Punta dels Pins Carrassers (1.052 m) y Congost de Fraguerau desde la ermita de Sant Antoni

 De las profundidades a las alturas del Montsant

La Punta dels Pins Carrassers vista desde Sant Bartomeu de Fraguerau

El mágico macizo del Montsant tiene una forma que se asemeja a una punta de flecha, quedando el vértice en el extremo más oriental, precisamente donde queda su cumbre más alta, la Roca Corbatera. Ambos lados de esta punta están protegidos casi en su totalidad en grandes paredes de conglomerado que son la característica principal de esta sierra. El lado inferior lo conforma la llamada Serra Major, que va descendiendo en altura suavemente hasta fundirse con los viñedos que cubren todo el Priorat. En contraste, el lado superior apenas pierde altura hasta que se hunde abruptamente en el valle del Riu Montsant, que en su parte inicial forma el espectacular Congost de Fraguerau, uno de los lugares más bonitos de Catalunya.

La Punta dels Pins Carrassers es precisamente la cumbre donde empieza esta vertical caída. Siendo la montaña más septentrional del Montsant, su afilado pico es fácilmente distinguible desde la lejanía, más aún estando al lado del boquete del río Montsant. En sus laderas se encuentran de los parajes más famosos y espectaculares de todo el macizo: en la vertiente de Fraguerau se encuentran formaciones rocosas montserratinas como el Bisbe o los Tres Jurats mientras que en la cara sur de la montaña, la que cae sobre el Barranc dels Pèlags, se hallan los Ventadors, unos curiosos plegamientos rocosos, paralelos unos a otros, que cubren toda la vertiente meridional de la montaña y que seguramente sean el paraje más único y magnífico de todo el Montsant.

En la ruta de hoy visitaremos todos los lugares anteriormente descritos, puesto que primero descenderemos a las profundidades de Fraguerau, desviándonos para visitar la ermita que le da nombre y observando sus agujas, para luego ascender por los Ventadors hasta la misma cumbre, donde podremos disfrutar de una grandiosa vista del Priorat y de la sierra del Montsant.

Ficha técnica

Desnivel: 750 m

Longitud: 11,5 km

Altura mínima: 490 m

Altura máxima: 1.062 m

Dificultad técnica: Algún paso de trepada sencillo (I-I+) en la entrada de los Ventadors. El camino por este lugar tiene algún paso algo expuesto y con bastante patio.

Track en Wikiloc

Mapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix

Acceso

El punto de inicio de esta ruta es la ermita de Sant Antoni, a la que se llega desde el pueblo de Ulldemolins. Es un lugar bastante frecuentado por lo bonito del lugar y por la presencia de distintas barbacoas públicas, por lo que conviene llegar temprano para encontrar sitio en el aparcamiento que hay al lado de la ermita. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace a Google Maps.

Fotodescripción

Empezamos la ruta en la ermita de Sant Antoni, una de las muchas que hay en el Montsant pero a la que, a diferencia de la mayoría, se puede llegar en vehículo. La ruta sale del mismo parking, primero por pista, pero que iremos abandonando a lo largo del descenso hacia el Riu Monstant por un sendero que va atajando las numerosas curvas de la pista.

El itinerario que vamos a hacer está bien marcado en todo momento y seguido por un buen sendero. Según el cartel la dificultad es alta por los tramos expuestos de los Ventadors.

Si miramos a lo alto, vemos las rotas paredes de conglomerado que defienden casi en toda su longitud el Montsant, en este caso la Punta de la Galera.

La pista va descendiendo hacia el Riu Montsant, primero con suavidad y por un bonito bosque.

En ocasiones el sendero se separa de la pista para atajar las curvas que hace el carril.

Cuando llegamos cerca del Coll del Prat el paisaje se despeja y podemos ver...

...la complejidad mineral del Congost de Fraguerau, horadado por el Riu Monsant. A la izquierda, su punta más destacada, la Sella.

El sendero empieza a bajar fuertemente hacia el congosto por una terrosa ladera.

Antes de entrar en la profundidad del cañón, echamos un vistazo a la cumbre que vamos a coronar hoy, la altiva Punta dels Pins Carrassers, la última del Montsant antes de que el macizo se desplome sobre el congosto.

Bastante cercanos al desfiladero, la pista entra de nuevo en la foresta, pero nosotros la abandonamos por este sendero marcado por un hito.

