Tuca de Bargas (2.636 m) y Tuqueta de Bargas (2.617 m) desde la Besurta

Soledad absoluta en Aigualluts: las Tucas de Bargas

La Tuca de Bargas con la Tuqueta de Bargas en segundo plano y la cresta que las une al Port de la Picada desde el Pico de la Mina.

La larga cresta que une el Puerto de la Picada y el Coll de Toro es muy poco recorrida por los excursionistas, siendo lo más visitado la Tuca Blanca de Pomero, la cumbre más elevada de este tramo, y tampoco mucho. Pero siguiendo el cordal hacia el norte, existen dos puntiagudas cumbres que quedan relegadas al más absoluto olvido por lo moderada de la altura y lo poco que destacan vistas desde el incipiente Valle del Ésera pues la cresta en la que aparecen es lo suficientemente alta como para que sobresalgan apenas poco más de 100 metros por encima de la misma. Estas cumbres son las Tucas de Bargas y están situadas en una posición central entre Artiga de Lin y el valle de Pomero, en la vertiente aranesa, y Aigualluts en la aragonesa.

Muchos de los montañeros que frecuenten el Valle de Benasque seguramente apenas hayan oído hablar de la existencia de estas dos cumbres, curioso cuanto menos estando las mismas tan cerca del lugar más visitado en todo el valle. Pero ahí están y su ascensión permite una ruta de lo más variopinta y panorámica aparte de que su ascenso no es trivial. Y es que la cresta que une estas dos cumbres con el Puerto de la Picada, a pesar de ser fácil, tiene algún tramo aéreo y expuesto, con pasos algo peculiares. Además del interés técnico y excursionista, por la posibilidad de ascenso a dos cumbres absolutamente fuera de lo estándar, la visita a estas cumbres otorga una panorámica extraordinaria del macizo de la Maladeta, que tenemos al otro lado del Ésera y de las montañas de Artiga de Lin y de este tramo del Valle de Benasque, destacando el agudo Pico de la Mina y sus agujas, que tendremos en una posición inmejorable.

Ficha técnica

Desnivel: 900 m

Longitud: 8 km

Altura mínima: 1.870 m

Altura máxima: 2.636 m

Dificultad técnica: En el descenso de la Tuqueta de Bargas y en el ascenso de la Tuca de Bargas, pasos de I-I+. En la cresta que une la Tuca de Bargas con el Turonet deth Port dera Picada, pasos constantes de I con roca mala y como mucho, alguno de II que se puede esquivar.

Track en Wikiloc

Mapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix

Acceso

La Besurta es una caseta que marca el final de la carretera del Valle de Benasque. Su acceso queda restringido en los meses de verano y cuando la nieve impide el paso por la carretera. Fuera de estas épocas, se puede acceder en coche particular, habiendo varios aparcamientos habilitados tanto al final, junto a la caseta, como en varios recodos de la carretera. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace a Google Maps.

Fotodescripción

Estamos a mitades de otoño y la alta montaña está emblanquecida por nieve reciente que ya empieza a quedarse. Pero al Sol le cuesta salir, y de momento solo toca a las augustas Maladetas, en la otra vertiente del valle, primera en recibir la luz solar.

Las hermanas de Paderna también reciben los rayos del astro rey, poco intensos en esta época del año.

Nosotros vamos a estar en sombra hasta llegar a la divisoria, por lo que el ascenso va a ser cómodo. Tras pasar por el lado de la caseta de la Besurta y cruzar el joven Ésera aparece rápidamente un sendero a mano izquierda que señalado como el de los Ibones de Villamuerta.

Vemos las Tucas de Bargas desde el mismo inicio de la ruta, aunque destacan poco: aparecen como agrestes pero poco relevantes crestones rocosos por encima del muro de hierba que cierra el valle por el norte.
El sendero avanza por el bosque mientras gana altura muy levemente.

No tardamos en llegar al Ibón Bajo de Villamuerta. Para empezar el ascenso al lago superior iremos por la canal herbosa que se encuentra detrás, pero no llegaremos a él sino que, pasando a las pendientes herbosas de la izquierda de la canal, iremos trazando una diagonal hasta el collado de Bargas, que se encuentra a la derecha de la Tuqueta de Bargas.

