Montessor (1.034 m) y Los Picons d'Os (948 m) desde la ermita de Sant Salvador

Ascenso a los torreones de Santa Anna y al olvidado Montessor

Cumbre del segundo Picó d'Os desde el principal

La Noguera es una comarca con dos partes muy diferenciadas. La inferior es totalmente llana, antesala del vasto Pla de Lleida mientras que la parte superior es muy abrupta, emergiendo sierras prepirenaicas por doquier, todas ellas de características similares, antes de llegar al Montsec, que ejerce de frontera septentrional. La comarca también se puede dividir hidrológicamente ya que la Noguera Pallaresa y, posteriormente, el Segre cortan por la mitad la comarca de norte a sur. La parte oriental es dominada claramente por el gran domo de Sant Mamet mientras que en la parte occidental, delimitada por el oeste por la Noguera Ribagorçana, se encuentran varias sierras de altitudes muy similares, en torno a los 1000 metros, siendo las más importantes la Serra de Millà, la de Montdeví y la de Montessor o Sant Miquel. Todas ellas se desploman sobre los dos pantanos que represan la caudalosa Noguera Ribagorçana y ofrecen vistas sin igual sobre los mismos y el Prepirineo, pero a pesar de ello, son sierras muy poco visitadas, por la aridez y dureza del terreno (motivo que explica la baja densidad de población de la zona y la presencia de varios despoblados) y la densa vegetación.

La más alta de estas sierras es la de Montessor, que culmina en el pico homónimo. A pesar de este dato, siendo la cuarta gran montaña de la Noguera tras los dos Montsecs y Sant Mamet (quinta si se considera la apartada Serra de Comiols), la cumbre es absolutamente ignorada por el excursionismo de la zona. Por ello, el acceso está abandonado y la carrasca ha invadido a sus anchas este pico, siendo bastante incómodo el acceso a su cumbre. Distinto es el tema de la otra gran cumbre de la sierra, Los Picons, una de las maravillas de la zona y bastante más visitados. Son varias torres rocosas con un acceso peculiar y grandes paredes que se desploman hacia el norte, mostrando un aspecto realmente impresionante. En esta ruta se propone la ascensión a estas dos montañas desde la ermita de Sant Salvador.

Ficha técnica

Longitud: 7 km

Desnivel: 450 m

Altura mínima: 750 m

Altura máxima: 1.034 m

Dificultad técnica: La brecha de acceso a Los Picons tiene su qué, es muy estrecha y vertical, pero hay una cuerda que ayuda bastante. Para acceder al Montessor superamos un paso de I+ pero seguro que si se busca hay pasos más sencillos.

Track en Wikiloc

Mapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix

Acceso

Desde Os de Balaguer, cruzamos el pueblo y cogemos la carretera a Alberola para abandonarla en poco rato ante el desvío que nos indica la pista a Sant Salvador, que seguiremos 10 km hasta llegar a la ermita, donde dejaremos el coche. La pista está en buen estado y es apta para todo tipo de vehículos. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace a Google Maps.

Fotodescripción

Salimos desde la Ermita de Sant Salvador hacia el norte utilizando la misma pista que llevábamos.

Rápidamente aparece un desvío que nos marca la dirección a Los Picons y el Mas Gorreta, y, en pocos metros, un segundo cartel nos hace tomar la pista de la derecha en una bifurcación.

La pista va dando la vuelta al Tossal de la Guardia y va ascendiendo paulatinamente, tomando altura sobre... 

...el pantano de Santa Anna, inmenso, que podemos ver si miramos a la izquierda, con el Montpedró en el horizonte, ejerciendo de último guardián de la Noguera Ribagorçana.

Tras haber ascendido ya un rato vemos el Mas Gorreta, segunda residencia, taller y muy probablemente lugar de inspiración para el escultor catalán y oriundo de Os de Balaguer Leandre Cristòfol i Peralba.

Cuando la pista se curva hacia la derecha para llegar a la Cabana de Guilló, nosotros cogemos un sendero que aparece a mano izquierda señalando el camino a Los Picons.

Al descender un poco, ya empezamos a ver las torres rocosas de los Picons.

Para llegar a ellos, el sendero baja hasta el campo que nos separa de los mismos y da un rodeo por la izquierda. Nosotros, sin embargo, cruzamos el campo por el medio y una vez en el otro lado, ascendemos campo a través por la ladera.

Tras encontrarnos con un denso follaje y tener más problemas de lo esperado (preludio de lo que nos esperaría en la otra cumbre de la jornada), finalmente llegamos al camino, de donde sale un estrecho sendero que nos conduce a la base del torreón principal de Los Picons, que utilizamos como referencia.


Llegamos al pie del torreón más alto en pocos minutos. Esta torre está protegida por este lado sur por una pared vertical de roca de unos cuantos metros y su acceso quedaría reservado a los escaladores de no ser por un acceso natural que queda algo escondido.

Un estrechísimo túnel-brecha aparece entre las paredes del torreón, permitiéndonos acceder al otro lado tras un paso de pocos metros bastante vertical pero con la ayuda de una cuerda y de unas rocas que sirven de escalera.

Aviso a navegantes: el paso por el túnel para gente con cierto volumen corporal (como un servidor) se puede tornar complicado y agobiante si no se está acostumbrado, más teniendo en cuenta de que es bastante vertical, por lo que si uno no se ve con coraje o ve que le está costando más de lo que debería, mejor quedarse abajo. La brecha (que es más estrecha al final de todo) deja en la parte superior del torreón.

