Cova del Tabac, Extrem del Mont-Roig (763 m) y la Proa (715 m) desde la Presa de Camarasa

Paseo bajo, dentro y por encima de las paredes del Mont-Roig

La monumental entrada a la Cova del Tabac.

El Mont-Roig es una de las sierras exteriores del Prepirineo de Lleida, no la más alta pero seguramente la más conocida. Su nombre proviene del intenso color rojizo que predomina en las grandes paredes que se desploman en su cara sur y este, muy conocidas por las numerosas vías de escalada que pueblan estas murallas. Este macizo está rodeado por ríos en todas sus vertientes excepto por la occidental: al norte, el pantano de Camarasa es el tramo final de la Noguera Pallaresa; al sur el Segre rodea las últimas montañas que le acompañan en su largo viaje antes de entrar en la llanura lleidatana y, finalmente, al este es donde se unen los dos mencionados ríos en el Congost de Camarasa, en un profundo cañón bajo las paredes del Mu y del macizo que nos ocupa en la presente descripción.

Es precisamente el tramo del Mont-Roig que forma el Congost de Camarasa el que vamos a recorrer hoy. Lejos del tramo central de la sierra, donde se encuentran sus mayores alturas, este sector más oriental tiene un punto de interés mucho más curioso y especial: la Cova del TabacEste profundo agujero en la pared, conocido desde hace siglos por su vistosidad y profundidad, tiene incluso arte rupestre en su interior, aunque cuesta mucho de encontrar por las monumentales dimensiones de la cueva y la total oscuridad de su interior. Y es que aparte de la valla que protege su entrada de la posible entrada de vándalos (cosa que desgraciadamente ha ocurrido varias veces), el interior está sin humanizar, fuera de varias zonas donde se están haciendo prospecciones arqueológicas, por lo que tenemos que llevar obligatoriamente iluminación artificial y tener algo de cuidado con el terreno, pues hay varias simas en su interior y el suelo es resbaladizo.

Tras visitar esta impresionante cavidad y para completar la jornada, seguiremos andando bajo las paredes para, por uno de los pocos pasos donde las mismas se rompen, ascender a la parte alta de la sierra y volver, en un retorno suave y panorámico, por lo alto de las mismas y cerrar una bonita circular.

Ficha técnica

Desnivel: 600 m

Longitud: 9,5 km

Altura mínima: 340 m

Altura máxima: 763 m

Dificultad técnica: Hay un par de pasos equipados con cadenas y hierros en el tramo de la Cova del Tabac muy sencillos. Dentro de la cueva, ir con frontal y con mucho cuidado, porque hay simas bastante profundas. Desde la Cova del Tabac a el Portell, tramos sin sendero y bastante incómodos.

Track en Wikiloc

Mapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix

Acceso

Aunque lo ideal seria aparcar en la misma presa de Camarasa, no hay ningún espacio habilitado para ello, por lo que tendremos que aparcar pasado el túnel en dirección a Tremp, donde si que hay un parking habilitado. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace a Google Maps.

Fotodescripción

Al otro lado de la presa de Camarasa, la quilla rocosa de la Proa del Mont-Roig. En unas horas estamos allí.

Pero la Proa queda al otro lado del pantano de Camarasa, cuya presa debemos cruzar.

Para llegar a ella seguimos un camino al lado de la carretera que llega a un túnel auxiliar, sin iluminación.

Este túnel se une al de la carretera. Destrepamos un murete vertical de apenas un metro donde hay clavados unos ganchos para descender mejor y llegamos a la carretera, que no tiene apenas arcén. Por ello, corremos unos metros para evitarnos sustos y abandonar el túnel lo antes mejor.

Llegamos a la presa, de nuevo tras la protección de la barrera de la carretera. Mientras la atravesamos contemplamos el último tramo de la Noguera Pallaresa...

...antes de desplomarse sobre el Segre, que atraviesa el Congost del Mu casi 100 metros por debajo.

La Proa va perdiendo perspectiva a medida que vamos hacia la otra vertiente, aunque su cabezón rocoso es siempre visible.

Antes de entrar a otro túnel, el camino que nos conducirá a la Cova del Tabac, indicado con un cartel en la pared, aparece a la derecha.

Primero avanzamos por un gran rellano entremedio de un bonito bosque.

Al finalizar el rellano, empieza el sendero que primero avanza por los roquedos a la vera del pantano, en fuerte ascenso y protegidos por el lado del río por una barandilla metálica.

No tardamos en llegar a un bonito mirador por encima de las azuladas aguas. Al otro lado del pantano de Camarasa y bajo la Cinglera de Penalta, la carretera y el espacio donde hemos aparcado.

El sendero se aleja rápidamente de la Noguera y sube por la boscosa ladera de la montaña hasta llegar a esta bifurcación, siguiendo el sendero de la izquierda en dirección a la Cova del Tabac.

Nos vamos acercando a la pared de la Proa, aunque tocará rodearla por debajo.

