Cap de la Faiada de Malpàs (1.699 m) por Montiberri

Una reliquia en el Prepirineo Central

El Cap de la Faiada desde el valle que lleva a Montiberri

El Cap de la Faiada podría parecer una montaña más en el agreste Prepirineo de la Ribagorça, muy destacada vista desde el pantano de Escales, desde donde muestra su pose más agreste, repleta de espolones y grandes paredes, o desde Pont de Suert, la capital comarcal, desde la que se muestra como una ancha y bonita pared boscosa. Sin embargo, esta montaña aloja una maravilla en su empinada cara norte de la que nos da pistas el nombre de esta cumbre.

Y es que en la cara norte del Cap de la Faiada se encuentra uno de los últimos hayedos del Prepirineo Central, un relicto de un pasado lejano donde el clima era mucho más húmedo y fresco, ambiente mucho más propicio que el actual para el crecimiento de este tipo de vegetación. Este hayedo está en la parte alta y en otoño es una explosión de color en medio de la monotonía de los abetos y los pinos tan típicos del Prepirineo.

En esta reseña se propone el ascenso al Cap de la Faiada por la cara norte, pudiendo visitar la Faiada, aunque en la época en la que se realizó esta ascensión ya había perdido el bosque la mayor parte de las hojas, quedando pendiente una visita en una época más atractiva. Otro de los atractivos de la ruta es la visita al despoblado de Montiberri, situado justo al pie del Cap y que es también, junto a la Faiada, una reliquia de una época que muy probablemente hayamos dejado atrás.

Ficha técnica

Desnivel: 900 m

Longitud: 11,8 km

Altura mínima: 830 m

Altura máxima: 1.699 m

Dificultad técnica: Nula. Se va siempre por un camino empinado pero cómodo.

Track en Wikiloc

Mapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix

Acceso

El punto de inicio es la área recreativa de la Font de la Mena, en la carretera de Pont de Suert a la Pobla de Segur. Hay bastante sitio para aparcar. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace de Google Maps.

Fotodescripción

Emprendemos la marcha en la extensa área recreativa de la Font de la Mena, en una penumbra que aún nos va a costar de abandonar.

Desde el inicio ya vemos carteles señalando la dirección hacia Montiberri. Cabe decir que la ruta hasta la misma cumbre está perfectamente indicada en todo momento.

Seguiremos la carretera pero apenas unas decenas de metros puesto que...

...la abandonaremos para cruzar el Riuet del Convent por la Palanca de Montiberri.

Seguiremos ahora el antiguo camino que iba de Pont de Suert a Montiberri, cuando este poblado aún estaba habitado. Vamos rodeando la Roca de la Savina por el oeste mientras vemos como al otro lado de la Noguera Ribagorçana el Sol ya toca de pleno.

Tras un rato llaneando el sendero empieza a subir con más fuerza justo en el momento en el que terminamos el rodeo y entramos en el Barranc de Montiberri, lugar donde hay un buen mirador...

...de la parte inicial del pantano de Escales, que como todos está en un estado paupérrimo en este año de intensa sequía. A lo lejos aparece sombrío el Tossal de Sant Salvador, una de las montañas más bellas de la zona.

Con el Cap de la Faiada apareciendo por primera vez en la jornada, aún muy arriba, empezamos a remontar el Barranc de Montiberri en dirección al pueblo, que se encuentra en su parte alta.

El ancho sendero avanza por la ribera izquierda del barranco hasta que sobre la mitad de su recorrido, cruza a la otra vertiente.

Después de cruzar el río empezamos a avanzar por un frondoso bosque ganando altura muy suavemente.

Un poco más adelante llegamos a una bifurcación. Si siguiéramos a la derecha iríamos a Casòs, una agrupación de 4 casas que parece ser que aún está habitado, a diferencia de Montiberri, cuyo camino va por la izquierda.

Entre dos muros de piedra que delimitan antiguas fincas, el camino avanza en un entorno muy bonito.

No tardamos en llegar a Montiberri, cuyas edificaciones están mayoritariamente en un estado de ruina total.

La vegetación ya se ha adueñado de Montiberri.

Por primera vez en todo el día aparece en un indicador el Cap de la Faiada. El camino, que al principio coincide con el de Casòs y Viu de Llevata sigue recto nuevamente bordeando un campo.

Atrás dejamos Montiberri, en mitad de un bosque plenamente otoñal, con la Roca de la Savina en segundo plano.

Y enfrente, por encima de las copas de las hayas y los abetos, tenemos el Cap de la Faiada con sus antenas, aún a 600 metros de desnivel. Hasta ahora el camino ha sido plácido y llevadero, pero a partir de ahora vamos a tener que sudar de lo lindo.

Aún tenemos que acercarnos a la base del Cap de la Faiada, por lo que seguimos primero por este camino con alfombra de hojas.

El camino nos deja en la pista que proviene de Viu de Llevata. Al otro lado de la pista aparece otro cartel donde se retoma el sendero al Cap de la Faiada.

Le damos un último vistazo al gran muro boscoso de la Faiada. al cual nos internaremos ahora.

