Pica d'Estats (3.143 m) y Montcalm (3.078 m) por la via Gabarró

La gran cumbre catalana

La Pica d'Estats con sus tres cumbres (Verdaguer, Pica d'Estats y Punta Gabarró) y con el Rodó de Canalbona a la derecha desde el Estany de Sotllo

En lo más remoto del Alt Pirineu, en el punto más apartado del Pallars Sobirà y de Catalunya entera, donde las montañas tienen un carácter y un aislamiento que en pocos sitios de los Pirineos se pueden igualar, aparece un gigante de tres cabezas, oscuro y rojizo a la vez, rodeado de cumbres mucho menores que quedan empequeñecidas ante la irrupción de este coloso. Estoy hablando, naturalmente, de la Pica d'Estats, cumbre más alta de Catalunya y uno de los reyes del Pirineo.

La Pica d'Estats reina en este remoto rincón del Pirineo, lugar donde se encuentran los últimos tresmiles de la cordillera yendo hacia el este. Se trata de una montaña de proporciones contundentes, con una vertical cara sur surcada de canales y roquedos y una cara norte más escarpada aún excepto por un paso situado en la parte central de la montaña donde una suave ladera lleva hasta la misma cumbre de la Pica, lo que hace que su ascenso no tenga ninguna dificultad y que en verano la subida a la Pica d'Estats sea una romería.

Las dos vertientes de la montaña se juntan en una afilada cresta donde se levantan las distintas puntas de la montaña. Y es que se pueden distinguir hasta tres picos destacados, que dan lugar a la tricefalia de la Pica d'Estats: el Pic de Verdaguer (3.129 m), la Pica d'Estats (3.143 m) y la Punta Gabarró (3.115 m), unidos en una arista sencilla entre el Verdaguer y la Pica, fruto de esta suave ladera mencionada anteriormente y bastante más comprometida entre la Pica y la Punta Gabarró, ya que los abismos ya están presentes en cada cara de la montaña.

La Pica d'Estats desde la Punta Gabarró

En esta reseña se detalla el ascenso a la Pica d'Estats por la via Gabarró, es decir, pasando por la cresta entre la Punta Gabarró y la Pica d'Estats, que a cambio de una mayor dificultad (que se incrementó debido a las condiciones invernales de la cresta) tiene la ventaja de gozar de los increibles panoramas de la arista y también de poder ascender a un tresmil extra, el Pic Rodó de Canalbona. Regresando por la ruta normal, ascendemos al Montcalm (el otro tresmil principal del macizo junto con el Sotllo) y también a un tresmil "fantasma", el Cap de la Coma de Riufred, completando así la mejor manera de ascender a la montaña más importante de Catalunya y una de las más relevantes del Pirineo.

Ficha técnica

Desnivel: 1.860 m

Longitud: 23,1 km

Altura mínima: 1.800 m

Altura máxima: 3.143 m

Dificultad técnica: Pasos de I grado en la trepada a la Punta Gabarró. La cresta entre la Punta Gabarró y la Pica d'Estats tiene un par de  pasos de II+ grado algo expuestos y bastantes de grado I que nosotros encontramos en condiciones invernales, lo que aumentaba mucho la exposición. La cara norte suele estar la mayor parte del año muy nevada, lo que recomienda llevar piolet y crampones.

Track en Wikiloc

Mapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix

Acceso

El punto de inicio es el parking de la Molinassa, último parking de la Vall Ferrera. Se llega a él siguiendo una larga pista desde Àreu de unos 10 km con algunos tramos en mal estado por lo que es mejor acceder con 4x4 o con vehículos altos. Este aparcamiento es de pago los meses de verano y se tiene que reservar con antelación. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace de Google Maps.

Fotodescripción

Tras recorrer la interminable pista desde Àreu, aparecemos en la Molinassa, donde hay algún coche pero nada que ver con la masificación que hay en verano y que ha obligado a limitar el acceso a la Vall Ferrera.

