L'Aüt (2.532 m) por Comaminyana

La cumbre que hace de fondo de Sant Climent de Taüll: L'Aüt

L'Aüt desde la entrada al valle de Comaminyana

El románico pirenaico llega a su esplendor en las iglesias del valle de Boí. La elegancia de las torre-campanarios, sus excepcionales frescos y la exquisita trata de la piedra son las características principales de este conjunto de iglesias. Por todo ello, fueron premiadas con uno de los mayores honores que puede recibir un monumento o lugar, como es el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Sant Climent de Taüll es la más famosa de las nueve iglesias que forman parte del premio al ser la mejor conservada y majestuosa y, sobre todo, por haber albergado el excepcional Pantocrátor que se encontraba en su ábside, del que apenas quedan unos restos al haber sido trasladado el MNAC de Barcelona. A pesar de eso, es la iglesia que se ha utilizado normalmente para representar al conjunto románico en su totalidad, la mayor parte de fotografías que se ven en la red son de Sant Climent de Taüll. 

La fotografía más típica, que probablemente todos aquí hayamos visto, muestra la torre lombarda en medio de un prado y con una afilada y bonita montaña en lontananza. Y es que un valor añadido del conjunto monumental y, en mi opinión, una parte fundamental de que se le haya concedido este premio al románico del Valle de Boí es el entorno en el que se halla integrado. Estamos en pleno centro del Pirineo axial, a apenas unos kilómetros del Parque Nacional de Aigüestortes, rodeados de imponentes montañas y muy cerca de varios tresmiles, en uno de los valles más bonitos de todo el Pirineo. Allí, las iglesias románicas se funden con el paisaje de una manera tan única y especial que hoy en día, lo que antes era un valle más del Pirineo catalán, remoto y olvidado, hoy es lugar de pelegrinaje turístico.

Pues bien, la gran montaña que se ve tras el gran campanario de Sant Climent de Taüll tiene un nombre: l’Aüt. Más de 1000 metros por encima del fondo del Valle de Boí, su silueta triangular y afilada es el fondo perfecto para acompañar la milenaria iglesia románica, cautivando a visitantes y montañeros por igual de la misma manera que seguramente cautivó a los representantes de la UNESCO cuando decidieron otorgar dicho premio. Por ello se merece una visita más que merecida. Pero la ascensión no solo tiene este valor sentimental, sino que además es la montaña que marca la entrada al Valle del Riu de Sant Nicolau, que conduce a Aigüestortes, por lo que las vistas sobre este valle son las mejores que puede haber. También es un mirador excepcional sobre la parte meridional de los Besiberris, la Punta Alta y sobre toda la parte alta de Boí y las montañas de la estación. La excursión en sí es preciosa, transitando por valles poco conocidos y bucólicos y la montaña es preciosa. En resumen, es una montaña a la que es muy recomendable ascender por multitud de factores, que cada cual escoja los que quiera pues seguro que quedará encantado.

Ficha técnica

Desnivel: 1150 m

Longitud: 9 km

Altura mínima: 1400 m

Altura máxima: 2532 m

Dificultad técnica: Sencillas trepadas en los metros finales que pueden llegar al primer grado.

Track en Wikiloc

Mapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix

Acceso

Pasado Pont de Suert en dirección a Vielha utilizando la N-230 se toma el desvío hacia el Valle de Boí, tomando la L-500. Antes de llegar a la embotelladora de Caldes de Boí y pasado el km 18, vemos como sale un desvío a mano izquierda donde hay sitio para aparcar unos pocos coches. Ese es el punto de salida. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace a Google Maps

Fotodescripción 

Es un fresco día otoñal, por lo que vamos a ascender rápidamente entre el bosque. Nada más empezar la ruta, vemos al fondo los Malls d'Estallobago, que defienden el valle de Comaminyana, donde debemos llegar más tarde, por la izquierda.

