Malh dera Artiga (2.711 m) desde la Besurta

El vigilante de Coll de Toro: el Malh dera Artiga

La afilada cumbre del Malh dera Artiga por encima del profundo boquete del Coll de Toro.

Entre los profundos boquetes de Coll de Toro y el Coll dels Aranesos una gran montaña surge abruptamente: el Malh dera Artiga. Su posición tan remota al fondo del Valle de Benasque impiden su visión hasta entrado en el Valle de la Escaleta a diferencia de su imponente vista desde la archiconocida Artiga de Lin, donde esta vertical mole ocupa una posición central y empequeñece las cumbres de alrededor, más aún teniendo en cuenta el aislamiento producido por los dos hondos collados entre los que está situada.

Es una montaña muy masiva, de un tamaño considerable y una notable prominencia de algo más de 250 metros de desnivel, aunque se puede decir que está formada de varias cotas que forman una afilada y abrupta cresta. La principal es la más septentrional, de la que caen empinadas laderas herbosas que terminan en murallones verticales algunos de los cuales se cuentan entre las mayores caídas del Pirineo como el Malh deth Melic, que puede llegar a los 500 metros de caída casi a plomo. La cresta sigue hacia el sur, con hasta tres cotas más de cierta prominencia y cuyo ascenso implica un cresteo de cierto nivel antes de volver a caer hasta el Còth des Aranesi, donde, tras un corto llaneo, la cordillera se vuelve a erguir en una de las montañas más bonitas de nuestro país, la albina Forcanada, de cuya bicéfala cumbre vamos a tener seguramente la mejor visión posible debido a nuestra cercanía.

Ficha técnica

Desnivel: 850 m

Longitud: 11,5 km

Altura mínima: 1.900 m

Altura máxima: 2.711 m

Dificultad técnica: Pasos de I grado en el ascenso desde el collado a la cumbre. Los últimos metros hasta el collado son por una pendiente herbosa casi vertical que puede dar bastante impresión.

Track en Wikiloc

Mapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix

Acceso 

La Besurta es una caseta que marca el final de la carretera del Valle de Benasque. Su acceso queda restringido en los meses de verano y cuando la nieve impide el paso por la carretera. Fuera de estas épocas, se puede acceder en coche particular, habiendo varios aparcamientos habilitados tanto al final, junto a la caseta, como en varios recodos de la carretera. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace a Google Maps.

Fotodescripción

Llegando a la Besurta nos ahorramos unos cuantos quilómetros de lo que seria sino una excursión larguísima, puesto que nos tenemos que ir casi al final del Valle de Benasque, donde nos espera la  cumbre de la jornada. Ya de forma automática, avanzamos por el sendero que conduce a Aigualluts, la excursión más famosa del Valle de Benasque y cuyo camino va a estar repleto unas horas más tarde.

Recorremos con rapidez los primeros metros hasta que llegamos en la bifurcación donde se separan los seguramente dos caminos más transitados del valle de Benasque. Los montañeros que se dirigen a las cumbres de la Maladeta, la mayoría al Aneto, toman el desvío a la derecha, que conduce a la Renclusa. Nosotros seguimos el camino a Aigualluts, que va por la izquierda.

Aunque nosotros seguiremos en sombra largo rato porque vamos a ir casi siempre por el fondo del valle el Salvaguardia y el Pico de la Mina empiezan a recibir el menguante Sol otoñal.

Siguiendo la cresta hacia la derecha podemos ver las desconocidas pero elegantes Tucas de Bargas.

Llegados al Forau y a la Cascada de Aigualluts es inevitable detenerse ante la aparición del mayestático Aneto, que brilla intensamente envuelto en una luz divina. 

Pocos minutos después llegamos al Plan de Aigualluts, helado esta mañana, con el Pico de Aigualluts separando como una proa de barco las aguas de los dos valles que llegan a este rellano. Nosotros tomaremos el de la izquierda, el Valle de la Escaleta. Para llegar al valle objetivo, debemos cruzar el Plan por uno de los múltiples senderos que atraviesan, concretamente el que va más por la izquierda.

Tras pasar por un cartel que nos confirma la dirección correcta, cruzamos el río por un pequeño puente y nos plantamos a la base del pequeño murallón que defiende la entrada al valle. El sendero lo supera por una pequeña canal mediante un zigzag, plantándonos al inicio del bello Valle de la Escaleta, al fondo del cual ya observamos....