Tras bordear por la derecha el Ibón Bajo de Villamuerta, el sendero sube por el cauce del barranco que coincide con una canal herbosa.

Tras superar el muro que se ve a la derecha de la foto, el sendero gira hacia esa dirección para llegar al Ibón Superior de Villamuerta. Nosotros iremos por el sentido contrario.

Y es que como la canal herbosa termina en unos potentes roquedos, tendremos que abandonarla y con ella el sendero para irnos a la siguiente ladera herbosa de las que surcan el muro meridional de nuestras cumbres. Para hacerlo, cruzamos horizontalmente la canal.

Abajo queda el Ibón Inferior de Villamuerta y, más al fondo y aún en sombra, un helado Plan d'Están.

Un estrato rocoso corta el barranco por la izquierda, pero vemos como una pequeña vira lo rompe y permite ir al otro lado.
 Tras cruzar este pequeño estrato rocoso, y de nuevo con la dirección puesta hacia el collado de Bargas, pasamos un tramo con algo de bloques salpicados por árboles hasta que llegamos a uno pequeño rellano, con un promontorio al otro lado, donde nos acercamos.
Y es que las vistas desde el mismo merecen la pena, con un Aneto despampanante brillando intensamente con el sol matutino...

...igual que el pico Cordier con su agonizante glaciar, mientras la aguda Maladeta sigue en sombra.

Mirando hacia abajo, apenas vemos la cola del Ibón Superior de Villamuerta con el sendero que conduce hasta él y que seguíamos hasta hace poco en la base de la fotografía.

El muro que cierra todo el Valle del Ésera por el norte y este y encima del cual están las Tucas de Bargas es muy empinado y plagado de pequeños roquedos. Sin embargo, está surcado por laderas herbosas que lo cruzan en diagonal y que nos son muy útiles para ascender por el mismo. Desde el rellano en el que estamos sale una de estas canales oblicuas y parece que conduce hasta el mismo collado de Bargas o muy cerca del mismo. Así que empezamos el ascenso por esta diagonal herbosa. 
La afamada cresta de Salenques al completo culminando en el Margalida, pudiéndose apreciar perfectamente todos sus principales obstáculos.

El ascenso es fuerte y no da tregua, mientras vamos atravesando pequeñas canaletas rocosas que caen de los roquedos que nos rodean. Tras un tramo donde la pendiente se acentúa, llegamos a otro pequeño rellano con unas buenas vistas de lo recorrido hasta ahora, con el Ibón Bajo de Villamuerta muy lejano ya.

Como la pendiente es fortísima, vamos realizando pequeños descansos, en los que disfrutamos de este espectacular contraste entre la sombra que aún nos cubre con el Sol del que ya disfrutan las cumbres de Remuñe y Gorgutes. Más cercana la pareja formada por el siempre altivo Salvaguardia y...

...el brutal Pico de la Mina, con la Aiguille Morin empezando a asomar en su cara norte.

Las cumbres más altas de Gorgutes: el Malh Pintrat y las tres cumbres de Estauas.

El profundo Valle de Remuñe con la Tuca de Lliterola y el Pico de Remuñe cerrándolo por el sur y el Perdiguero, ya en Lliterola, dominando indiscutiblemente la zona.

Seguimos subiendo por el claro tubo herboso, que ahora se encajona entre roquedos, alternando pendientes más fuertes con otras más suaves.

Pasamos bajo la Tuca de Bargas aunque primero ascenderemos a su hermana menor.

Llegamos a una pequeña cubeta cerrada por roquedos de escasa categoría, que cruzamos en diagonal por una ancha vira herbosa.

Una vez pasado este tramo, solo quedará una subida directa al Collado de Bargas, que se intuye a la derecha, aunque también podríamos ir directamente a la cresta sur de la Tuqueta de Bargas, cuya cumbre vemos a la izquierda.

La Tuca de Bargas cada vez destaca y se individualiza más.

Aunque el protagonismo de la zona se lo lleva indiscutiblemente la Tuca Blanca de Pomero y su antecima norte (que en algunos mapas es llamada Tuqueta Blanca de Pomero), dos fabulosas agujas pálidas que cierran la cresta donde estamos.

Nosotros estamos muy cercanos al Collado de Bargas, pero no llegaremos a él...

