y el bosque, se puede divisar la ermita de Sant Joan del Codolar, con sus bonitos cipreses. Hacia ahí nos estamos dirigiendo.

El descenso, con Cornudella a nuestros pies, es rápido pero incómodo por la gravilla producto de la erosión del conglomerado que domina en toda la zona y que nos obliga a prestar atención para evitarnos resbalones.

Llegamos al sendero que habíamos visto desde lo alto del Grau...

...concretamente desde ahí arriba.

En este punto, para evitar posibles pérdidas, esta flecha y un hito nos señalan el inicio del sendero a Sant Joan del Codolar.

Descendemos por el cada vez más frondoso bosque de pinos por un claro sendero.

Llegamos finalmente al precioso rincón donde se aloja la ermita, lugar de reposo y reflexión durante siglos en el que aún se aloja una amable ermitaña que saluda a todos los visitantes del lugar. Sin duda un lugar que invita a la contemplación, ya sea del mundo interior o del exterior.

Tras un merecido descanso nos disponemos a volver a Albarca. Para ello, tomamos un sendero que sale de la parte trasera de la casa de la ermitaña, donde encontramos ya un indicador que nos dirige al pueblo. De este mismo punto sale la ruta más impresionante para hollar la Roca Corbatera, la que pasa por el Grau dels Tres Esglaons, una vertical e intensa excursión que conduce a lo más alto del macizo previo paso de tres pasos equipados, que superan a sus correspondientes Esglaons o resaltes.

Nosotros ya hemos coronado la Roca, así que ignoramos el desvío y empezamos nuestro largo rodeo a la sierra por su base, en el conocido como Camí de la Llisera.

Atrás queda Sant Joan del Codolar y sus cipreses. Al fondo resalta contra el cielo el Grau del Tomaset, por donde hemos descendido de la Serra Major.

El Camí de la Llisera es un constante sube y baja, pues va atravesando todos los espolones y barrancos que caen de la Serra Major.

De la Punta de la Serra Major cae un vistoso desprendimiento, algo muy habitual aquí en el Montsant.

El sendero pasa justo por debajo de este desprendimiento, causado por la caída de grandes bloques desde la pared de arriba de los que aún quedan restos de notable tamaño.

El gran rellano erosionado del fondo es Lo Segon Coll, collado del cual nos separa multitud de subidas y bajadas que a estas horas de la jornada ya se empiezan a hacer pesados.

Situados bajo un gran talud de tierra llegamos al rellano, poblado por numerosos bloques.

En el Segon Coll podemos desviarnos por el Camí dels Cartoixans hacia Cornudella pero nosotros seguimos hacia Albarca.

Ahora sí, dejamos atrás las alturas de la Serra Major y...

...empezamos nuestra andadura hacia el Primer Coll, el siguiente rellano que vemos al fondo, a los pies de la Punta del Corb.

El tránsito hacia este collado es más rápido que el anterior y desde el mismo ya vemos Albarca muy cercana.

Una breve andadura por un terreno ya mucho más erosionado y nos plantamos en el Collet Roig, el collado que precede a Albarca, cuyas casas están a apenas unos minutos.

Llegamos finalmente al pueblo y mientras nos preparamos para irnos no podemos evitar dar un último vistazo, ahí arriba en la Serra Major, a la pelada cumbre de la Roca Corbatera, cumbre de uno de los macizos más especiales que conozco, el mágico Montsant.