...el grandioso Malh dera Artiga. Se puede apreciar la ruta que utilizaremos para subir y que es su vía normal: mediante las laderas herbosas en su base, iremos entrando en la canal formada entre el pico principal y la cota 2.687 m de la cresta, que se va empinando gradualmente hasta llegar a una pedrera que hay en su base. Después de ascender por la misma, entramos en la canal propiamente dicha hasta que llegamos al collado, desde el que ascenderemos por terreno empinado hasta la cumbre.

A medida que vamos avanzando por el valle, se va abriendo, pudiendo ver las montañas que hay en su parte más profunda como el Pico de Barrancs a la derecha, el Turó de les Tres Puntes al centro o...

...la magnífica Forcanada en la que seguramente sea su mejor pose.

A la derecha tenemos el Pico de Aigualluts con el zócalo que hay en su base y que lo protege en casi toda su circunferencia. A la derecha se puede apreciar una de las canales por las que se puede ascender.

Y si miramos atrás podemos ver la Maladeta con la larga cresta que llega hasta su cumbre.

Nos vamos acercando al Malh dera Artiga, que por perspectiva se va achaparrando cada vez más. Debajo de la cumbre se aprecia el agujero que forma el Coll deth Hòro, donde tenemos que llegar para terminar la aproximación y empezar el ascenso.

Estamos jugando una carrera con el Sol pero le falta rato para que nos toque puesto que ahora vamos a entrar bajo la alargada sombra del Malh.

El sendero avanza por la vertiente derecha del valle con algún subibaja hasta que llegamos al rellano donde se separa el camino que va hacia el Molieres, máxima cumbre del valle y en la parte más remota del mismo, del que sube al Coll deth Hòro y su lago. Tomando este último, el sendero realiza una ancha curva para ganar los casi 100 metros que nos separan del collado con comodidad. 

Llegamos por fin al Coll deth Hòro y a su lago, uno de los lugares más mágicos del Pirineo. Desde el collado no descendemos al lago sino que giramos hacia la derecha para empezar el ascenso al Malh dera Artiga, cuya cumbre queda a apenas 800 metros de distancia pero de la que nos separan 500 metros de desnivel, lo que da a entender que la inclinación del terreno va a ser endiablada.
Desde el mismo collado giramos a la derecha para remontar el contrafuerte que cae desde la misma cumbre mientras vamos siguiendo algún hito y alguna traza de sendero que rápidamente desaparece.

Al otro lado del collado, la Tuca Blanca de Pomero y la Pena Nera.

Y mirando abajo se puede ver el rellano donde hemos abandonado el camino al Molieres, cuya redondeada cumbre aparece aún muy lejana.

Los hitos nos hacen abandonar el contrafuerte y girar hacia el sur, para trazar una diagonal por unas terrazas en dirección a la canal.

Cuando ya estamos bajo la misma, abandonamos esta sección de viras y terrazas para situarnos en el inicio de la empinada canal.

Aprovechamos esta lengua herbosa para ascender el máximo de metros posible y evitar la pedrera que cubre la mayor parte del tubo.

La verticalidad de la canal nos obliga a realizar breves descansos, en los que podemos apreciar esta fabulosa visión del Aneto por su cara de Barrancs, una de las perspectivas menos usuales de esta cumbre.

Mientras se va hacia el este y tras la profunda Brecha de Tempestades, el macizo de las Maladetas se vuelve cada vez más agreste y forma las crestas más reputadas de la cordillera, como las de Russell, Tempestades y, sobre todo, la de Salenques-Margalida.

El tresmil más aislado y fácil de todo el macizo, el solitario Molieres, con su característico domo somital.

En la parte final de la lengua herbosa, la pedrera va ganando presencia y confirmamos su inestabilidad. Aún aprovecharemos los retazos de hierba hasta llegar a la base de la pared del Malh, que vemos arriba en la foto.

La cresta SE del Malh dera Artiga tiene un aspecto bastante intimidante.

Al haber ascendido bastantes metros, hemos dejado el rellano de la Escaleta bastante abajo y podemos ver a la perfección el tramo central de los Montes Malditos.
Los últimos metros hasta la pared son ya por pedrera, que es de la mala, la que te tira medio paso para atrás por cada uno que subes. Con paciencia llegamos a la base de la placa y, apoyándonos en ella, vamos internándonos hacia la canal, que se ha encajonado entre paredes.

Cuando llegamos al tubo, observamos como un espolón la parte en dos, quedando la parte izquierda como bastante herbosa y la derecha como la canal por la que caen todos los derrubios. Evidentemente vamos por la izquierda, que además es la opción más lógica si entramos a la canal desde tan arriba como nosotros.

Cuando llegamos al espolón, la pedrera ha desaparecido, dando paso al típico terreno de este tipo de canales como son las pequeñas terracitas con algo de hierba. Pero rápidamente vemos que esta canal es distinta a otras por lo empinada de la misma, sobre todo a partir de lo alto del espolón.