...sino que encararemos directamente la subida por la primero ancha pero cada vez más estrecha cara sur de la Tuqueta de Bargas.

A media subida, vista atrás de la cresta que continua hacia el sur. Aunque no parece muy difícil, tiene pinta de entretenida si se realiza a toda arista.

Llegando a la cumbre de la Tuqueta de Bargas.

El Ibón de Pomero, bajo la cumbre del mismo nombre, en una de las zonas más inhóspitas de la Vall d'Aran.

La roca solo aparece en los últimos metros de la cumbre.

Una fácil trepada y estamos arriba.

Llegamos al fin a la alargada cumbre de la Tuqueta de Bargas, que tiene el hito en el otro lado.

Nuestra siguiente objetivo: la Tuca de Bargas, con su bicéfala cumbre. Afortunadamente para nosotros, la más alta es la izquierda, porque la derecha tiene una pinta temible.

Empezamos a descender al collado, del que nos separan unos 60 metros, por la cresta, ancha y manchada de nieve.

La ladera culmina en varios cortes rocosos, que descendemos por esta empinada canal, bastante helada y que destrepamos con cuidado. Afortunadamente es corta y nos encontramos rápidamente en el collado.

La Tuca de Bargas queda a unos 70 metros del collado, pero se van a sudar más que los de la Tuqueta porque la cresta parece bastante más agreste.

La cresta es fácil pero tiene varios crestones, la mayoría de los cuales se pueden ascender pero que siempre se pueden flanquear por una vertiente u otra.

Cuando se afila demasiado pasamos a la vertiente aragonesa, con mucho cuidado porque...

...un buen tobogán casi vertical cae hacia el oeste.

Seguimos trepando por la roca metamórfica, de calidad regular.

Vista atrás del tramo de cresta realizado hasta ahora.

Y también una mirada de la Tuqueta de Bargas, con una estampa muy atractiva desde aquí.

El último tramo de la cresta se vuelve a suavizar.

Pero, al llegar arriba, sorpresa! La cumbre está separada unos 30 metros hacia el noreste de la cresta principal, que continúa...

...hacia el Puerto de la Picada, muy lejano.

Tras un corto pero aéreo tramo, llegamos a la cumbre de la Tuca de Bargas.
Desde la cumbre hay muy buenas panorámicas del Valle de Arán y de su zona más occidental. Más de mil metros por debajo, la pradera de Artiga de Lin.

Forcanada, Tuca Blanca de Pomero y Molières, que tríada más bella...

La cresta de Salenques pierde definición al aparecer la mole del Russell y sus cumbres por detrás.

En Cataluña, el Montardo destaca como siempre entre el mar de cumbres de Aigüestortes.

Más a la derecha, los Besiberris al completo.

Y en el Valle de Arán, el Mauberme ejerce como amo y señor del cordal fronterizo.

La Tuca de Bargas sigue internándose hacia Catalunya con una cresta de aspecto terrible, en la que hay una antecima apenas dos o tres metros más baja de la principal pero de la que nos separa una complicada brecha.


El Ésera traza una curva para esquivar el macizo de Remuñe y Lliterola, con el Perdiguero descollando.

Y, valle abajo, la masa rojiza del Posets con sus mil crestas limita el horizonte hacia el oeste.
Tras un rato de descanso toca emprender el tramo más complicado de la jornada, el largo cresteo hasta el Puerto de la Picada.
Volvemos al entronque con la cresta por el mismo camino, desde el que observamos como el primer tramo es empinado pero sencillo.

Abandonamos las dos cumbres de la Tuca de Bargas y sus oscuros abismos occidentales.

El primer tramo del descenso es ancho, rápido y empinado.

Pero rápidamente la cresta se afila y empezamos a hacer pasos de funambulista por las puntiagudas rocas que jalonan el cordal. Nos vamos encontrando con varios cortes y placas que dificultan el avance.

La cresta es en ocasiones muy aguda, lo que nos obliga a abandonarla, generalmente por la vertiente aranesa, más rocosa pero con menos inclinación que la aragonesa, que es un muro. Pero en otros hay tramos mucho menos inclinados, como el de la foto.

Hemos dejado rápidamente atrás las dos cumbres de la Tuca de Bargas y la cresta que las une.