El Pic del Mu. Aunque no lo parezca, el profundo Congost del Segre nos separa del mismo.

Empezamos a bordear las estribaciones rocosas situadas bajo la Proa del Mont-Roig, conocidas como el Castell. Debemos ganar la vertiente oriental de la sierra, donde se encuentra la Cova del Tabac.

Tras dejar en el lado derecho un nuevo desvío indicado con un hito (por el que volveremos), el sendero pasa al lado de un pozo de piedra seca, que quizás albergaba hielo en épocas pretéritas.

Tras rodear el Castell, llegamos a un colladito donde cambiamos de vertiente. Al otro lado nos sorprende la vista de la gran pared oriental del Mont-Roig, que no cede hasta el Portell, paso por el que ascenderemos hasta lo alto del macizo. Pero antes nos espera la visita a la Cova del Tabac, cuya triangular entrada apenas se intuye entre los pliegos rojizos de la muralla.

Seguimos el sendero bajo la pared hasta que llegamos a un murete equipado con una cadena, escalerillas de hierro y marcas rojas, inicio del sendero a la Cova del Tabac.

Tras superar el primer muro, ahora toca avanzar por una ancha vira, cortada en ocasiones por cortos muros, siempre equipados con escalerillas de hierro o cadenas.

Ahora toca un tramo bajo la pared superior.

El Congost del Mu, entre el Castellàs y las paredes del Pic del Mu.

Un último paso equipado, el más vertical pero con buenas grapas, nos separa de la entrada de la Cova del Tabac.

La monumental entrada a la Cova del Tabac, con una solitario higuera guardando la puerta. Hay una valla con candado y es que el acceso está restringido y se tiene que pedir con antelación en la web de Espai Origens.

La cueva es en general de grandes dimensiones, con un techo bastante alto y en todo momento bastante ancha. La primera parte de la cueva es el más llano y cómodo de transitar, pues el terreno es poco accidentado, además de que la luz de la entrada nos permite ver bastante bien donde ponemos los pies.

Sin embargo, la cueva traza una curva y entra en un tramo donde la oscuridad es total y es imposible el acceso sin la posesión de luz artificial. Además es en este tramo donde hay varias simas que se tienen que esquivar y donde el terreno es más descompuesto y accidentado. Avanzamos hasta que llegamos a un muro con mucha piedrecilla, donde nos damos la vuelta, aunque seguramente se pueda avanzar un corto trecho más. Debido a la oscuridad de la cueva y mi incapacidad como fotógrafo, no hay fotos del interior de la cueva. Mejor verlo en directo para disfrutar de la grandiosidad de esta maravilla de la naturaleza.

Y para los que no quieran entrar, desde el acceso a la cueva se pueden ver estas bonitas vistas del Segre, así que la excursión hasta aquí ya vale la pena.

La cumbre de la Proa del Mont-Roig, tan cerca pero tan lejos. Para hollar su cumbre deberemos dar toda la vuelta a la sierra para ganar el único paso hasta su parte alta: el Portell.

El Castell, el roquedo que guarda la Proa por su parte noreste.

Tras desandar nuestros pasos hasta el desvío hacia la cueva, empieza el tramo más pesado e incómodo de la excursión, el avance bajo la pared oriental del Mont-Roig hasta el Portell. 

El paso, se encuentra cerca de la Muntanya de Sant Salvador, que vemos al fondo de la foto, aún muy lejana.

Aunque a veces seguimos un sendero, en muchas ocasiones avanzamos sin un trazo claro ni hitos, en un avance bastante lento por una media ladera de pedreras y matorrales. Sin embargo, la dirección es muy clara, seguir bajo la pared, nunca muy lejos de ella, en dirección suroeste.

Si levantamos la cabeza, paredes que en ocasiones superan los 200 metros de altura dominan las alturas.

Cada vez que trasponemos un saliente nos encontramos de nuevo con un tramo de flanqueo, con una perspectiva corta puesto que tras unos centenares de metros otro saliente nos limita la vista. 

Ahora toca trasponer esta gran nariz, bajo cuyo techo pasaremos.

Vale la pena girarnos para ver el tramo que dejamos atrás, con el Castell y el Castellàs separados por dos ríos.

Y el Pic de Mu y su rocosa ladera conformando la ladera meridional del Congost de Camarasa.

Parece que vamos llegando al final, puesto que las paredes empiezan a ceder a nuestra derecha.

Pasamos un tramo donde llegamos a tocar el muro.

La cercana presencia de la Muntanya de Sant Salvador y del pueblo de Camarasa nos indica que nuestra suposición es acertada, nos aceramos al Portell.

Bajo la pared del Pic de l'Extrem, el sendero reaparece con claridad y emprende una clara dirección oeste.

Llegamos a la base del intimidante Portell, con una torre rocosa dominando el centro del estrecho paso y dividiéndolo en dos. Nosotros ganaremos la parte alta por la izquierda del espolón central.

El aplanado Pic de l'Extrem, cuya pared hemos bordeado por su base, nos espera.