La entrada al Barranc de Sotllo, tributario de la Vall Ferrera y en la cabecera del cual se encuentra la Pica, está colgado entre paredes, por lo que no ascenderemos directamente a él sino que accederemos al mismo ya habiendo ganado bastante altura por la ladera del Pic d'Areste, que vemos a la derecha.

En la parte posterior del aparcamiento encontramos una señal donde empieza un sendero que ataja las curvas de la pista.

Ascendidos unos metros nos reunimos de nuevo con la pista, que seguiremos en plácido andar unos 300 metros.

Llegamos a un desvío clave. Abandonamos la pista y el GR, que se dirige a Baiau y a las montañas andorranas, y tomamos este claro sendero hacia la izquierda, que conduce al Refugi de Vallferrera y, ya indicado en el cartel, a la Pica d'Estats.

Cruzamos mediante un puente el caudaloso Riu de Baiau, que en pocos metros se convertirá en la Noguera de Vallferrera tras recibir las aguas del Barranc de Sotllo.

Tras un corto tramo de bosque nos acercamos al Refugi de Vallferrera, desierto este sábado de octubre.

Justo antes de llegar al refugio a mano derecha aparece este ancho sendero, que empieza a subir en fuerte ascenso y zigzags por la ladera de Areste. 

A pesar de que la subida es dura, la recompensa es mayor, pues tenemos estas vistas de las montañas que hay al otro lado del valle: el Pic de Gerri y el Pic de Norís, dos de las cumbres de la Serra del Monteixo, cuya cumbre, la principal, se encuentra en el extremo derecho.

El sendero gana altura y parece que vaentrando en la Vall d'Areste hasta que repentinamente cambia de dirección y, justo donde hay este palo, pasa a realizar una larga diagonal sobre la cara sur del Pic d'Areste.

En la diagonal se realizan varios subibajas (una constante en esta ruta) hasta que entra finalmente en el Barranc de Sotllo, con el pico homónimo dándonos la bienvenida al fondo del mismo. Tenemos que llegar hasta su base, por lo que nos queda aún un largo camino.

La entrada al Barranc de Sotllo es muy agreste, puesto que violentos espolones caen del Pic d'Areste y tenemos que ir sorteándolos.

En un momento dado el camino se desploma por una vertical pared de unos 10 metros. Ayudados de una cadena bajamos por este paso, que tiene más peligro por lo pulida que está la roca debido a las multitudes que pasan por aquí que por la dificultad del destrepe.

Sorteado este paso y ya por terreno más amable, emprendemos un descenso hasta les Celles del Sotllo, punto en el que los roquedos de Areste llegan casi a tocar el río.

Tras un breve tramo de bloques, el sendero supera les Celles del Sotllo y cruza el río por el Pont de la Socalma, entrando en el llano de mismo nombre, que abandonamos rápidamente por la izquierda ganando unos metros más.

Después de la abrupta entrada al valle sorprende la suavidad del bucólico Barranc de Sotllo, que entra en un tramo más plácido en el paraje conocido como Plans de Sotllo, con pasarelas para proteger las numerosas turberas que hay en el valle.

Avanzamos por los Plans hasta que nos detenemos al ver esta sobrecogedora imagen: por encima de la preciosa Cascada de Sotllo, aparecen, inseparables, el Pic de Sotllo y, por primera vez, asomando dos de sus tres cabezas, la magnífica Pica d'Estats.

Cuando hemos cruzado el gran rellano de los Plans del Sotllo, el sendero sube por su parte izquierda, en un tramo bastante rocoso.

Después de una fuerte subida el sendero va alternando rellanos con ascensos a breves escalones. Al frente vemos la línea de promontorios rocosos que guardan el Estany de Sotllo por el sur.

Tras ascender a uno de estos promontorios y un breve descenso nos encontramos en el desagüe del magnífico Estany de Sotllo, con la Pica d'Estats ya completamente destapada. Se intuye, en su base, el cuenco donde está el Estany d'Estats, donde pasaremos la noche.

