Matagalls (1.697 m) desde Coll Formic y retorno por Sant Segimon

El Matagalls: una clásica entre clásicas 


El Matagalls es segundo en importancia de los macizos del Montseny, solo por detrás del formado por el Turó de l'Home i les Agudes. Mucho más voluminoso que el primero, este conjunto montañoso está formado por la cumbre del Matagalls (la principal) y distintas lomas que salen hacia todas direcciones excepto hacia el noreste, donde la montaña se desploma bastantes centenares de metros para formar la Riera Major, en la vertiente más agreste de esta masiva montaña. Estas aristas que se desprenden desde la cumbre son en su mayoría bastante largas y están jalonadas de distintas prominencias, algunas de cierta importancia y la gran mayoría con nombre, los turons del Matagalls. Separando estas lomas aparecen profundos barrancos que caen hacia las bases de esta imponente montaña, que puede ser vista desde muchísimos lugares de Catalunya y que la han convertido en una de las más famosas del territorio.

Esta fama también se debe a que es el punto de inicio de la famosa travesía Matagalls-Montserrat, que cubre la distancia entre estas dos legendarias montañas en menos de un día, travesía que se realiza desde el año 1972 en honor a una primera travesía realizada por Mossèn Jaume Oliveras, uno de los pioneros del excursionismo en Catalunya, en 1904. Aparte de esto, la facilidad para llegar a la Creu del Matagalls, levantada en la misma cumbre en honor a otro ilustre capellán y excursionista catalán, el Mossèn Cinto Verdaguer, provocan que esta cumbre sea una de las excursiones más realizadas en toda Catalunya, convirtiéndola en una clásica entre clásicas.

Ficha técnica

Desnivel: 840 m

Longitud: 11.5 km

Altura mínima: 1.144 m

Altura máxima: 1.697 m

Dificultad técnica: Nula. En todo momento se va por senderos o pistas bien marcados.

Track en Wikiloc

Mapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix

Acceso

El Coll Formic està en lo más alto de la tortuosa carretera que une Sant Celoni con Seva y la Plana de Vic. Hay varios parkings alrededor que se suelen llenar rápido. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace a Google Maps.

Fotodescripción

La ruta de hoy empieza en el Coll Formic, que a pesar de ser temprano ya se encuentra casi lleno. Cruzamos la carretera que lo corona para llegar al inicio del sendero que conduce a la cumbre, con varios indicadores aportando información sobre la zona.
Tras pasar por el lado de la Creu dels Carlins, el camino empieza a ascender con fuerza por la cara sur del Turó d'en Bessa.

Atravesamos un tramo boscoso, donde el sendero desaparece bajo las hojas que han caído de los árboles. Aún así el sendero sigue siendo claro.

Tras superar el bosque, el panorama se abre y podemos ver parte de la ruta de ascenso. Recto arriba el camino continua en dirección al Turó d'en Bessa, cuya caseta se ve en lo alto. A la derecha, el Turó Gros, por donde pasaremos más tarde.

Tras cruzarnos con una pista, seguimos ascendiendo por la ladera, con la clara referencia de la torre eléctrica que hay en mitad de la misma.

A unos 100 metros del Turó d'en Bessa el sendero principal empieza a girar hacia la derecha, hacia el Pla de la Barraca para continuar el camino hacia el Matagalls. Nosotros seguimos rectos hacia la cumbre.

Vista atrás de lo realizado hasta ahora. Se puede ver como el Coll Formic separa el macizo del Matagalls con el del altiplano de la Calma y sus llanas cumbres.

Tras pasar bajo el tendido eléctrico, quedan solo 50 metros de desnivel, los más empinados pero aun así cómodos, esquivando arbustos y ascendiendo por un terreno rocoso y herboso.

No tardamos en llegar a la cumbre del Turó d'en Bessa, algo afeada por la presencia de esta caseta.

Tras el Turó de Sant Miquel, el último que vamos a ascender en la ruta de hoy, observamos el mar de niebla que cubre la Plana de Vic, con los blancos Pirineos Orientales como telón de fondo.

El masivo Matagalls aparece en lo alto del Torrent dels Rentadors. El camino hacia su cumbre lo rodea ascendiendo por los turons que lo bordean por la derecha.

Sin sendero pero sin necesidad de tenerlo, abandonamos por praderas el Turó de'n Bessa que dejamos rápidamente atrás. Ascendemos al irrelevante Turó del Pla de la Barraca, que separa los dos prados de este rellano y desde el que vemos la primera cumbre de la jornada.

Enfrente tenemos el frontón grisáceo del Turó Gros, que será el ascenso más duro de la jornada de hoy. 

Nos unimos al trillado camino que viene del Coll Formic y que hemos abandonado para ascender a los dos turons previos a este masivo Turó Gros.

La subida es fuerte y transita por una pendiente pedregosa, que el camino asciende en diagonal hacia la derecha.