Hacia el sur, detrás de los verdes campos que forman la altiplanicie de Montessor, las cotas más altas de la sierra, destacando el  alargado Tossal de Montessor en una posición central.

Para llegar a la cumbre, pasamos por arriba de la brecha y llegamos en unos segundos en la parte más alta del más alto de Los Picons. Vemos el destacado Sant Quílez, ya en Aragón y, más lejana, la Sierra de Guara. 

La vista del otro torreón es tremenda, ya que vemos su cara norte, una pared absolutamente vertical de varias decenas de metros.

Para descender, volvemos a esconder barriga y bajar la brecha hasta el camino. Mientras nos vamos alejando de Los Picons, vemos bien clara la brecha por la que hemos accedido a la cumbre. También observamos como no parece haber un paso alternativo fácil.


Ahora cogemos el camino que nos conduce a la Cabana del Guilló, pasando por el lado del despoblado de Montessor, situado en los mismos pies de Los Picons y del que apenas quedan cuatro paredes, siendo la construcción más conservada la iglesia de Santa Maria de Montessor, que se puede observar en la foto entre los dos Picons.

El camino baja al campo que separa Los Picons del resto del macizo y se pierde, pero simplemente andamos por el borde del campo hasta llegar al otro lado, donde tomamos otra pista.

Lejano pero inconfundible, el tajo de Mont-Rebei.

La pista nos deja en el Coll del Guilló, al lado de la Cabana, que tiene todo un costado semiderruido.
Dejamos la pista principal para coger una pista que pasa justo al lado del Mas de Guilló y que nos acerca al Tossal de Montessor, indicado en algún cartel.

Llegamos en un punto donde hay una bifurcación. Si siguiéramos el sendero de la derecha llegaríamos a la Ermita de Sant Salvador y es por donde volveremos. A la izquierda llegaríamos a un campo de cultivo. Pero nosotros seguimos de frente, en un sendero que apenas se ve pero que está marcado por un hito. 
Aunque no lo parezca, este es el inicio del sendero que nos acerca a la cumbre del Montessor. Unos metros más adelante se define un poco.

l sendero pasa por el lado de una charca y tras ascender unos 50 metros de desnivel llegamos a otra bifurcación, tomando el camino de la izquierda.

Mirando atrás, vemos la Cabana del Guilló y Los Picons, en una posición más baja que la nuestra.

Este sendero va ganando altura muy suavemente y va avanzando hacia el este. Sin embargo, en un determinado momento y sin haber apenas ascendido nada, el sendero se interna en un bosque y se pierde. Pensamos que encontraríamos un sendero o indicador que señalaría el camino a la cumbre pero no vemos absolutamente nada. En este punto vemos que ya nos hemos pasado la cumbre, así que tiramos para atrás e intentamos buscar un sitio donde podamos superar la muralla de vegetación que protege la cumbre.
Así pues, volvemos sobre nuestros pasos buscando un paso donde la densidad arbustiva sea menor. En un momento dado vemos como la vegetación se aclara y nos vamos para arriba. Ascendidos unos metros, nos encontramos como la meseta somital está protegida por una muralla de roca, corta pero vertical.

 Vemos como una banda de roca de un par de metros protege toda la arista somital del Montessor y tenemos que trepar por ella, superando algún paso de I-I+. En esta foto hay una vista desde arriba de los dos-tres metros del estrato rocoso. La vegetación molesta bastante a la hora de superarlo.


Ahora ya nos encontramos en la parte de arriba del Tossal, pero no en el punto más alto, del que calculo que nos separan unos 200 metros en línea recta. Esta corta distancia se hace lenta de realizar porque por arriba hay una auténtica selva de carrasca que hace el paso bastante penoso.

Tras recibir múltiples arañazos, finalmente llegamos a la cumbre del Tossal de Montessor, algo más despejada y donde hay un vértice geodésico.

Lo bueno es que ahora la panorámica del Pirineo ahora es mejor, especialmente la vista sobre el Cotiella y el Turbón, que se ven gigantescos.

El impresionante tajo del Congost de Mont-Rebei, con la paret d'Aragó y la Paret de Catalunya en sus respectivos Montsecs, se intuye detrás del Puig de Millà.

Los Picons d'Os, alineados con San Quílez y Guara. A la izquierda se puede apreciar el bulto de la Peña Gratal en la lejanía.

Para bajar, decidimos arriesgarnos y bajar recto desde la misma cumbre del Tossal de Montessor, para ahorrarnos la horrorosa travesía por la carrasca.

Sorprendentemente, tras salvar la faja rocosa también presente aquí, aprovechamos una canal llena de pedrera pero libre de vegetación y podemos llegar al sendero mucho más cómodamente que en la subida.

Ya en el sendero de la falda del Tossal de Montessor, desandamos nuestros pasos hasta la bifurcación del principio.

Tras llegar a la bifurcación al pie del Montessor, tomamos el sendero indicado hacia la Ermita de Sant Salvador, muy claro.

Vamos bajando el Barranc de Sant Salvador cómodamente gracias al sendero, mientras vemos como una densa vegetación arbustiva nos rodea. Al fondo, el Pla de Lleida.

Bajado algo de desnivel, ya vemos la Ermita de Sant Salvador.

El camino baja por la ladera derecha del Barranc de Sant Salvador, primero por unos campos y luego ya, en franca bajada, por el lado de una bonita pared que se desprende de la cumbre de Montessor.

Finalmente, nos encontramos de nuevo en la ermita, completando un bonito paseo por las panorámicas cumbres del desconocido macizo de Montessor.