Cerví de Durro (2.656 m), Cap dels Vedats d'Erta (2.632 m) y Lo Corronco (2.538 m) desde Boí-Taüll

El gran frontón meridional de Boí

La cara sur del Corronco, el Cap dels Vedats d'Erta y la antecima sur del Cerví de Durro vistos desde la Faiada de Malpàs.

Entre la Noguera Pallaresa y el Flamisell, una gran barrera montañosa de altura más o menos homogénea forma la frontera meridional del laberinto montañoso de Aigüestortes. Al ser la primera gran sierra pirenaica esta muralla herbosa destaca notablemente cuando se mira la cordillera desde el sur, al formar un frontón grisáceo que limita la visión del resto de montañas que hay más al norte.

Esta barrera está dividida en dos por el gran tajo que forma el Riu de Manyanet. Mientras que a la derecha del río se encuentran las pallaresas montañas meridionales de Filià, a la izquierda podemos observar las que defienden el Valle de Boí. En el sector ribagorzano, la Pica de Cerví es la montaña más representativa e individualizada de toda esta barrera pero está separada del resto del cordal por el Port d'Erta. A partir de este collado, la sierra vuelve a emerger con potencia y ya mantiene una altura similar hasta que cae sobre el coll de Comaportell, donde vuelve a ascender hasta coronar el masivo Corronco antes de emprender el descenso definitivo hacia la Noguera, casi 2000 metros por debajo de las suaves campas somitales.

En esta ruta andaremos por lo alto de este panorámico cordal desde el Cerví de Durro hasta el gran Corronco volviendo por la herbosa cara norte de esta montaña hasta la estación de Boí-Taüll.

Ficha técnica

Desnivel: 1200 m

Longitud: 12,9 km

Altura mínima: 2.000 m

Altura máxima: 2.656 m

Dificultad técnica: Pasos escabrosos de I en el descenso del Cerví de Durro, con roca bastante mala y algo de exposición.

Track en Wikiloc

Mapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix

Acceso

Un kilómetro antes de llegar a la estación de esquí de Boí-Taüll, en la última curva de la carretera, una pista sale a mano derecha. Tomándola, tras unos centenares de metros aparecemos en la Collada de Llobarçana, inicio de la ruta. Para los que no quieran tomar la pista, se puede aparcar en la misma curva. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace a Google Maps.

Fotodescripción

En la Collada de Llobarçana empezamos esta excursión y también la terminaremos, precisamente viniendo de la pista que llega desde el otro lado de la valla. En el horizonte, el prolongado cordal por el que transitaremos hoy: la altiva cumbre del Cerví de Durro, el Cap dels Vedats d'Erta apenas asomando tras el aplanado Pic de la Pala del Ginebrell y la mole del Corronco.

Tenemos un bonito día por delante, quizás demasiado, porque hoy andaremos todo el día bajo un Sol abrasador sin pisar ni un rato de sombra. Empezamos andando por la amplia loma herbosa que se dirige a la Pala del Ginebrell, suave y cómoda, sin camino pero sin necesidad de uno.
Gracias a la poca pendiente de la loma podemos disfrutar del dilatado panorama que se abre a nuestro alrededor con tranquilidad. Al otro lado de la estación, el Cap de les Raspes Roies, máxima altura de la misma.

Mirando atrás, el cordal que se inicia en el Tuc de la Comamarja pasa por el afilado Tuc de Carants antes de culminar en la agreste cresta del Pessó.

Tras un rato sin ganar mucho desnivel, nos acercamos al Pic de la Pala del Ginebrell, cota herbosa donde se encuentra un telesilla de la estación de esquí, cuya base principal tenemos a mano izquierda. Se puede observar la Collada de Llobarçana en la parte baja de la loma.
Tras descender del mismo, dejamos de lado el telesilla de la estación y nos dirigimos a la Collada de les Bassetes, que nos separa del Cerví de Durro.

Mientras descendemos tenemos a la vista la salvaje cabecera del Barranc de Ginebrell, entre las paredes del Graller y el sombrío muro occidental del Cerví de Durro.

Descendiendo al Coll de les Bassetes tenemos estas vistas a la parte superior del valle, con el Pas de Llevata comunicando con la Vall de Manyanet y el Port d'Erta, donde el oscuro Cerví saca la cabeza, con el valle homónimo.

Llegando al Coll de les Bassetes, con la arista septentrional del Cerví de Durro delante.

A nuestra derecha aparecen las anchas palas que caen al norte del Corronco. Por allí estaremos en un par largo de horas.

Siguiendo un poco claro trazo, subimos primero una primera ladera que nos deja en una zona más llana previa al tramo principal de la arista.
El Cap dels Vedats d'Erta y la cresta que lo une al Corronco. Tras el segundo, el Turbón.

Vamos avanzando ayudados por el sendero que sube por la arista, aunque el terreno no es incómodo. El sendero va ganando claridad a medida que va ascendiendo.

