Punta Suelza (2.972 m) por Pardinas

La Punta Suelza, un coloso pirenaico

La masiva Punta Suelza, con la agreste Punta Fulsa asomando por la izquierda y el Pico de la Parda por la derecha desde la Punta Maristás.

La Punta Suelza es uno de los grandes del Pirineo y uno de las montañas obligadas para todo pirineísta que se precie. Y todo eso sin llegar a los 3000 metros. Emergiendo cual islote entre los valles del Cinca y Chistau, destaca notablemente entre las montañas del alrededor, que se muestran empequeñecidas ante la presencia de esta imponente mole.

Se trata de una cumbre de porte poderoso, seguramente de las montañas más voluminosas del Pirineo. Sus dos caras están muy diferenciadas: mientras que la vertiente norte es una rojiza y ancha muralla bajo la cual caen ingentes cantidades de cascajo, la sur es mucho más amable, con suaves palas herbosas que bajan hasta el mismo fondo del valle.

La vía usual para llegar a la Punta Suelza suele salir del Ibón de Urdiceto, al cual llega una pista en muy mal estado y que deja a una altura de casi 2.400 metros, por lo que el desnivel realizado es bastante bajo. Sin embargo, aquí se propone llegar a esta cumbre desde la vertiente contraria, por la Cabaña de Pardinas, utilizando un recorrido más bello y menos humanizado y a la vez muy fácil, apto para todos los públicos, ideal para iniciar a gente a la alta montaña que además podrán hollar una de las montañas más importantes y con mejor panorámica del Pirineo.

Ficha técnica

Desnivel: 950 m

Longitud: 7,5 km

Altura mínima: 2.100 m

Altura máxima: 2.972 m

Dificultad técnica: Nula. A tener en cuenta la bajada, muy empinada y por pendientes herbosas, desde el Pico de la Parda.

Track en Wikiloc

Mapa de la ruta realizada tomado en el visor Iberpix

Acceso

A la Cabaña de Pardinas se llega a través de la pista del collado de la Cruz de Guardia, al cual se llega al cabo de bastantes quilómetros de una pista que empieza en Señés, aunque también se puede llegar desde Chistau. La pista está en bastante buen estado. Calcula la ruta desde cualquier punto de inicio pulsando este enlace a Google Maps.

Fotodescripción

Llegamos a la Cabaña de Pardinas desde el Collado de la Cruz de Guardia, que queda tras la loma herbosa del fondo y tras la cual...

...aparece la imponente pared de la Punta Maristás, que ascendimos ayer en una bonita jornada vespertina.

Desde la cabaña sale un sendero hacia el oeste que nos hace cruzar un riachuelo utilizado por el numeroso ganado de la zona para beber. Empezamos a ascender por el barranco en dirección a la arista que corta el cielo delante de nosotros. Se trata de la loma sur de la Punta Suelza, nuestra vía de ascenso a la cumbre. 

Poco a poco los tonos rosados del amanecer empiezan a desaparecer, primero por las montañas más orientales. En nuestro caso se trata de la Peña las Once y el Pico Llosal, dos de las principales cumbres del macizo de Cotiella.

Vamos ascendiendo por la pendiente para ganar la loma por su parte sur, dejando abajo la Cabaña de Pardinas, con el Sol a punto de asomarse tras el Collado de Pardinas, por donde bajaremos tras haber hollado el Pico la Parda, a la izquierda.
En primer lugar vamos cerca del barranco, entre pequeñas colinas que nos cierran un poco la vista. Pero en poco tiempo el panorama se abre y volvemos a entrar en una franca ladera, dejando una segunda cabaña a mano izquierda. El sendero, bastante bien trazado avanza entre roquedos mientras gana altura rápidamente.

Entre el Pico de la Parda, por cuya empinada y bien marcada cara sur descenderemos, y el Tozal d'Escubillons aparecen los Eristes, mientras el Sol está a punto de despuntar.

Tras un rato de ascenso, nos plantamos en la loma sur de la Punta Suelza. El sendero ahora traza zigzags por la pendiente para seguir ganando altura con decisión.

Las cabezas de los tres Eristes, en un ambiente celestial.

Al haber ganado altura, hemos ganado a su vez perspectiva de la Punta Maristás al completo, con su larga cresta y su ancha pared norte.

También podemos disfrutar de estas vistas de las Tres Sorores, con el Monte Perdido en una posición central, culminando el aún sombrío valle de Pineta.
La arista de repente pierde inclinación y se transforma en un gran prado llano con vistas a la cumbre que la culmina y nuestro objetivo de hoy: la Punta Suelza. Debemos seguir la arista hasta su mismo final, por lo que nos dirigimos a la siguiente prominencia.

Nuestro siguiente objetivo es el siguiente llano de la loma, donde podemos ver un puntito, el cual es un gran hito que nos sirve de referencia.