El sendero, bastante ancho, ataja significativamente por dentro del bosque.

Nos unimos de nuevo a la pista en un tramo asfaltado que es la antesala de su final puesto que desaparece al llegar...

...a les Cadolles Fondes, un sector muy angosto del desfiladero donde el río ha ido horadando cuevas y pozas en las paredes que lo encajonan, el primer punto de interés del maravilloso Congost de Fraguerau.

El recién nacido Montsant aparece a poco más de un kilómetro hacia el norte para entrar en el desfiladero, cada vez más delimitado por grandes paredes.

El Riu de Montsant erosiona las numerosas paredes de conglomerado que lo encauzan y forman caprichosas formas.

Un muy buen sendero recorre todo el desfiladero hasta llegar a Margalef y es el que utilizaremos para acercarnos a los Ventadors.

Aunque el Riu Montsant esté rodeado de un denso pinar, que el sendero esté a media altura nos permite ver los roquedos y agujas que dominan ambas vertientes del cañón...

...como los Tres Jurats Petits, que vemos al fondo y que culminan uno de los múltiples brazos de la Putna dels Pins Carrassers.

El sendero a veces pasa por estrechos pasillos entre las moles de conglomerado y el frondoso bosque que ocupa la totalidad de Fraguerau.

Al otro lado del río destacan grandes torres rocosas que acompañan el Riu Montsant en su largo camino hacia Margalef. Quedándonos solo en el Congost de Fraguerau ya podríamos hacer una excursión lo suficientemente bonita, y por lo fácil y bien indicado del sendero es una ruta que recomendaría a todo tipo de públicos y edades.

Encontramos un primer desvío que señala el camino que desciende hacia el Racó de la Pastera. Nosotros seguimos por el sendero superior. 

Un tramo sin árboles nos permite ver el brutal Racó de la Pastera, con una cueva que se asemeja a una gran puerta en su parte derecha.

Otro bonito roquedo, éste con forma facial. La diversidad de formas y roquedos de este congosto es verdaderamente impresionante. 

Llegando al desvío de Sant Bartomeu, vemos al fondo la aguja conocida como el Formatge, tras la cual empieza el sendero que sube als Ventadors.

Por encima de nuestras cabezas, la gran pala norte de la Punta dels Pins Carrassers.

Tras rodear varios meandros, salimos del sendero principal y nos desviamos para ir a otro de los puntos de interés del desfiladero: la ermita de Sant Bartomeu de Fraguerau, que le da el nombre al congosto. Enfrente tenemos el estrecho valle que nos lleva al Racó de Sant Bartomeu, en el centro del cual está la ermita. La entrada al valle está defendido en cada lado por la Cadira, que vemos a la izquierda de la foto, y el Camell.
 Aunque un puente colgante nos permitía atravesar cómodamente el Riu Montsant, el temporal Gloria, que se cebó en esta zona, se lo llevó por delante. Ahora debemos destrepar un muro de conglomerado y atravesar el río, hoy apenas un riachuelo, por unas tablas de madera. 

El sendero, al principio emboscado pero que se aclara rápidamente, se va internando en el vallecito a medida que este se va estrechando.

Aunque no vemos la ermita hasta que nos encontramos delante de la misma, sabemos que está debajo de la vistosa visera extraplomada que observamos al fondo.

Cercanos a Sant Bartomeu, la llera del barranco se torna pedregosa y el sendero se pierde, pero numerosos hitos nos permiten seguir el camino con comodidad.

Justo antes de la ermita, el sendero entra en una especie de pasillo rocoso que debemos atravesar.

Repentinamente nos encontramos con la ermita de Sant Bartomeu, en un entorno mágico. La ermita, de casi mil años de antiguedad pero reformada recientemente, está en un entorno absolutamente espectacular, con paredes extraplomadas rodeando la edificación y, con la altiva Punta dels Pins Carrassers como telón de fondo.

En una pared cercana a la ermita, una balma protegida por muros aloja una vivienda bajo la roca, un tipo de edificación muy común en esta zona y en otras donde predomina el conglomerado.

El espacio interior es bastante grande y se pueden apreciar las distintas habitaciones que formaban la vivienda, seguramente ocupada por pastores o por el ermitaño.

Desde la parte exterior de esta balma, una terraza que hace las veces de mirador nos permite contemplar con una muy buena perspectiva las caprichosas formas de los roquedos que nos rodean.