Si miramos atrás, las vistas son grandiosas, con dos de los grandes macizos del Pirineo apareciendo en el horizonte: la Maladeta y los Besiberris. Mucho más cercano, podemos ver perfectamente todo el recorrido realizado hasta este punto.

Cuando llegamos a la base del casquete rocoso que la defiende, el sendero lo bordea por la izquierda para salvar la pared y nos obliga a trepar por terreno fácil y sin exposición...

...para llegar a la cumbre del Cerví de Durro.

Esta cumbre es un privilegiado mirador de las montañas que rodean la estación, destacando un primer plano del hermano mayor del Cerví de Durro, la Pica de Cerví, con la terrible cresta septentrional que lo une al resto del macizo y que está tan descompuesta que impide lo que seria su acceso más lógico desde el norte, obligando a los montañeros que quieran ascenderlo desde Boí a atravesar las penosas pedreras que rodean esta montaña.

Tras el Cap de les Raspes Roies aparece, sombrío, el Gran Pic del Pessó, mientras que el Pic de Filià, ya en el Valle de Manyanet, separa las cumbres orientales de la Vall Fosca de las del Alt Pirineu, mucho más lejanas.

Al norte, detrás del cemento de la estación de esquí de Boí, los Besiberris, la Punta Alta y mil montañas más de Aigüestortes.

Hacia el oeste, el gran Corronco, final del cresteo. Tras él, lo más granado del Prepirineo y Pirineo aragonés.

Empezamos el cresteo avanzando primero por la ancha arista que nos conduce a la antecima sur del Cerví de Durro. Esta antecima esconde el tramo más complejo de la ruta, el que la une al Cap dels Vedats d'Erta, en un segundo plano.

Vista atrás desde el collado con la antecima, con el tramo de arista hecho hasta este momento.

Descendemos a un collado y ascendemos los 40 metros que nos separan de la antecima sur del Cerví de Durro, donde empieza el tramo más agreste de la jornada.

El ascenso es corto y fácil, a diferencia de lo que viene ahora, que nos obligará a extremar precauciones, pues el tramo que une nuestra posición con el Cap dels Vedats d'Erta, que tenemos delante, es algo tortuoso. En primer plano tenemos una torre rocosa que tendremos que rodear.

  

Primero descendemos por terreno muy descompuesto y algo expuesto, con vistas al muro herboso que cae 1000 metros al fondo del valle de Erta y que está bajo nuestros pies. Llegados al collado vemos como la trepada a la aguja es factible, aunque no sabemos como será el descenso. Como lo desconocemos, decidimos bordear la aguja por la izquierda para una mayor seguridad.

El flanqueo tiene algún tramo expuesto, puesto que el terreno es muy inclinado y hay bastante patio a mano izquierda, hacia el valle. Realizando alguna trepada y utilizando la vegetación que crece en medio de la pared, vamos realizando el flanqueo, que se hace lento.

Finalmente llegamos al otro lado, y vemos que el descenso de la torre tampoco parece difícil, por lo que si algún día volvemos por aquí la transpondremos a toda cresta.

Ya solo nos queda un corto tramo de arista, fácil y ancho, para llegar a la punta del Cap dels Vedats d'Erta, que vemos al fondo.

Si miramos hacia la derecha, observamos como bajo la gran tartera que cae de la cumbres se transforma en hierba cuando llega bajo Lo Graller, que separa el Barranc del Ginebrell del Barranc de l'Estany, de cuya extensión solo podemos apreciar una pequeña parte.

Hemos dejado atrás la antecima del Cerví de Durro rápidamente y solo nos quedan unos pocos metros para llegar a la segunda cumbre de la jornada.

Cumbre del Cap dels Vedats d'Erta, con el Cerví de Durro a mano derecha.

Ahora toca encarar la última parte de la cresta, la más larga y fácil, hasta lo Corronco.Son dos kilómetros de cresta lo que nos separa del Corronco, así que tenemos un buen rato de arista, suficiente para disfrutar de la dilatada panorámica de la que goza esta bonita arista.

Descendemos por la cresta oeste del Cap dels Vedats d'Erta, pudiendo ver al fondo las torres rocosas que forman la antecima sur del Cerví de Durro y la aguja que hemos bordeado.

El Estany de Durro bajo la cresta del Graller.

Bajamos por una tartera hasta el vallecito herboso que tenemos enfrente, donde se recupera el sendero.

El sendero nos hace bordear estas cotas rocosas por la izquierda para encarar el descenso definitivo al Coll de Comaportell que nos separa de la pirámide herbosa del Corronco.

Tras este laguito seco, los Besiberris y la Punta Alta, los dos grandes macizos del valle de Boí, aparecen en el horizonte.

Tenemos muy cerca el Coll de Comaportell, del que nos separa una media ladera terrosa y algo incómoda.

En el Coll de Comaportell, las piernas empiezan a pesar. Pero aún nos queda la subida a la última cumbre del día, lo Corronco, cuya subida vemos muy accesible.

Por ahí descenderemos de vuelta. Incluso vemos la pista que tomaremos para llegar a la Collada de Llobarçana.