La vertical cumbre proporciona una alargada sombra sobre el Valle de Pomero.

A mitad de camino entre el Turonet y la Tuca encontramos una especie de portillo, quizás utilizado por los pastores de la zona.

En uno de estos cortes, muy vertical, tenemos que descender unos metros por la izquierda por terreno muy empinado y proseguir el avance varios metros por debajo de la cresta, pero debido a lo incómodo de este flanqueo por la verticalidad de la ladera no tardamos en volver a la cresta, cuya roca es siempre de dudosa calidad lo que hace aumentar la inseguridad.

Ya tenemos el Turonet a la vista, tras estas placas marrones que vemos más adelante y que tendremos que superar en bavaresa. Pero antes aún queda un último y afilado tramo.

Muy cercanos al Turonet deth Port dera Picada, la cresta vuelve a agudizarse pero es notablemente más sencilla que en los tramos anteriores. Cabe decir que en todo momento podemos abandonar esta cresta por varias canales hacia ambos lados, bastante empinadas pero fáciles. Sin embargo, este abandono es a costa de perder varias decenas de metros que después se tendrían que volver a recuperar.

En el Turonet nos damos un merecido descanso para relajarnos, puesto que ahora ya solo quedará un cómodo descenso hasta la Besurta. Vista atrás de la cresta recorrida al completo, con la Tuqueta de Bargas sacando la nariz detrás de la Tuca de Bargas...

...cuyas dos verticales cumbres vemos a la perfección y vemos que están separadas por dos brechas y no una, como nos pensábamos. Pasamos largo rato mirando esta bella montaña, realmente imponente desde aquí, lo cual hace preguntarse la razón por la que tan poca gente visite esta cumbre tan espectacular.

También vemos la cresta que nos ha llevado hasta aquí desde la cumbre, y que observada desde aquí tiene un aspecto más plácido de lo que realmente es.

En cualquier caso, pocas montañas pueden competir con el Pico de la Mina y sus dos agujas: la Aiguille Morin y el Bec de Corbeau.

El Salvaguardia, una de las cumbres más famosas del Valle de Benasque, no se queda atrás y también nos ofrece una vista de su cara más escondida y vertical.

Tras el Bom des Clots de Lunfern la canaleta de Pomero desciende casi mil metros hasta la verde Artiga de Lin.

Finalmente, tras un largo rato de contemplación de la blancura de los menguantes glaciares de la Maladeta, nos disponemos a abandonar esta modesta pero panorámica cumbre.

La cresta ya ha perdido todo el carácter y las cotas que quedan no son más que prominencias herbosas antes de fundirse en el Puerto de la Picada, que nos separa de la pared del Pic del Pessó.

El sendero que atraviesa el puerto se interna en tierras catalanas para encarar el Pas de la Escaleta.

El Pico de la Mina y la Aiguille Morin desde un perfil más lateral.

Emprendemos el descenso definitivo hacia el cercano Puerto de la Picada.

Antes de emprender el descenso hacia la Besurta nos despedimos del bello valle de Pomero, que nos ha estado acompañando desde hace largo rato y de la masa oscura de la Tuca de Bargas, cuyo aspecto desde aquí es espectacular.

También observamos el pequeño bulto del Turonet deth Port dera Picada, que marca el final de las complicaciones de la cresta.

Dejamos atrás la encanaladura final del puerto y bajamos por las praderas que caen bajo el Pic del Pessó. El descenso del Puerto de la Picada es cómodo y lo dejamos atrás en poco tiempo.

El sendero va en pos del camino que sube al Portillón de Benasque y se va acercando al mismo dejando de lado varias charcas para el ganado. Finalmente, llegamos a él y el camino se ensancha.

Ya en las curvas de la Costera, se aprecia perfectamente la diagonal herbosa que hemos realizado desde los Ibones de Villamuerta hasta el collado de Bargas.

Las curvas se hacen pesadas aunque tienen la ventaja de que ofrecen un descenso rápido a la Besurta, que ya vemos cercana.

Y también nos permiten sacar fotos como esta de las Tucas de Bargas, en su imagen más habitual que seguramente contribuya a que poca gente les preste atención y que desmerece el carácter de dos cumbres injustamente relegadas a un tercer plano.