Al otro lado del Riu Montsant, podemos observar la gran masa boscosa de la Punta dels Pins Carrassers, cumbre que hollaremos unas horas más tarde.

Aunque la ermita esté cerrada, su entorno más próximo es una preciosidad.

Si levantamos la cabeza observamos la visera que hemos visto desde el barranco y que domina la ermita.

Tras esta visita, tenemos que desandar todo el camino por el barranco de Sant Bartomeu para retornar al camino del Congost de Fraguerau.

De nuevo en el camino principal y tras avanzar un rato, nos encontramos con el desvío clave. Por abajo llegaríamos a Margalef, recorriendo todo el desfiladero, por arriba nos dirigiremos a la Punta dels Pins Carrassers y els Ventadors.

El sendero emprende un ascenso sin paliativos por lo que rápidamente dejamos abajo el Riu Montsant y su camino.

Mirando atrás, el laberinto conglomerado de Fraguerau y las fabulosas torres, destacando el Bisbe, que flanquean el río.

En la otra vertiente del río, siguen dominando las redondeadas formas del conglomerado.

No encaramos directamente el ascenso sino que vamos en dirección a la arista W de la Punta dels Pins Carrassers, poco definida tras la ladera arbustiva. 

Se distinguen bien las tres cabezas rocosas de la Sella, dominando la vertiente septentrional de Fraguerau.

Llegamos a la arista en una especie de collado, tras el cual el terreno se hunde. Debajo de la pared que estamos coronando, vemos l'Engolidor, brecha entre los estratos de roca por la cual se escurre las aguas del Barranc dels Pèlags.
 
El Barranc dels Pèlags asciende hasta lo más alto del Montsant, flanqueado en su inicio por los Castells, en la foto, y por los Ventadors, que ahora recorreremos.

A pesar de que no tendremos una buena perspectiva de los Ventadors, puesto que iremos por su interior, si que vemos formaciones geológicos similares, con estratos que van recorriendo la ladera, paralelos unos a otros y trazando espectaculares ondulaciones y líneas en un paisaje que parece sacado de un cuadro.

Tras gozar de las vistas, toca seguir con el ascenso, que se torna más duro y rocoso. A toda arista y siguiendo marcas rojas e hitos, vamos subiendo por el conglomerado. La arista está invadida por la carrasca y otros arbustos en su inicio, pero se torna pedregosa muy rápidamente. El sendero encamina nuestros pasos hacia la proa rocosa que se ve en lo alto.

Mucho más cómodo es el ascenso cuando andamos por la roca, al lado del abismo que cae hacia el Barranc dels Pèlags.

En un momento dado las marcas nos hacen abandonar la arista para sortear un desplome.

Ahora toca ir a media ladera por la roca para esquivar el corte en la arista.

Al final de este flanqueo, las marcas rojas nos obligan a hacer un destrepe por el conglomerado, que realizamos con cuidado.

En lo alto, vemos la tortuosa cresta que ha guiado nuestros pasos desde el principio de la arista y que marca el inicio dels Ventadors. La proa rocosa es bien vistosa, con estratos que se aplastan y encabalgan unos sobre otros y parece que será el final de nuestro camino, dada la aparente imposibilidad de continuación...

Vista atrás del corte que nos ha obligado a bajarnos de la arista.

Nos dirigimos a uno de los estratos, el más transitable (que no menos empinado) para seguir ascendiendo en el tramo más vistoso del ascenso y también el más intenso, puesto que el avance por el conglomerado es duro y muy empinado.

Vemos como a nuestra derecha, otra faja de conglomerado se une a sus compañeras. El conjunto de ellas es lo que formará la maravilla geológica dels Ventadors.

Vista atrás a lo que llevamos realizado de arista (se pueden apreciar las marcas de pintura rojas que nos van guiando). De fondo, casi marea observar los infinitos estratos dispuestos paralelamente que hacen único este lugar.

Cuando parecía que ya no podíamos seguir por la arista por la pared de fondo, un estrecho pasillo se abre entre dos estratos y nos permite entrar en la cara sur de la Punta dels Pins Carrassers.

Dejamos atrás la brecha por la que hemos abandonado la arista oeste de la cumbre y nos internamos en su cara sur, en los Ventadors.

Ahora debemos avanzar por el estrecho pasillo que se forma entre dos de los estratos de los Ventadors. Al principio avanzamos por encima de una ralla de conglomerado, más ancha que la mayoría, pero pronto el camino se vuelve aéreo.