El ascenso al Corronco es fácil y tendido, puesto que el terreno no tiene ningún tipo de dificultad. En esta foto, el último tramo a la verde pirámide somital.

Cumbre del Corronco, con vistas a toda la cresta que hemos recorrido para llegar hasta aquí.

Hacia el suroeste, el Serrat del Riconco, una de las lomas que caen del Corronco, desciende más de 1500 metros hasta el Pont de Suert, capital de l'Alta Ribagorça. Al fondo, el Turbón emerge como una isla entre las montañas del Prepirineo.

Al oeste, el rey del Pirineo no tiene rival entre las montañas que lo rodean. El Posets y el Monte Perdido también quieren salir a la foto, igual que el desierto calizo del Cotiella, que aparece, desolador, a la izquierda de la foto.

Hacia el norte, el bonito pueblo de Durro, bajo la Roca de la Feixa, está elevado sobre el Valle de Boí, que se interna hacia Cavallers, escoltado por los Besiberris y la Punta Alta.

Y hacia el sur, vemos como las alturas del Pirineo desaparecen repentinamente, dando paso a las mucho más modestas montañas prepirenaicas.

Tras un buen rato de descanso en la cumbre, nos disponemos a descender de la misma, primero desandando la herbosa arista este del Corronco.

Ahora toca descender hasta el siguiente rellano en la arista, previo al Coll de Comaportell y con vista a la zona del Cerví de Durro y el Cap dels Vedats d'Erta.

Desde el herboso rellano se ve perfectamente todo el cresteo de hoy.

 Una vez llegados al Coll de Comaportell, vemos enfrente el tobogán herboso que desciende hasta el Barranc de l'Estany y que utilizaremos para abandonar la cresta tras unas cuantas horas en lo más alto de la misma.

Esta ladera sigue la tónica general del entorno, una pendiente no muy inclinada que alterna tramos herbosos con otros con más roca y terrosos, pero que se desciende muy bien.

Dejamos a nuestra derecha la escondida cubeta donde se aloja l'Estany de Durro.

Vista atrás hacia el Coll de Comaportell, con el tramo descendido.

Arriba quedan los dos dientes de la cresta sur del Cerví de Durro y el mucho más amable Cap dels Vedats d'Erta.

La cresta del Graller separa el Barranc de l'Estany, donde estamos, del Barranc del Ginebrell, donde debemos llegar. Como las paredes del Graller son bastante infranqueables, será mucho mejor bordear este roquedo por su cara occidental.

A punto de llegar al fondo del barranco, al otro lado del mismo vemos una pendiente herbosa que culmina en un colladito. Este será el primer tramo del bordeo del Graller para llegar a su cara norte.

El Barranc de l'Estany forma un pequeño rellano antes de encauzarse de nuevo y caer hasta el fondo del valle. Curiosamente, el Aneto es el único que se deja ver en este congosto que forma el barranco.

Tras subir al colladito, tenemos esta vista de la mole del Corronco, con su alomada arista este, que hemos utilizado para ascenderlo.

También vemos el Cap dels Vedats d'Erta, a punto de esconderse tras el Graller.

Empezamos a bordear el Graller, primero por terreno herboso y cómodo pero sin traza. Al pasar a la cara norte, se va a convertir en una tartera algo más incómoda. 

Al cruzar a la cara norte, vemos por fin la pista del Coll de la Llobarçana. Nos uniremos a ella en la pronunciada curva antes de que la pista trace una recta bajo el Pic de la Pala del Ginebrell.

Vista atrás de la tartera por la que hemos trazado la media ladera.

Acercándonos ya a la curva, donde hay un coche blanco y de la que sale una pista que conduce a una cabaña de pastores, en el llamado Corral de Ginebrell.

Tras cruzar el Barranc del Ginebrell y pasar por debajo de la cabaña, llegamos a la pista.

Vista atrás de la cara norte del Graller, por la que hemos hecho la media ladera desde el Barranc de l'Estany.

El Barranc del Ginebrell sigue valle arriba hacia el Cerví de Durro, cuya cumbre vemos por encima de los roquedos de su cara oeste.

Como ahora toca un buen rato de pista, nos vamos girando para ver como vamos ganando perspectiva sobre las cumbres que hemos hecho hoy. En esta foto, la arista norte del Cerví de Durro y el primer tramo de cresteo, el más agreste, con la antecima sur del Cerví y la torre rocosa posterior a la misma culminando el Barranc del Ginebrell.

Y, avanzado un trecho más, el segundo tramo de la cresta, mucho más plácido: desde la cumbre del Cap dels Vedats d'Erta, apenas asomando tras el Graller, hasta el colosal Corronco, con el Coll de Comaportell en medio.

Y con esta recta, bajo la atenta mirada del afilado Tuc de Carants y las crestas de la Punta Alta, la pista va llegando a la  Collada de Llobarçana, cerrando esta larga circular en la que no hemos bajado de los 2000 metros en ningún momento del día.