Desde arriba tenemos esta privilegiada vista del núcleo principal del Matagalls...

...con la cumbre más alta del macizo y la que le da nombre en una posición central. Se distingue la cruz que corona la cima y bastante gente en su alrededor.

La alargada cumbre del Turó Gros, algo separada del camino que transcurre por su vertiente izquierda. Distinguimos la siguiente colina que ascenderemos antes del Matagalls, el Turó de l'Estanyol.

El Coll Formic, punto de inicio de la ruta de hoy, separa el macizo del Matagalls del tercero y último en importancia del Montseny, el macizo del Pla de la Calma.

El Montseny es un faro de la Catalunya oriental y central y es que sus masivas cumbres son varios centenares de metros más altas que todo lo que las rodea en muchos kilómetros. En esta foto vemos las cumbres principales de la Catalunya central: la Mola coronando Sant Llorenç del Munt y, más lejano, el inconfundible perfil de Montserrat.
Desde el Turó Gros descendemos al Collet de l'Estanyol, desde el cual el ascenso al Turó de l'Estanyol es un paseo por las praderas. El siguiente ya es el Matagalls.

Descendemos al Coll de Llops y nos unimos al sendero. Al otro lado del barranco, el Turó de la Bandera, segunda cumbre del Matagalls.

Hemos ascendido bastante y hemos dejado atrás el Turó de'n Bessa, cuya caseta aparece nítidamente resaltada frente a los pueblos de Osona. Al fondo, otras grandes montañas catalanas: Sant Mamet y el Montsec, ya en tierras lleidatanas.

Desde el Coll de Llops restan algo más de 100 metros de desnivel para el Matagalls, por terreno algo rocoso y salpicado de arbustos que es atravesado por el trillado camino.

A media subida, vista atrás sobre parte del camino recorrido, distinguiéndose las colinas del Turó de l'Estanyol y el Turó Gros.

Tras el profundo boquete del río Tordera, el tercer macizo del Montseny marca la frontera meridional de este sector montañoso.

Cuando la pendiente se tumba, la grandiosa Creu del Matagalls aparece en lo alto de la ladera.

Llegamos a la cumbre del Matagalls, una de las grandes montañas catalanas.
A diferencia de la suave vertiente sur, la cara norte del Matagalls es un profundo precipicio, con bosques y roquedos cayendo por el abismo hasta el pueblo de Viladrau, cubierto ahora por la caprichosa niebla.

Levantando la mirada hacia esa dirección, la muralla blanca del Pirineo destaca vívidamente en el horizonte, desde el Canigó hasta la Tossa d'Alp.

En cambio, hacia el sur y oeste nada ensombrece al Montseny por lo que casi todas las montañas en esa dirección son casi irrelevantes comparados con el macizo rey de la costa catalana. Hacia la derecha, la montaña pierde terreno hasta entrar en las llanuras de la costa gerundense. Sin embargo, en esa dirección y mucho más cercano se puede ver...

...el tremendo paredón de Les Agudes, la cumbre más bravía del Montseny...

...y también su cumbre más alta, el Turó de l'Home, una de las montañas más importantes de la Península Ibérica por su aislamiento y prominencia.

Tras el Turó del Samont, una de las últimas estribaciones del Montseny hacia el sur, las siluetas de la Cordillera Litoral son casi irrelevantes desde las alturas del Montseny. Pero detrás de las mismas se puede ver como el Sol refulge en el Hotel Vela de Barcelona, al igual que se distingue la fortaleza de Montjuic en medio de la capital catalana.

En esa dirección tenemos que empezar a descender, ahora por otra de las aristas que convergen en el Matagalls.

En la cumbre del Matagalls convergen hasta 4 aristas relevantes. Hemos ascendido por la suroeste, que viene del Coll Formic, pero ahora tomaremos la que surge inmediatamente al norte de esta, la occidental, que es la que se dirige a Sant Segimon y su santuario. Desde la cumbre empezamos a bajar hacia el oeste siguiendo el PR-C-205 que va hacia Sant Segimon y Viladrau por la arista occidental del Matagalls.

Tras cruzar el Pla del Vent, descendemos al Coll de la Font, donde vemos el Turó de Sant Segimon muy lejano. Mientras bajamos al collado observamos algunas de las lomas que convergen en el Matagalls: aquí vemos la arista que hemos utilizado para ascender al otro lado del Torrent dels Rentadors, con el Turó de'n Bessa al centro de la foto...

...también la arista de Sant Segimon, que es la que tomaremos...

...y finalmente el Serrat de la Creu del Matagalls, que se divide en dos antes de desplomarse sobre los bosques de la vertiente norte.

No tardamos en dejar atrás el gran domo del Matagalls, aún bien poblado de gente.

Mirando al frente pero aún bastante lejos, el Coll Saprunera y el Turó de Sant Segimon.