Nos ponemos en marcha bajando un poco por la pista hasta llegar al puente que cruza el Noguera de Tor. Un primer indicador nos señala que nos quedan 2 horas para llegar a la Montanyeta, el valle donde debemos ir. Cruzamos el puente y en un primer momento el camino se desvía a la derecha, dirección contraria a la que debemos tomar.

El Sol apenas toca la punta del Pic de Comalesbienes, fiel escudero de la Punta Alta, aún escondida. Al cabo de poco, otro cartel señala una bifurcación, por la derecha llegaríamos a Caldes de Boí y por la izquierda, a nuestro valle. Ahora sí, nos dirigimos hacia la entrada del valle, no sin antes bajar momentáneamente para vadear el Barranc de la Montanyeta, que baja con fuerza.

 El camino, muy bien trazado, sube con decisión a través de un profundo bosque con tintes otoñales. Nos espera una dura subida de unos 400 metros de desnivel hasta llegar al valle colgante de la Montanyeta y sus poco conocidos tributarios.

Finalmente, el sendero empieza a perder inclinación justo en el punto en el que cruzamos el incipiente río, señal de que nos acercamos al gran prado de la Montanyeta.
Cuando llegamos a la base de los Malls d'Estallobago, sabemos que nos estamos acercando al la Cabana del Pletiu dels Coms y, en consecuencia, al desvío hacia Comaminyana.

El bosque se va despejando cuando vamos llegando al gran prado que hay en la parte central del valle de la Montanyeta.

Después de una hora y tras cruzarnos con alguna vaca, preludio de las centenares que íbamos a ver en poco, la subida cesa de repente y nos encontramos en un prado, abriéndose el panorama. Al fondo de esta gran pradera nos espera la Cabana del Pletiu dels Coms.

El Tuc del Mont es el que protege el flanco derecho de Comaminyana.

Al llegar a la Cabana del Pletiu dels Coms, ya tenemos delante el valle colgado de Comaminyana, del que solo vemos el muro que defiende su entrada y el agujero en el que se asienta. 

El Pic del Clot de l'Espòs, cumbre más alta del macizo, se encuentra en el fondo del valle.

Tras esta vaca, que pasta apaciblemente algo separada de sus congéneres, que se cuentan por centenares en este valle, empieza el sendero que sube a Comaminyana, algo escondido en su inicio.

El sendero empieza a ascender por encima de estos roquedos hacia el boquete donde se encuentra Comaminyana, en una diagonal hacia la izquierda.

Vamos trazando una diagonal ascendente hacia los Malls d'Estallobago.

El sendero cruza un par de canales que caen de las agujas septentrionales del Mont y se interna en el bosque más próximo a los Malls d’Estallobago.

Por este barranco deben caer bastantes aludes en invierno, igual que agua en los días de tormenta.

Tras llegar al final de la diagonal, encaramos ya frontalmente Comaminyana.

Mientras vamos subiendo por Comaminyana, vamos contemplando las vistas a nuestro alrededor, como esta del Pic Roi, que tiene una pose imponente, detrás de la aguja que hemos visto mientras cruzábamos el barranco.

Si nos damos la vuelta completamente, vemos a los jefes del lugar: el Pic de Abellers y, al otro lado del collado homónimo, el Besiberri Sud y el Comaloforno, algo escondido en la cresta.

 Después de unos breves zigzags y una subida breve pero intensa, aparecemos en el prado que marca el principio del precioso valle colgado de Comaminyana, encajonado entre la muralla de Pedres Blanques y el Tuc del Mont. Al fondo del mismo...

...aparece el dorado Aüt, presidiendo la vertiente izquierda del valle.

Tras los Malls d'Estallobago vienen les Roques Blanques, igual de agrestes. En el collado que se desprende a la derecha de esta cumbre tenemos que llegar para ascender L'Aüt.

Así pues, empezamos a subir por el plácido valle, siguiendo un sendero mucho más ténue pero por terreno muy cómodo. El sendero avanza por el fondo del valle tendiendo hacia la derecha, mientras va ascendiendo paulatinamente.