Para llegar al Estany d'Estats rodeamos primero el Estany de Sotllo por la izquierda hasta llegar al otro lado, punto en el que nos volvemos para ver esta imagen del Norís y el Monteixo apenas saliendo por encima del promontorio anteriormente mencionado.

En el último tramo del rodeo al lago tenemos que cruzar unas cascadas y riachuelos que son los que traen el agua de los numerosos estanys alojados en la extensa Coma de Sotllo. Dejamos de lado el cruce que se dirige a este valle paralelo y al Coll de Baborte y seguimos adelante.

El Estany d'Estats se encuentra justo detrás de este espolón rocoso que vemos delante y que rodearemos por la izquierda.

El barranco se encajona ahora en un angosto desfiladero mientras el camino va unos metros por encima del mismo.

Después de esta diagonal por terreno herboso tenemos que trepar por unos roquedos...

...que nos dejan en el impresionante Estany d'Estats, en uno de los parajes más sobrecogedores del Pirineo en la opinión de un servidor.

Después de plantar la tienda en uno de los múltiples vivacs del lugar nos sentamos a contemplar el entorno. Primero dirigimos la mirada al Barranc de la Conca Gelada por el que ascenderemos mañana con tal de ganar la cresta oriental de la Pica.

Después observamos la contundente cumbre del Sotllo, escudero eterno de la Pica d'Estats.

Finalmente, gozamos de nuestro objetivo de mañana. Los últimos rayos de Sol convierten a la Pica d'Estats, que ya es colorida de por si, en una resplandeciente muralla rojiza, que incluso duele de mirar.

Con el Sol ya apenas tocando una pequeña parte del Monteixo y la Luna apareciendo en el firmamento nos metemos en la tienda para descansar en lo que será una fría noche de octubre.

La mañana siguiente, tras recoger la tienda, empezamos nuestra jornada cruzando el desague del Estany d'Estats, dirigiéndonos a la pedrera que cae del Pic de l'Estany Fondo.

Atravesada la tartera llegamos al Barranc de la Conca Gelada. Lo seguiremos hasta llegar a su parte más alta.

Como la parte derecha del barranco está enteramente ocupada por una pedrera salpicada de nieve vamos por la parte izquierda, que es bastante herbosa.

Algo más arriba empiezan a aparecer roquedos, que vamos esquivando en zigzags por tramos herbosos, aunque podríamos afrontarlos trepando sin problemas.

El barranco aquí se estrecha notablemente, por lo que seguimos subiendo por el margen izquierdo del mismo.

Tras alguna trepada de poca consideración aparece una vira herbosa que avanza suspendida unos metros por encima del barranco hasta que nos deja...

...en el Estany Gelat, situado en un entorno que ya empieza a ser desolador.

Vale la pena plantarse en el desagüe del laguito para poder ver el Estany d'Estats, que desaparecerá de nuestra vista un largo rato. A la vez vemos como el Sol empieza a iluminar la gran pirámide del Baborte y el Pic de Pedres Blanques, en la otra vertiente del valle.

Mientras dejamos al Sol ganando terreno por el otro lado, nosotros seguimos nuestro camino por el Barranc de la Conca Gelada, dominado largo rato del día por la sombra, que probablemente le otorgue este nombre, pues estamos en uno de los lugares más fríos de la zona. El barranco sigue por la izquierda entubándose de nuevo entre dos paredes.

A media subida por el barranco no nos resistimos a mirar atrás para poder ver un gélido panorama, con el Estany Gelat bajo la nevada cara norte del Pic de l'Estany Fondo.

Subimos gradualmente y sin grandes pendientes por el fondo del barranco, ocupado por una pedrera bastante estable. Al fondo del Pic de Canalbona, que corona el valle.

Cuando llegamos a la base del Canalbona se abre un ancho rellano, la cabecera de la Conca Gelada, rodeada de laderas pedregosas y paredes por todos los lados. La pendiente que nos interesa es la que vemos a mano izquierda, que nos dejará en el Collet Fals.