A pesar de que el terreno por el que transitamos sigue siendo suave, empezamos a ver como los barrancos que caen a nuestro alrededor empiezan a hundirse, y es que tienen que caer casi 1000 metros para llegar a los prados de la Sala, que llegamos a distinguir bajo al fondo del torrente.

Ya estamos encarados hacia el Turó de Sant Segimon. El sendero va perdiéndose y apareciendo, pero la dirección es bien clara y el terreno no puede ser más cómodo.

La cumbre del Matagalls ya ha quedado muy arriba, coronando el espectacular Torrent de la Font del Matagalls que separa el Serrat de la Creu del Matagalls del nuestro.

Tras un buen rato de descenso llegamos al Coll Saprunera, donde podríamos descender a la pista que conduce al santuario. 

Pero el PR sigue por la arista, aunque no asciende al Turó de Sant Segimon, la modesta cota que precede al Coll Saprunera y que ascendemos en un momento. Después seguimos el PR, ahora en dirección al último turó de la jornada: el Turó de Sant Miquel, que vemos resaltado frente a las masas boscosas del Turó de les Queredes y el Turó del Pou de'n Sala, las últimas estribaciones del Matagalls por el oeste.

Por terreno similar llegamos al Turó de Sant Miquel, al cual ascendemos en un momento para poder observar la colgada ermita de Sant Miquel dels Barretons, bien soleada en comparación con el tejado del mucho mayor Santuari de Sant Segimon, que vemos bajo la pared.

Muy atrás han quedado ya las alturas del Matagalls, como el Turó del Mig, que vemos al centro de la imagen. Y es que empezamos a estar en la frontera del macizo, y las alomadas aristas empiezan a caer con brusquedad.

Delante vemos como el Matagalls da paso a las modestas alturas de Osona, que en esa dirección sigue siendo agreste por la presencia del río Ter, que ha horadado bonitos desfiladeros.

Descendemos a Sant Miquel por un tramo algo vertical y rocoso pero con camino y llegamos a la ermita, totalmente en ruinas y muy poco conservada, pero con unas vistas privilegiadas y bastante aéreas al estar en uno de los bravíos farallones que caen del Turó de Sant Miquel.

Acercándonos al borde de la pared observamos el Santuari de Sant Segimon 70 metros por debajo en una caída casi vertical.

La ermita, en un estado ruinoso, está casi al borde de la aguja en la que se encuentra.

El Turó del Pou de'n Sala y su empinada pared boscosa cayendo sobre el Gorg Negre, última cumbre de cierta relevancia del Matagalls.

Sant Miquel dels Barretons y el Canigó separados 80 kilómetros.

Otra perspectiva de la posición de Sant Miquel dels Barretons comparada con la torre de Sant Segimon, que se aprecia en la penumbra.

Tras volver al PR, el camino entra en un terreno rocoso muy descompuesto y bastante empinado en lo que seguramente sea el tramo más incómodo del día. Afortunadamente, es corto y llegamos al Coll de les Tres Creus en un momento. 

Desde el collado y siguiendo la pista, en pocos minutos llegamos al Santuari de Sant Segimon, cerrado en esta mañana de diciembre, por lo que no podemos explorar su interior. 

Empezamos la larga vuelta por la pista, que no vamos a dejar hasta las cercanías de Coll Formic. Volvemos al Coll de les Tres Creus, que tiene un nombre bastante obvio.

Por aquí hemos llegado y por aquí iríamos si hiciéramos la circular en sentido contrario.

Pero ahora toca avanzar por la larga pista en dirección al Turó de'n Bessa y su caseta, que vemos muy lejos al fondo del barranco.

Esta parte, la más monótona de la excursión, se ve amenizada por la aparición de sorprendentes agujas en el fondo del Torrent dels Rentadors como esta, el Castellfitó, agujas que no son usuales en el Montseny.

Llegamos al punto donde vadeamos el Torrent dels Rentadors, que forma unos preciosos prados y bosques en esta zona.

El barranco sigue montaña arriba hasta llegar al Matagalls, que volvemos a ver en lo alto.

Cuando llegamos al punto más alto de la pista y cruzamos al Coll Formic, podemos ver por última vez las grandes panorámicas de este macizo, con el infinito Pirineo ocupando el horizonte tras el Turó dels Esqueis.

O la legendaria silueta de Montserray emergiendo como un barco fantasma entre la niebla que ocupa la Catalunya Central.

Finalmente, una última vista de la arista de Sant Segimon, que hemos utilizado para bajar y que se aprecia perfectamente con sus dos Turons y el Coll Saprunera en el centro de la foto...

...y también de la arista de Coll Formic, que hemos utilizado para ascender al gran domo del Matagalls, también en el centro de la foto.

Finalmente, tras un corto tramo de sendero, volvemos al concurrido Coll Formic y su restaurante, punto de partida de una de las ascensiones más famosas de Catalunya: el Matagalls.