Y es que estamos en un lugar abrupto y espectacular. Aunque no tengamos la mejor perspectiva de los Ventadors, puesto que estamos en su interior, si que se puede apreciar las decenas de estratos recorriendo paralelamente la ladera de la montaña. Una auténtica maravilla.

En nuestra travesía tenemos una buena vista del tramo intermedio del Barranc dels Pèlags, donde la Mola separa el Barranc del Parral, dominado por la Punta Pericana del resto dels Pèlags, que va subiendo hasta alcanzar el desierto de la Serra Major, que se aprecia al fondo a la derecha.

Nosotros seguimos avanzando por los Ventadors, en un constante subibaja mientras andamos bajo los desplomes de los estratos de conglomerado.

Pasamos ahora por el tramo más estrecho y expuesto del camino...

...que está asegurado por un cable destensado que a mi parecer es totalmente innecesario, además de que está a ras de suelo y sirve de poco.

Vista atrás, se puede apreciar la verticalidad del terreno y lo aéreo que resulta el sendero, que va por una estrecha faja con un ambiente brutal, puesto que hay mucho aire entre nosotros y el fondo del Barranc dels Pèlags, que serpentea 300 metros por debajo de nuestros pies.

Tras el paso expuesto, la faja se ensancha y asciende con más decisión, preludio del cercano final.

Cuando llegamos al final de los Ventadors, el terreno se suaviza repentinamente. Dejamos atrás la última cota de la arista oeste, bajo la cual se observa el sendero por el que hemos subido.

Al otro lado del Barranc dels Pèlags podemos apreciar perfectamente la Llibreria, con sus tomos perfectamente ordenados...

...y también el Pont Natural, aunque no muy claramente por la mala perspectiva.

La achaparrada cumbre de la Punta dels Pins Carrassers contrasta...

...con los abismos que dejamos atrás.

Dejamos a nuestra izquierda el sendero hacia el Grau de Cornaleda, otro de las vías de ascenso a la Punta dels Pins Carrassers...

...y nos acercamos a su cumbre.

Tras un corto ascenso por un terreno algo más empinado y pedregoso...

...nos plantamos en la cumbre de la Punta dels Pins Carrassers.

Nuestra mirada se dirige primero hacia el sur, donde la cresta del Montsant sigue hasta llegar a las mayores alturas de esta sierra, la Serra Major...

...donde se encuentra la cumbre más alta del macizo, la Roca Corbatera que sigue la tónica de la mayoría de cumbres del macizo, achaparrada y poco destacada entre el homogéneo interior del Montsant.

Al este, el bonito pueblo de Ulldemolins en medio de su cuenca rodeada de montañas.

Y hacia el oeste, de donde venimos, el resto del Montsant, en su sector más salvaje e inhóspito, con peladas cumbres separadas por profundos barrancos.

Bajamos hacia el este, donde empieza el camino que recorre toda la cresta septentrional del Montsant hasta la lejana Roca Corbatera.

Pero apenas lo seguimos unos metros, puesto que en el primer collado un indicador señala el inicio del Grau del Llop, por donde descenderemos del Monsant.

Como la mayoría de graus de la sierra, su inicio es abrupto, obligándonos a destrepar constantemente.

El camino va en ocasiones por debajo de bonitas balmas, que quizás fueron el refugio de los últimos lobos de la sierra, y es que supuestamente aquí en el Grau del Llop es donde se vieron por última vez, de aquí su nombre.

Un denso bosque cubre las faldas septentrionales del Monsant. Tras este primer tramo más vertical, el camino se dirige ya más suavemente a la terraza rocosa que surge entre la foresta, llamada la Trona.

La Trona es un fabuloso mirador de la Punta dels Pins Carrassers y del Grau del Llop.

Zoom sobre la caprichosa pila de bloques que forman la cumbre...

...y del vistoso corrimiento de tierra que hay en su falda.

También se ve muy bien el tramo inicial del Congost de Fraguerau.

Pero toca seguir con el descenso, internándonos de nuevo en el bosque.

Cuando vemos cerca el Coll del Prat sabemos que el descenso se va terminando.

Llegamos por fin a la balsa de Sant Antoni, desde donde quedan apenas unos metros para llegar a la ermita homónima, donde cerramos la impresionante circular que hemos trazado hoy por lo más salvaje del mágico Montsant.