Estamos en la pendiente más pestosa del día, puesto que al haber caído gran parte de la pedrera al rellano, apenas quedan piedras en una descompuesta ladera terrosa, lo que hace el avance bastante duro. Más arriba unos escarpes rocosos surgen de la pendiente y los aprovechamos para ascender más cómodamente.

La parte superior de la ladera es más suave y vemos finalmente el Collet Fals por encima de nuestras cabezas, al que llegamos tras haber superado 100 metros de desnivel desde el rellano.

Situados ya en la cresta somital de Canalbona empezaremos la travesía que nos queda hasta la Pica d'Estats. Primero tenemos que sortear el intimidante diente del Pic de la Conca Gelada, que nos separa del Estanyol de Canalbona, al que tenemos que llegar.

Afortunadamente, no lo tenemos que encarar de frente sino que aprovecharemos la parte superior de la misma ladera por la que hemos ascendido para trazar una diagonal hacia el collado situado a la izquierda de este diente.

Al llegar al collado nos detenemos inevitablemente ante la aparición del gran coloso en su pose más esplendorosa. En primer plano, tras la cuenca del Estanyol, se intuye el domo del Pic Rodó de Canalbona, camuflado ante la mole de la Pica, concretamente por la más achatada Punta Gabarró. Tras una entretenida cresta, por la que transcurriremos en un rato, la Pica d'Estats nos muestra su perfil más vertical, al mostrarse como un altivo y aislado diente desde el cual se desploma su pavorosa cara sur.

Rápidamente nos ponemos en marcha, pues ya tenemos ganas de meternos en faena. Dos collados nos separan de la Pica, primero el Port de Riufred y después el Collet Franc.

Una traza de sendero va bordeando el Estanyol de Canalbona, el lago más alto de Catalunya y uno de los más altos del Pirineo no en vano está a casi 2900 metros.

Tras la descomunal pirámide del Baborte aparecen varios ilustres del Pirineo. A la izquierda del pico, el macizo de los Besiberris mientras que a la derecha aparece el macizo cumbre de la cordillera, la Maladeta coronada por el Aneto, mientras que a la derecha el macizo con mayor concentración de tresmiles del Pirineo: el del Perdiguero. Entre los dos, se distinguen dos de las Treserols: el Soum de Ramond y el Monte Perdido. Casi nada.

Desde el Collet Franc si que vemos bien individualizado el Pic Rodó de Canalbona, apenas una modesta cota a la derecha de la Pica pero cota puntuable y destacada, ya que su domo es bien visible desde buena parte de la cordillera, siempre apartado a la derecha de la Pica d'Estats. 

Empezamos el ascenso por la ladera, empinada y rocosa pero fácil.

Atrás dejamos el Estanyol y las cumbres de Canalbona, salpicadas de nieve en su cara norte.

A nuestra derecha, se va abriendo mucho vacío hacia Occitania, donde se asienta el Estanh de Canalbòna. Observamos como en el país vecino, como suele ser costumbre, hay mucha más presencia del blanco elemento.

Vamos andando por la ancha loma, que se va afilando hasta llegar a...

...la cumbre del Pic Rodó de Canalbona. Desde esta cumbre impresiona e incluso intimida la ingente masa rojiza de la Pica, que tenemos justo enfrente. 

No perdemos el tiempo y descendemos por la afilada arista al collado que nos separa de la Punta Gabarró, que aparece mucho más fiera de lo que realmente es. A pesar de que en verano se suele tomar la vira nevada que se ve a media pared para después subir por una canal justo bajo la cumbre, al encontrarse bastante nevada preferimos ascender por la arista que vemos a la derecha.

La arista está repleta de bloques de esquisto que se rompen de los escarpes que inundan la montaña. La arista es menos vertical de lo que parece e incluso podemos andar en algunos tramos, sobre todo cuando entramos en la cara sur. Pero si vamos a toda arista aunque tenemos que trepar constantemente en ningún momento se supera el segundo grado, siendo mayoritariamente trepadas muy sencillas.

