Montpedró (736 m) desde el merendero de Santa Anna

 La atalaya de Santa Anna

El Montpedró por su agreste cara sur.

El Montpedró es una de las montañas más características de las sierras exteriores prepirenaicas. Es un voluminoso domo protegido por una buena pared en sus caras norte, este y sur, mientras que en la cara oeste un valle en forma de herradura divide las dos aristas de la montaña, que se unen en su cumbre. En la ancha cima se encuentra la ermita de Sant Salvador, de origen románico y de un tamaño considerable, teniendo en cuenta la posición en la que está.

Desde esta ermita se tiene la mejor panorámica del tramo final de la Noguera Ribagorçana, que abandona en esta cumbre las montañas y se interna en el llano Segrià, donde se une al Segre en la población de Corbins. Justo al lado del Montpedró se encuentra la presa de Santa Anna, la última de las cuatro que represan este río y de la cual se tienen unas vistas impresionantes, al igual que del agreste entorno del final del Prepirineo. En esta corta ruta se propone una circular para el ascenso a esta montaña, subiendo por el espolón de la cara sur y descendiendo por el norte, pudiendo observar todas las caras de esta modesta pero destacada cumbre.

Ficha técnica

Desnivel: 400 m

Longitud: 6 km

Altura mínima: 400 m

Altura máxima: 736 m

Dificultad técnica: Nula. Algún paso escabroso y empinado en el descenso por la cara norte del Montpedró.

Track en Wikiloc

Mapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix

Acceso

Aparcamos en el merendero de Santa Anna, donde hay bastante espacio para aparcar. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pinchando este enlace a Google Maps.

Fotodescripción

Iniciamos la ruta en el merendero de Santa Anna, donde se encuentra un pequeño pero coqueto bosque a la sombra del gran pedrusco del Montpedró. Pocos metros más arriba del propio merendero, nos encontramos con un sendero que va por el bosque paralelo a la carretera, en dirección sur.

Tomándolo, empezamos a rodear el Montpedró en sentido horario. El sendero, siempre muy claro, empieza a ir hacia el sur siguiendo la carretera.

Atrás dejamos la bonita cresta de les Roies de Pinyana, bajo la cual vamos a volver,  por el valle que se ve a su base.

Los roquedos del Montpedró van ganando en tamaño a medida que vamos hacia su cara sur. Entre las canales que atraviesan los riscos se distingue un pequeño camino, que puede ser una alternativa mucho más directa.

Tras bordear la cara este del pico, el sendero abandona la carretera y gira hacia el oeste, para entrar en su cara sur. 

La carretera de Santa Anna baja hasta el valle de la Noguera Ribagorzana y se une a la carretera nacional, que va de Lleida a Benabarre.

En ocasiones el sendero se bifurca. En caso de duda, siempre ir por el sendero más claro, que suele ser el de la derecha, puesto que tenemos que ir acercándonos al Montpedró.

La cara sur del Montpedró es sin duda la más vistosa, puesto que está dominada en casi su totalidad por una bonita pared.

El sendero va en busca del punto donde esta pared cede y entra en el vallecito que corta el Montpedró en dos, que queda algo más al oeste.

Así como hasta ahora apenas habíamos ganado altura, de repente el sendero emprende un decidido ascenso, primero para ganar un promontorio que se corresponde a la cota 458 m de Iberpix y luego para llegar a la base de la cara sur de nuestra montaña, en busca de un corte en la pared.

Hemos llegado a la base del Montpedró. Ahora el sendero se interna en la vaguada de su interior.

Llegamos a un cartel donde tenemos que decidir si queremos ir por el interior de la vaguada o por el espolón. Recomiendo encarecidamente ir por el espolón, puesto que es mucho más panorámico y no tiene ninguna dificultad por la buena calidad del sendero.
Subimos metros rápidamente. Hemos dejado el campo por encima del cual hemos pasado bastante abajo. Al fondo se ve Castillonroy.

El terreno a veces se torna rocoso, pero el camino convierte el ascenso en un paseo.

En la arista de la montaña aparece repentinamente un bonito crestón rocoso, que el camino sigue paralelamente por la derecha.

El sendero llega incluso a tocar la pared, formando un estrecho pasillo entre el muro y la frondosa vegetación.

Cuando el crestón rocoso desaparece, el sendero sigue avanzando por la ladera, mientras hacia el sur empieza a aparecer la pared cada vez más cercana.

El sendero es siempre empinado pero muy cómodo, con la traza muy limpia.