Cruzamos la pista varias veces, pero en todas las ocasiones al otro lado del carril encontramos un indicador señalando el sendero al Cap.

Poco a poco vamos abandonando los campos y el bosque va ganando caza vez más terreno. En un primer tramo encontramos varios carteles que informan sobre los beneficios que supone una limpieza del bosque.

La entrada al bosque implica a su vez que el sendero empieza a empinarse notablemente. No vamos a tener descanso hasta llegar a la cresta somital, para lo que aún faltan más de 400 metros de ascenso.

En un primer momento el bosque está formado mayoritariamente por pinos, entre los que aparece algún abeto perdido. Como se puede observar, el bosque está muy bien cuidado.

Tras una primera diagonal hacia el oeste, el sendero cruza una pista muy degradada, la última que nos vamos a encontrar, al otro lado de la cual un hito retoma de nuevo el claro sendero.

El camino ha cambiado radicalmente de dirección y ahora traza una diagonal con dirección este de forma definitiva, y es que ya no vamos a cambiar hasta la parte alta del monte. A su vez, vemos como las hayas van sustituyendo los pinos a medida que vamos ascendiendo.

El ascenso es duro pero el bosque es una maravilla y en ocasiones nos encontramos con árboles que parecen salidos de un cuadro daliniano.

Cuando estamos ya en la Faiada comprobamos que desgraciadamente hemos llegado tarde. La mayoría de hayas han perdido sus hojas y lo que hace dos semanas era seguramente un paraje de un refulgente dorado ahora se ha convertido en un tétrico decorado de árboles pálidos y pelados, que también tiene su encanto pero... no es lo mismo. 

En la parte alta de la diagonal, sobre los 1500 metros, el arbolado va perdiendo espesura.

La diagonal finaliza en un ancho rellano donde el sendero queda camuflado entre la alfombra de hojas que cubre el suelo. Sin embargo, el camino a seguir es claro, y rápidamente el trazo vuelve a marcarse.

En este rellano vale la pena desviarse a la izquierda donde hay un impresionante mirador sobre la muralla meridional de Aigüestortes, aún pelada de nieve.

Después de unos últimos zigzags por la cara norte, especialmente empinados, el sendero por fin llega a la arista somital de la montaña, donde nos recibe la luz solar.

Giramos rápidamente a la derecha para cruzar un último bosque y es que...

...el bosque no tarda en dar paso a una ladera de monte bajo por la que avanzamos, ahora de forma mucho más suave.

Atravesamos una bonita pradera donde empiezan a aparecer cantos de caliza, antesala del karst que ocupa enteramente la cumbre de la montaña.

En el mismo momento que divisamos la antena del Cap de la Faiada encontramos esta bellísima haya que se resiste a perder sus últimas hojas y forma un pequeño rincón dorado que destaca sobremanera entre este matorral tan propio del Prepirineo de Lleida.

Una gran red de tendido eléctrico que proviene de la gran antena afea parte de la cumbre.

Tras un rápido desvío llegamos a la auténtica cumbre del Cap de la Faiada, que tiene varias cotas de similar altura tanto al este como al oeste, como las que vemos en esta foto. La antena se encuentra cerca del collado entre las dos cotas principales.

La cumbre, que compartimos con un vértice geodésico, es un mogote calcáreo que se eleva un par de metros por encima de una selva de matorral bastante incómodo. Gracias a esta elevación podemos ver vistas que de otro modo nos serían complicadas de ver, como este panorama septentrional de la Ribagorça, tanto la catalana como la aragonesa, que se ve coronada por el blanco intenso de la Maladeta, en su parte más alta.

Hacia el este la cresta sigue en una altura tan similar que nos tapa parte de la vista, aunque podemos ver la gran masa del Boumort a la derecha y, más lejano el Cadí e incluso las dos puntas del Pedraforca. A la izquierda, en el Pallars, la blanca cúpula de la Torreta de l'Orri.

La entrada a la Vall Fosca apenas se intuye entre la Serra d'Altars y las montañas meridionales de Filià entre las que destaca el Tossal Llarg.

Hacia el sur Sant Gervàs domina indiscutiblemente la zona y, en segundo plano, cuando la Noguera Ribagorçana ya ha superado la presa de Escales...

...al río aún le espera el afamado desfiladero de Montrebei, cruzando el Montsec.

El mencionado pantano de Escales tiene a su alrededor bonitas montañas, como el Tossal de Sant Salvador, situado en la ribera contraria.

Tras un buen descanso retornamos, primero al bosque que cubre la ancha arista somital para luego ir descendiendo por la boscosa cara norte hasta llegar...

...de nuevo a la pista de Montiberri.

Desde allí tenemos una bonita vista sobre la gran masa forestal que cubre la mayor parte del Cap de la Faiada, con el añadido de la luz solar que esta mañana aún estaba ausente, y que ilumina las copas doradas de las escasas hayas que resisten con sus hojas.

Y ya de nuevo en el Riuet del Convent, ahora bien soleado, damos por terminada esta excursión a esta bonita montaña.