Los últimos 50 metros son casi verticales, por un terreno de hierba algo resbaladiza que no ofrece ningún tipo de seguridad y que pueden llegar a impresionar por lo expuesto de la misma. Como la parte central es la más vertical,Así que decidimos girar hacia la izquierda para remontar las laderas herbosas de ese lado, que parecen algo menos empinadas.

Las paredes de la cresta SE del Malh dera Artiga impiden el paso hacia esa dirección.

Aparecemos unos metros por encima del collado, donde la cota 2.687 m nos saluda con esta bonita pinta. 

 La cumbre está cercana, y desde donde estamos está protegida por un pequeño murete que se puede trepar sin mucha dificultad...

...pero esquivándolo por la derecha, vemos como detrás del mismo surge una canal que permite subir casi a la misma cumbre del Malh dera Artiga con facilidad, llegando en pocos minutos.
La canal es sencilla y apenas tiene unos pasos de trepada que no superan el primer grado. Tras llegar arriba nos encontramos en la cumbre del Malh dera Artiga.

Cumbre del Malh dera Artiga, con gran parte del Pirineo de Lleida de fondo. La cumbre es un mirador fabuloso, en mi opinión de los mejores del Valle de Benasque al estar justo delante de la parte central de las Maladetas y a la vez poder observar el final del valle, que muchas veces queda escondido por la curvatura del mismo.
La cresta SE del Malh dera Artiga desciende hacia el Còth des Aranesi, donde el terreno se vuelve a elevar para formar las montañas que hay en la cabecera de la Escaleta.

Vamos hacia una pequeña antecima al norte de la cumbre, donde se tiene una gran panorámica del Valle del Arriu Joeu que desemboca en la Garona. En el horizonte, las montañas fronterizas aranesas.

Haciendo zoom sobre el valle se puede observar el agujero donde nacen els Uelhs deth Joeu (donde aparece el agua que viene del Forau de Aigualluts) y también la ermita de la Mare de Déu de la Artiga de Lin en la parte superior de la foto. 

Los estratos negros de la Pena Nera en claro contraste con los de la Tuca Blanca de Pomero, de un blanco intenso.

Volvemos a la cumbre, que desde aquí se ve muy bien acompañada de la gran montaña de nuestro Pirineo.
Pero aquí el protagonismo no se lo lleva la montaña más alta ni mucho menos, sino que los focos recaen sobre la preciosa Forcanada, una de las montañas más únicas y bellas de todos los Pirineos de la que vemos su cara norte, la más espectacular y agreste. 


Este pálido y bicéfalo pico muestra desde el Malh dera Artiga todo su poderío, ofreciendo su cara más tremenda. Embobado ante esta sobrecogedora visión, me quedo un buen rato en la cumbre.

El rellano de la Escaleta a vista de pájaro, con las laderas herbosas que hemos utilizado para ascender y que utilizaremos para descender.

Bajando la canal, volveremos al collado pero antes intentaremos ascender la cota 2.687 m de la cresta, desistiendo por la nieve dura que encontramos en la canal de subida. Sin nieve, no creo que el ascenso a esta cota tenga ninguna dificultad y puede ofrecer buenas vistas de la continuación de la cresta.
Al menos este intento nos ha permitido ver el Malh dera Artiga desde una perspectiva algo más alejada. Se puede apreciar la canal de subida a la cumbre.

Ahora ya sí, emprendemos el descenso definitivo por el tobogán.

En el descenso utilizamos más la pedrera pensando que nos facilitará el descenso, pero no es así ya que es tan inestable y descompuesta que no permite el surfeo como en otras pedreras donde hay bastantes más rocas y se puede bajar con rapidez.

El ibón del Coll de Toro, con la oscura pared y pedrera de la Pena Nera.

Llegamos finalmente al ibón, con un aspecto muy distinto al de esta mañana.
Zoom sobre la parte final de la canal de ascenso: la lengua herbosa hasta la base de la pared, el inicio del tubo y el vertical muro herboso final.
Ya en sendero, empezamos el descenso al rellano previo al Coll de Toro.
Mientras vamos bajando hacia Aigualluts no podemos evitar mirar atrás para ver esta imagen completa del Malh dera Artiga y todas sus puntas.

La Forcanada y el Turó de Tres Puntes.

Ya desde Coll de Toro, la afluencia de gente empieza a aumentar a medida que voy descendiendo por la Escaleta.

Y despido esta reseña con el Plan de Aigualluts y el Salvaguardia y el Pico de la Mina en lontananza, una imagen bien clásica del Valle de Benasque.