Muntanya de Nargó (1.213 m) desde Coll de Nargó

Paseo por encima de Coll de Nargó


La Muntanya de Nargó desde Santa Fe

El Segre, tras nacer en las montañas de Núria, recorrer la Cerdanya y atravesar el rellano de la Seu d'Urgell, entra en el profundo desfiladero de Tresponts. Tras superar este congosto, el terreno se abre repentinamente y entra en un bonito y suave valle, donde se encuentran las poblaciones de Organyà y Coll de Nargó. En este bucólico enclave, el río atraviesa tranquilamente campos y prados antes de volver a internarse en un nuevo desfiladero, el dels Espluvins, donde abandona definitivamente la alta montaña. 

A diferencia de su apacible interior, el rellano donde se alojan Organyà y Coll de Nargó está rodeado de una de las regiones más agrestes no solo de Catalunya sino de todo el Prepirineo. Una miríada de peñas, cada cual más airosa y brutal que la anterior, surgen abruptamente por los distintos valles que fluyen hacia el Segre, siendo uno de los parajes más espectaculares a nivel geológico, en mi opinión, de toda Catalunya, convirtiéndose el entorno de Organyà en una referencia para la escalada a nivel mundial.

Por encima de Coll de Nargó, se levanta una montaña que es toda una excepción en este abrupto entorno. La Muntanya de Nargó o Montdellit es una montaña que destaca no precisamente por su airosidad, más bien por su gran volumen y suaves proporciones, a diferencia de todo lo que la rodea. Aún así, se trata de un buen mirador de la parte inferior de esta región, especialmente de las grandes montañas que delimitan el Congost dels Espluvins y también de lo que seguramente sea el rincón más magnífico de esta inhóspita región, el precioso y solitario valle de Perles. Por ello, vale la pena conocer, en una matinal desde Coll de Nargó, esta montaña que, aunque sea muy poco conocida, tiene sus peculiaridades que convierten su ascenso en una bonita jornada.

Ficha técnica

Desnivel: 660 m

Longitud: 14,1 km

Altura mínima: 560 m

Altura máxima: 1.213 m

Dificultad técnica: Muy fácil. Ascenso cómodo y suave por pistas, aunque algo largo.

Track en Wikiloc

Mapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix

Acceso

Salimos del centro de Coll de Nargó, pudiéndose aparcar en multitud de sitios dentro del pueblo. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace de Google Maps.

Fotodescripción

En una jornada que se presume tórrida, salimos desde el centro de Coll de Nargó. Independientemente del punto de Coll de Nargó desde donde salgamos, debemos llegar a su parte alta para tomar la carretera que se dirige al museo de dinosaurios del pueblo. 

Antes de llegar al núcleo de casas donde se encuentra el museo, obviando el desvío hacia el Coll Piquer (a donde nos dirigimos, pero siguiendo el desvío daríamos mucha vuelta), tomamos una pista.

Siguiendo unos metros esta pista, vemos como a mano derecha se abre un carril bastante destrozado que sube con decisión. Será nuestro atajo para llegar a la parte final de la carretera al Coll Piquer.

Llegamos a la pista del Coll Piquer, que seguiremos prácticamente hasta la misma cumbre, ya que al ser su destino Montanissell, pueblo situado más allá de la Muntanya de Nargó, compartimos gran parte del trayecto.

La pista apenas gana altura bajo las paredes que caen sobre Coll de Nargó mientras se dirige al claro boquete del Coll Piquer, que se abre entre dos potentes crestones calizos, que, como iremos viendo a lo largo de la ruta, dominan en toda la región. Apareciendo detrás del tajo, observamos por primera vez la gran mole de la Muntanya de Nargó, que deberemos rodear por la izquierda.

Sin embargo, el principal atractivo del collado son las formidables torres rocosas de los Gegants del Coll Piquer, gigantes calcáreos petrificados para la eternidad que ahora son el objetivo de los numerosos escaladores que pululan por la zona.

Siguiendo la pista principal, que sube hacia el Grau del Miquelet, entramos en el boscoso Barranc del Vilarenc, donde andaremos bajo la única sombra de la jornada.

Mientras ascendemos por la pista este valle, aparece al otro lado del Segre la contundente y atractiva forma del Tossal de Balinyó, con la descomunal pared de la Roca Narieda en primer plano. 