Primero nos unimos mediante una empinada pedrera al camino que viene de Camarasa, mucho más cómodo y transitado que el que hemos utilizado para llegar.

Una vez en este sendero, ya solo quedará subir mediante una diagonal hasta la parte alta de la brecha, dejando rápidamente el espolón debajo.

Tras la muralla del Mont-Roig se ve perfectamente el Monteró y el pantano de Sant Llorenç de Montgai.

La pendiente se suaviza al llegar a la parte alta de la sierra.

El Pic de l'Extrem, totalmente llano y marcado con un humilde hito.

Cuando el Segre llega a Camarasa traza una brusca curva para pasar entre el Monteró y la Muntanya de Sant Salvador e ir a dar a Sant Llorenç de Montgai.

Hacia el este, el Mont-Roig y sus paredes siguen aún unos cuantos quilómetros, donde se encuentran sus mayores alturas.

El bonito pueblo de Camarasa y su Pont Vell, que no ha resistido el paso del tiempo.

Sant Llorenç de Montgai y su pantano, entre el Mont-Roig y el Monteró, que tiene el honor de ser la última montaña que ve el Segre en su largo camino hacia el Ebro. Al fondo, ya en la llanura, la capital de la Noguera: Balaguer.

La aplanada cumbre no es muy propicia para grandes vistas hacia el norte y oeste, pues la propia suavidad del terreno nos hace perder perspectiva. Justo hacia el norte debemos continuar, con el masivo Sant Mamet dominando ese punto cardinal.

El sendero, muy panorámico puesto que va por lo más alto de la sierra y en bastantes ocasiones muy cercano al precipicio, es cómodo y en la primera parte, muy llano.

Tras dejar atrás el Pic de l'Extrem, el camino empieza a descender, ya con vistas a la Cinglera de Penalta y...

...a la Proa, con una poco vistosa perspectiva vista desde este punto.

Cuando llegamos a su base, abandonamos el camino principal y empezamos su ascenso.

El ascenso, entre muros de piedra seca, es corto y sigue un caminillo algo difuso.

No tardamos en llegar a la poco transitada cumbre de la Proa del Mont-Roig. Aunque se trate de la cumbre más baja de todo el macizo del Mont-Roig, probablemente se trate de la que tiene una mejor vista, por su posición estratégica sobre el Aiguabarreig de la Noguera Pallaresa y el Segre y por la altivez de la cumbre.

Desde la cumbre se aprecian mucho mejor que desde l'Extrem las cumbre más altas del Mont-Roig, entre las que destaca su máxima cumbre, la Pala Alta.

Hacia el norte y tras la Cinglera de Penalta (con el Avenc de la Paret bien visible en medio del muro), el Congost de Terradets entre brumas separando el Montsec d'Ares del de Rúbies.

Como su nombre indica, esta imponente proa rocosa penetra en el congosto de Camarasa para dominar el sitio donde se unen los dos ríos más importantes de la provincia de Lleida y las cumbres de su alrededor. Si descendemos un poco hasta el borde de la pared tenemos esta fabulosa perspectiva del Congost del Mu y del Aiguabarreig del Segre y la Noguera Pallaresa.

La Presa de Camarasa y su compleja infraestructura.

El precioso Estret del Mu con sus vistosos estratos...

...y el pico homónimo, ya en la vecina Serra Carbonera.

Por ahí abajo debe andar la Cova del Tabac, aunque no la conseguimos ver.

Volvemos a subir a la Proa...

...para empezar el descenso ya definitivo, con una última mirada al modesto Pic de l'Extrem.

Volviendo al camino de descenso, encaramos el Pas del Sastre, que nos bajará de la parte alta del Mont-Roig.

Una vez se rompe la pared de la Proa a nuestra derecha, trazamos una brusca curva para esquivar un abismo que se abre a nuestra izquierda y entrar en la sombra de la cumbre.

Tras varios zigzags y dejando a la derecha el desvío que va a la Cova del Pas del Sastre (que hace miles de años estaba conectada a la Cova del Tabac), emprendemos un vertiginoso descenso por el bosque donde se pierde bastante altura por un frondoso bosque.

Tras haber descendido unos buenos 100 metros de desnivel en línea recta, el sendero, ahora mucho más suave, gira a la derecha para ir acercándose al camino de la Cova del Tabac.

La Proa del Mont-Roig ha quedado ya bastante arriba.

El sendero del Pas del Sastre desde el camino principal. Como se ve, está muy bien marcado con dos hitos.

De nuevo en la presa, ahora vamos por su parte oriental para poder ver mejor las infraestructuras de la central.

Bonitas escorrederas caen por las paredes desde los distintos túneles horadados en la pared.

Desde la presa y tras un corto ascenso llegamos de nuevo al punto de inicio de la excursión.

Desde el mismo, nos despedimos de la bonita Proa y de la agreste Serra del Mont-Roig, cuyo sector oriental hemos disfrutado hoy.