La tremenda Punta Alta, guardando el Valle de Boí.

Al acercarnos a la base de L'Aüt, giramos a la izquierda, abandonando el ténue sendero que avanza hasta el coll del Mont...

...para dirigirnos hacia el Coll de l’Amorriador, entre la cresta de Roques Blanques y nuestro pico..

El Pic de Comaminyana, que empieza a asomarse, es la máxima cumbre de este pequeño valle.

Desde el collado, L'Aüt ya tiene otra pinta distinta, menos plácido de lo que aparentaba desde Comaminyana. Una traza aparece de nuevo, pero el terreno es tan sencillo y el rumbo tan claro que no hace falta seguirla.

Las cumbres de la Montanyeta, desde el Obacs hasta el Clot de l'Espòs, aparecen tras el Pic del Mont mientras vamos ganando altura.

Debemos ir ascendiendo por la loma norte del Pic de l’Aüt, que se va empinando a medida que nos vamos acercando al casco cimero.
El Aneto, omnipresente, asoma tras el Pic d'Obacs. 

 En los 30 metros finales, la inclinación es bastante elevada, necesitando incluso las manos para progresar debido a la verticalidad del terreno. Superados estos cortos y verticales metros, nos encontramos en la afilada cumbre del Pic de l’Aüt, centinela del Valle de Boí.

Vista atrás, podemos ver la segunda parte de nuestra ruta, desde la entrada al valle de Comaminyana
hasta la subida final a la cumbre desde el collado.

Cumbre de L'Aüt.
Esta cumbre seguramente sea el mejor mirador de la entrada de Aigüestortes, el Valle de Sant Nicolau, debido a su posición centrada sobre el mismo, dominada por los Subenuix, y también de la Ribera de Sant Martí, dominada por el Gran Pic del Pessó. Enmedio, el laberinto de Aigüestortes.

Hacia el norte, en la cabecera del Valle de Boí, el pantano de Cavallers separa a los dos gigantes de la zona, el Besiberri Sud y el Comaloforno por un lado y la terrible Punta Alta por el otro.

Debido a la proximidad y mayor altura de los Picos del Clot de l’Espós y Comaminyana, la panorámica hacia el oeste queda tapada del todo. Hacia esa misma dirección sale la cresta que se dirige al Pic d’Erill y al de Comaminyana, pero ya desde la misma cumbre podemos ver la dificultad de esta, repleta de brechas y cortes verticales y con bastante abismo a ambos lados.

Al sur, el Valle de Boí se funde con el de la Noguera Ribagorçana, flanqueado por sus últimas montañas: a la derecha, el Cap de Gelada y a la izquierda, las montañas meridionales de Durro y la estación.

Sant Climent de Taüll desde L'Aüt. Tantas veces vista la cumbre desde la legendaria iglesia románica, por fin tenemos la oportunidad de ver la iglesia desde la cumbre.

Descendemos hasta el collado de nuevo. A la derecha, podemos ver el Valle de Sant Nicolau, que conduce a los famosos meandros de Aigüestortes.

Esta puertecita parece conducir a un sendero detrás, pero en realidad, hay un abismo que cae sobre el fondo del Valle de Boí. Sin embargo, es una preciosa ventana hacia las montañas de Aigüestortes, como los Subenuix, el Bony Blanc y el Bony Negre.

Les Roques Blanques.

Hay gente en la cima de l'Aüt. Se puede apreciar el empinado tramo final.

Descendemos desde el collado al fondo de Comaminyana para volver al sendero hacia la Montanyeta.

De nuevo en el valle de la Montanyeta, con una de las agujas que se desgajan del Pic del Mont.

Estas vacas pastan apaciblemente bajo el Bony Blanc y el Bony Negre, que tienen esos colores que indican el final de la temporada estival.

Igual que el color del bosque de la Montañeta, que se va tiñendo de marrón y rojo a medida que vamos entrando en el otoño y cerramos esta temporada estival de montaña con esta preciosa montaña.