La pista va trazando curvas para ganar altura bajo la vigilancia de las paredes de la Muntanya de Nargó, principal causa de que debamos rodear toda la montaña para atacar la cumbre.

Tras superar el Grau del Miquelet y a la vista ya de otra de las grandes paredes de la zona, el muy poco transitado Tossal de la Feixa, empezamos a girar hacia el norte.

Aparte de las colosales paredes, otra de las características de la zona son los grandes bosques que pueblan los inhabitados valles que desaguan en el Segre. La foresta cubre la práctica totalidad de las zonas no pobladas, especialmente en el macizo de Aubenç, uno de los grandes del Prepirineo de Catalunya, que cierra el horizonte meridional.

En caso de duda, siempre seguimos la pista ascendente, la principal, aunque la decisión a tomar es siempre clara.

Tras rodear la cara sur de la Muntanya de Nargó, la pista se dirige hacia el único punto donde se rompe la muralla que protege la montaña: el Barranc de les Grases.

La pista se interna en el estrecho espacio abierto entre dos riscos y empieza a subir por el barranco, primero trazando curvas para salvar el desnivel.

Habiendo ascendido la parte más importante de la subida, miramos atrás para ver la bonita entrada al barranco, con Aubenç de fondo.

Tras la primera parte del barranco, más accidentada, la parte superior es mucho más suave y la pista asciende por prados y campas.

Tras un rato ganando muy poco desnivel, por fin tenemos a la vista el collado donde abandonaremos la pista y emprenderemos el ascenso definitivo a la Muntanya de Nargó.

En este punto dejamos la pista, que se encamina hacia Montanissell, y tomamos una pista secundaria y más degradada que sube por la cara oeste de nuestra cumbre.

La pista sube con algo más de ganas por la ladera occidental de la montaña en dirección a las llanuras de su parte superior.

Mirando atrás, hacia el oeste, un reino de peñas cubre hasta donde abarca la mirada. Tanto en la lejanía, donde se divisa hasta los inicios de la Serra de Carreu como en primer plano, con la muralla de la Serra de Sant Joan, roquedos y paredes aparecen por doquier.


Cuando llegamos a las grandes campas que separan la antecima sur del Montdellit con la verdadera cumbre, tomamos la pista, casi comida por la hierba, que, ahora sí, se dirige directamente a la cumbre.

Cumbre de la que nos separan apenas unos 70 metros de desnivel y a la que llegamos en pocos minutos. El vértice geodésico de la Muntanya de Nargó se encuentra rodeado de vegetación y su panorámica es escasa, pero si andamos unos metros hacia el norte...

...se nos abre la vista hacia esa dirección. El Segre, tras atravesar el profundo Congost de Tresponts, se encuentra con el verde rellano donde se asienta Organyá, que vemos al pie de...

...la formidable proa rocosa de Santa Fe, extremo oriental del largo sinclinal de la Serra de Sant Joan.

Hacia el este, el Roc de Galliner despunta por encima del agreste valle de Perles, que es coronado por la gris cabeza de la Tossa Pelada, ya en el Port del Comte.
Hacia el oeste distinguimos L'Oratori, que culmina el largo murallón de la Serra de Sant Joan.

Para volver, en vez de utilizar la pista, que da mucho rodeo, decidimos bajar sin camino, ladera abajo, puesto que vemos que el terreno es bastante despejado.

Aunque en ocasiones la vegetación nos cierre el paso, siempre habrá un lugar donde la frondosidad ceda y nos permita seguir descendiendo.

Así, tras bajar algo menos de 200 metros de desnivel, recuperamos la pista de ascenso, que nos deja de nuevo en el collado y en la pista de Coll de Nargó.

Siguiéndola, ya solo quedará bajar hasta el pueblo, disfrutando de las vistas que nos deja esta larga bajada, como ésta imagen del soberbio Turp, centinela oriental del Segre...

...esta otra del Tossal de Balinyó y los impresionantes agujeros de la Roca Narieda...

...o estas otras de los Gegants del Coll Piquer, desafiantes bajo la mole del Turp.

Y, con las casas de Coll de Nargó, bajo este incomparable laberinto de roca que es el Alt Urgell, cerramos este bonito paseo.