Cuando el camino del vallecito se une al nuestro, el sendero se interna momentáneamente en el bosque antes de volver a la arista. Por primera vez, vemos el tejado de la ermita de Sant Salvador, aunque aún nos queda un rato para llegar a la cumbre.

Tras pasar por un bonito balcón en la arista, el sendero la abandona para encarar directamente el ascenso a la cumbre.

Ya estamos bajo la ermita.

La cumbre está situada justo donde está la edificación, así que entramos en ella por el lateral.
La ermita de Sant Salvador tiene tres bonitas arcadas que dan a la cara sur y protegen el interior de la ermita, que está al aire libre y está dentro a su vez de otra arcada.

Atravesando la ermita hacia el este tenemos el mirador, que ofrece unas vistas espectaculares del pantano de Santa Anna.

Hacia el sur, se aprecia perfectamente la frontera entre el Pla de Lleida y sus numerosas poblaciones y el altiplano occidental del Segrià, que se levanta más de un centenar de metros sobre la llanura y que aloja la autovía de Vielha, en construcción, y el aeropuerto. Mucho más lejana aparece la inconfundible silueta del Caro y el macizo de los Ports de Besseit.

Al fondo del Pla, tras los pueblos de Alfarrás, Almenar y Alguaire, entre muchos otros, se ve Lleida.

Para llegar al Montsant y a Prades, las primeras montañas meridionales desde nuestra posición, tendríamos que atravesar 70 km de llano por las planicies de Lleida.

La presa de Santa Anna y sus infraestructuras.

El macizo de Sant Miquel, presidido por el llano Montessor, que no tiene ni mucho menos el carácter de Los Picons, cuyos agudos riscos se levantan con altivez al oeste del macizo.

La Punta d'Ossos y el larguísimo Montsec d'Ares, el central de los tres que conforman la cordillera.

Tras las sucesivas crestas de roca rojiza que predominan en esta salvaje región llega su culminación, el brutal boquete de Mont-Rebei, separando el Montsec de l'Estall y el de Ares.

Volvemos a cruzar la ermita para emprender el descenso, que empieza en el lado de la entrada.

Para volver, el sendero (ahora indicado con la dirección a Santa Anna), sigue la arista noroeste, muy cómoda al principio.

No tardamos en dejar la ermita y, en consecuencia, la cumbre del Montpedró atrás.

Luego, la arista se torna algo abrupta, surgiendo crestones rocosos que el sendero esquiva bajando por la izquierda unos metros, con pasamanos y incluso escaleras salvando el tramo más empinado.

Estamos pasando por lo alto del vallecito, con la arista por la que hemos ascendido resaltándose contra los campos de Castillonroy.
De repente el sendero abandona la arista y empieza a bajar decididamente hacia una gravera que se ve unos 50 metros por debajo de la arista.

El descenso es fuerte, con algún paso escabroso para salvar la pared norte que el sendero facilita con escaleras o pasamanos.

Llegamos al gran rellano donde se encuentra la gravera y donde desemboca una pista, que tomaremos.

Vista atrás del descenso realizado desde la arista.

Esta pista, que desciende fuertemente hasta volver a la cara sur del Montpedró, tiene un corto recorrido para nosotros, ya que tomaremos el primer desvío hacia la derecha, donde nace otra pista.

Tras pocos metros siguiendo esta pista, un ancho camino aparece a la derecha y, transformándose en sendero, empieza a bajar por el valle en dirección al merendero de Santa Anna.
El sendero baja por el valle entre el Montpedró, a nuestra derecha, y el risco de les Roies de Pinyana, a nuestra izquierda, estando en la base del vallecito el aparcamiento. Al principio está muy descompuesto y con mucha piedra suelta.

Sobre nuestras cabezas, la ermita de Sant Salvador, colgada por encima de las paredes septentrionales del Montpedró.

Dejamos a un lado el sendero que va a la vía ferrata de les Roies de Pinyana y empezamos a ir por su base, pudiendo observar a varios escaladores realizando esta bonita travesía por las agujas.

La bonita cresta de les Roies de Pinyana, con algo más de perspectiva.

Poco a poco vamos descendiendo por el valle, cada vez más tendido.

Ya hemos dejado atrás les Roies, señal de que nos acercamos al final.

Tras un corto descenso, no tardamos en llegar de nuevo al parking, cerrando este corto paseo donde hemos ascendido a la montaña más icónica de la zona, el bonito Montpedró.