Además, el ir por la arista nos regala esta brutal panorámica de las grandes montañas del Alt Pirineu, todas ellas detrás del Rodó de Canalbona, que muestra desde aquí una estampa mucho más atractiva, con una buena pared en su cara occitana.

Tras trepar unos 100 metros, la arista pierde verticalidad y se va allanando, señal de que llegamos a la cresta somital.

La cresta empieza muy sencilla, teniendo delante las dos cumbres de la Punta Gabarró, la primera disimulada a causa de la perspectiva al aparecer la Pica detrás. A la izquierda la auténtica cumbre de la Punta Gabarró.

Curiosamente la antecima este de la Punta Gabarró está indicada con esta piedra grafiada situada en lo más alto del hito cimero.

Descendemos unos metros hasta la brecha (a la cual llega la canal de la vía veraniega) que nos separa de la Punta Gabarró, donde hay un vértice geodésico.

Cumbre de la Punta Gabarró, segundo tresmil del día de hoy y cabeza derecha de la tricéfala Pica d'Estats.

Desde la Punta Gabarró la Pica d'Estats tiene una apariencia escalofriante. Y es que del portentoso diente de la Pica nos separa una corta pero afilada cresta que convierte esta ruta en la más complicada para acceder a la principal cumbre del macizo. Además, hoy encontraremos nieve en toda la cresta, lo que aumentará la exposición y la dificultad de la misma.

La primera parte de la cresta consiste en descender por una fácil arista, sin obstáculos pero con mucho patio a mano derecha. Tras este descenso nos plantamos en el punto más bajo de la cresta, donde empiezan las dificultades, que se pueden minimizar siguiendo una ruta que puede llegar a ser algo complicada de encontrar. De frente observamos un torreón, que esquivamos por la izquierda.

A la izquierda del torreón encontramos el primer paso complicado de la jornada. Una estrechísima repisa (hoy cubierta de nieve) conduce a una roca agrietada que se desprende del cuerpo principal de la pared. Tenemos que pasar por esta repisa en un paso muy expuesto y trepar por la grieta en lo que será un paso de II+.

Trepada la grieta tenemos que dirigirnos a la brecha que vemos a mano derecha y que permite el paso entre dos elevaciones de la arista.

Tenemos que llegar a la brecha y saltar al otro lado de la cresta, a la vertiente francesa. La trepada no es difícil (entre I+ y II), reduciéndose la dificultad gracias a la buena calidad de la roca. Pero no debemos confiarnos porque mirando atrás...

...se puede palpar la verticalidad que cae sobre el Estany d'Estats. 

Llegados a la otra vertiente nos encontramos con el paso más técnico y expuesto de la cresta. Un espolón impide el paso por esta vertiente y tenemos que sortearlo. Sin embargo, una roca con algo de panza nos impide hacerlo con facilidad por lo que en un paso algo raro tenemos que alargar la pierna para poner el pie al otro lado del espolón en un paso que puede llegar al III. La alternativa es trepar directamente por el espolón, seguramente más sencillo, pero al encontrarnos con bastante nieve preferimos ir por la roca.

Superado este incómodo paso nos plantamos en una media ladera rocosa, por la que ascendemos para llegar a una canal que se ve en lo alto.

Llegados a la base de la canal, nos situamos en el último paso de dificultad de la cresta. La canal es muy vertical (paso de II+), teniendo que utilizar unas grietas en la parte derecha para trepar, pero afortunadamente no es expuesta.

Una vez superada la canal se acaban las principales dificultades y ya solo tenemos que andar por la estrecha y panorámica arista final de la Pica para plantarnos en su cumbre.

Atrás vemos la cresta realizada, con la bicéfala Punta Gabarró al otro lado de la misma ofreciéndonos su cara más vertical y bonita, totalmente cubierta de blanco a pesar de la práctica verticalidad de esta vertiente.

Repentinamente la arista se ensancha, señal de que llegamos a...

...la cruz que señala la cumbre de la Pica d'Estats, montaña más alta de Catalunya y Occitania y dominadora sin discusión de la parte más oriental del Pirineo axial. Detrás de la cruz, las cumbres del Alt Pirineu y Andorra quedan empequeñecidas ante la notable altura desde la que las observamos, y es que la Pica d'Estats supera y por mucho todas estas cumbres que nos rodean.

Como se puede observar, los vacíos que rodean la Pica se ven interrumpidos por una ancha ladera que cae de la cumbre y que nos une a la achaparrada mole del Montcalm, el tresmil más oriental del Pirineo y el único exclusivamente francés del macizo (con permiso del irrelevante Cap de la Coma de Riufred, tresmil "fantasma" que se sitúa a media bajada).

Pero antes de dirigirnos al Montcalm tenemos que completar la tríada ascendiendo al Verdaguer, la cabeza izquierda de la Pica y del que nos separa un paseo.

Tras descender por una helada ladera al collado entre las dos cumbres, ascendemos los escasos 20 metros hasta la cumbre del Pic de Verdaguer, cumbre que honra la memoria del ilustre Mossèn Cinto Verdaguer, uno de los grandes poetas de la literatura catalana y uno de los pirineístas pioneros, que ascendió a esta cumbre en el 1883.

Desde el Verdaguer tenemos una vista soberbia de la augusta Pica d'Estats, con la cara sur desplomándose más de 600 metros sobre...

...el Estany d'Estats y el resto de la Vall Ferrera, que vemos casi al completo desde este fabuloso mirador.

Aunque no se distingue del todo bien, un profundo boquete nos separa del colorido Sotllo, el tercer gran tresmil de este macizo. Tras el mismo, las montañas del Alt Pirineu siguen su largo camino en dirección a Aigüestortes.

Toca bajar, puesto que aún quedan dos tresmiles por ascender, los que vemos en la foto: el Cap de la Coma de Riufred es esta llanura inclinada que nos separa del mucho más destacado Montcalm. Primero descendemos por la nevada ladera.

Aunque un camino rodea el Cap de la Coma de Riufred nosotros nos desviamos del mismo para subir por la rocosa ladera, muy suave.

Ya hemos dejado bastante atrás el blanco Verdaguer y el cabezón oscuro de la Pica d'Estats.

Finalmente y para completar el trío, la Punta Gabarró nos ofrece su cara más agreste, con una vertical canal cortando la brutal cara norte en dos.

Sin más contratiempos llegamos al Cap de la Coma de Riufred, irrelevante cota que sin embargo supera los 10 metros de prominencia necesarios para ser catalogada como tresmil (por poco, eso sí).

No nos detenemos y empezamos a bajar, primero por la arista norte y luego cayendo por la cara oeste para unirnos al camino abandonado anteriormente y que se dirige al Port de Riufred, collado previo a la imponente mole del Montcalm.

Desde el collado, empezamos a subir por una erguida ladera de inestable roca que afortunadamente se ve cortada por un sendero que facilita en parte la ascensión.

Tras superar la ladera nos plantamos en el plató somital del Montcalm, de un tamaño más que notable. De forma mucho más apacible empezamos a andar por esta gran llanura, dirigiéndonos primero a la antecima oeste, que tenemos delante.

Desde la antecima, la cumbre del Montcalm está a tiro de piedra.

Nos acercamos al gran hito que señala la cumbre del Montcalm.

Cumbre del Montcalm, el tresmil más oriental del Pirineo y uno de los más sencillos de la cordillera.

La voluminosa masa del Montcalm es la única que se ve del macizo desde gran parte del norte, al tapar su gran cúpula el resto de las cumbres. Por eso mismo es un gran mirador de las montañas vecinas, destacando la altiva Punta de Montcalm y el macizo de Bassias.

Pero lo mejor de esta cumbre es la vista sobre el rey del macizo, que muestra desde aquí su cara norte, igual o más brutal que la sur y con una pared de menor tamaño pero más vertical.

Estamos muy lejos del coche y el retorno se presume eterno, más con las condiciones con las que se encuentra esta vertiente, siempre muy innivada. Por ello, emprendemos el retorno a tierras catalanas, para lo que tenemos que dirigirnos al Port de Sotllo y saltar de nuevo a la cara sur de la Pica d'Estats. Primero regresamos al Port de Riufred.

Desde el puerto surge un vallecito que, pasando bajo la roja pared del Pic de la Cometa, se dirige als Estanhs de la Cometa d'Estats, situados bajo el imponente muro del Sotllo. El Port del Sotllo se encuentra bajo la cumbre de la montaña homónima por lo que desde los mencionados estanys tendremos que ascender unos 100 metros de desnivel para coronarlo y saltar al otro lado.

A medida que entramos en la sombra de la negra pared del Verdaguer nos encontramos con cada vez más nieve, que además no está nada dura lo que implica que nos hundamos bastante en cada paso. Por ello, la travesía se hace bastante dura.

Atrás dejamos el vallecito que lleva al Port de Riufred, con el gran domo del Montcalm dándonos el adiós.

Siguiendo la traza nos acercamos a la pared del Verdaguer, sin tener que descender a los lagos de la Cometa d'Estats.

En un momento dado nos acercamos tanto a la pared del Verdaguer que la llegamos a tocar.

Justo en este punto llegamos al punto más bajo de la travesía por la cara norte y empezamos la remontada al Port de Sotllo, con el pico homónimo vigilando nuestros pasos.

La nieve está muy blanda y gracias a eso no tenemos que ponernos los crampones, que en esta parte del recorrido suelen ser obligatorios en gran parte del año.

Pero lo que nos ahorramos en crampones lo sufrimos en las condiciones de la nieve, que provocan que el ascenso al puerto, ya de por sí pesado, sea agotador. Por ello intentamos ascender por la roca en la medida de lo posible.

Abajo quedan los Estanhs de la Cometa guardados por su Pic, que tiene una buena estampa.

Trepando por un espolón en mitad de la ladera llegamos a un punto donde los hitos nos conminan a saltar al otro lado del mismo, descendiendo unos metros.

Desde esta otra vertiente el terreno se suaviza y empezamos a intuir el tajo del Port del Sotllo, situado a la izquierda de las grandes torres rocosas que protegen el Sotllo por su cara este.

Tras un último esfuerzo llegamos al Port del Sotllo, apenas una escotadura entre las aristas del Verdaguer y del Sotllo. Sin embargo, se trata de uno de los collados más transitados del Pirineo al ser el paso clave de la ruta normal para llegar a la Pica d'Estats.

A la izquierda vemos la otra gran arista de la Pica, la que lleva al Verdaguer, más sencilla pero más larga que la vía Gabarró.

Sin más dilación emprendemos el vertiginoso descenso por la tartera del Port de Sotllo, ya en tierras catalanas.

El descenso se hace muy rápido por lo intenso de la bajada, que transcurre íntegramente por la gran pedrera fruto de las frecuentes avalanchas que caen de la cara sur de la Pica, de un material muy inestable. El acceso por aquí sería muy penoso de no ser por el buen camino que han ido formando las multitudes que ascienden por esta vía a la Pica d'Estats.

Descendidos unos 300 metros el terreno se empieza a suavizar, tanto en crudeza como en inclinación.

Llegamos finalmente al rellano herboso que rodea el Estany d'Estats, que no vemos al estar protegido por una serie de cotas rocosas. Nosotros seguimos el buen camino que lo rodea por la derecha para llegar a su desagüe, lugar donde acampamos la anterior noche y punto donde cerramos la circular de ascenso.

Cansados pero satisfechos, observamos el valle por donde hemos empezado esta maravillosa circular, el Barranc de la Conca Gelada, entre las paredes de Canalbona y del Pic de l'Estany Fondo.

Y como no podía ser de otra forma, no podemos evitar girarnos para dar un merecido homenaje a la gran cumbre de Catalunya, la soberbia Pica d'Estats, una de las grandes montañas de la cordillera y del país, que hoy hemos tenido el privilegio de ascender por su vía más completa y fabulosa.