Mientras vamos ascendiendo por la dócil ladera herbosa, vemos el muro que defiende el acceso a los ibones de Barleto.

El Vignemale, el Robiñera y la Munia asomándose por encima del llano de Barleto.

Estamos acercándonos al gran hito que corona esta pendiente.

Al haber ganado altura, podemos observar los dos ibones de Barleto, bien escondidos en un rellano en la cara sur de la Punta Suelza. En segundo plano...

...vemos la espectacular Punta Fulsa, arrogante y vertical.

Ya hemos dejado bastante abajo la Punta Maristás, tras la cual aparece, ya en casi toda su magnitud, el Cotiella. A la derecha se distinguen la Punta Lierga y la Peña Montañesa, sus más fieles escuderos.

También gozamos de un precioso contraluz del Posets, la segunda cumbre de la cordillera.

Ya hemos llegado al segundo llano de la loma y podemos ver con más proximidad y detalle el rocoso casco somital de la Punta Suelza, de nuevo al final de una suave y anchísima ladera herbosa.

A nuestra derecha, un verde valle desciende hasta el valle de Chistau, dominado indiscutiblemente por la Llardana.

Por encima del verde valle, la cresta oriental de la Punta Suelza va alternando tramos más agrestes con otros de más llanos...

...hasta unirse con la cumbre de la Punta Suelza, que tenemos cercana, aunque vemos como está protegida tras potentes paredes que tendremos que esquivar por la izquierda.

La loma sur, por la que íbamos transitando, se fusiona con la loma sureste, por la que descenderemos. Esta arista, más agreste que la sur, cae hasta llegar al Pico de la Parda, el domo que vemos en un discreto segundo plano.

Ya sobre los 2800 metros, la loma, que hasta ahora era herbosa y amable, va perdiendo el tapiz verde y empieza a aparecer la rojiza tierra que predomina en la Punta Suelza, sobre todo en su cara norte.

La afilada Punta Fulsa contrasta notablemente con la masiva Punta Suelza.

Los ibones de Barleto han quedado bastante abajo, y vemos como su barranco cae más de 1500 metros hasta el fondo del Valle del Cinca.

Vistosos hitos de gran tamaño van jalonando la arista, con el mágico Cotiella ocupando todo el horizonte sur.

Para salvar la pared meridional de la cumbre el sendero la esquiva por la izquierda.

Ya en terreno rocoso, vamos ascendiendo por la cara suroeste de la Punta Suelza.

Por terreno franco y de suave pendiente, y con vistas a la Punta Fulsa, bajo la cual se intuye el boquete que aloja el Ibón del Cau, nos acercamos a la Punta Suelza.

Finalmente, llegamos a la ancha llanura somital, con poca pendiente y muy rocosa, y tras poco rato llegamos a la cumbre de la Punta Suelza.

Cumbre de la Punta Suelza, con medio Pirineo en el horizonte. Seguramente estemos en una de las montañas con una mejor panorámica de todo el Pirineo, por el notable aislamiento y prominencia de la misma.

No llegamos los primeros a la cumbre, pues estas ovejas están al Sol tan tranquilas. La Punta Fulsa, en un segundo plano, muestra sus dos contrastadas vertientes: la sur con empinadas pendientes herbosas con destacadas agujas y la norte, con bonitas paredes bajo las cuales unas pedrizas de un intenso tono rojizo caen sobre Urdiceto.

Tras unas cuantas ovejas más, el barranco del Cau se hunde hasta Bielsa escoltado por grandes murallas.

Nos separamos algo de la cumbre para gozar de los abismos septentrionales de la Punta Suelza, con el Valle de Chistau ascendiendo entre los macizos de Posets y Perdiguero en el horizonte.

Una intensa calima enturbia el paisaje hacia el sur, aunque podemos distinguir la Sierra de Chía y, mucho menos claro, el Turbón.

Empezamos a descender por la ladera somital para ganar de nuevo la loma sur.

Tras una de las cotas de la cresta, aparece la zona con mayor concentración de tresmiles del Pirineo: el sector Perdiguero-Gourgs Blancs. El Perdiguero, inconfundible, destaca entre la miríada de tresmiles del macizo. 

La cumbre de la Punta Suelza, con una apariencia bastante fiera desde este punto.


Cuando llegamos a la bifurcación de aristas y para realizar una circular, tomamos ahora la arista SE. Desde la encrucijada vemos todo el recorrido a realizar por la loma sureste hasta el Pico de la Parda.

Al otro lado, la loma sur, que hemos utilizado para ascendero.

La loma, más rocosa que la otra, desciende hasta el Collado Verdemené, paso previo al Pico de la Parda, que ahora vemos sin que nada lo tape..

Vamos dejando atrás la multicolor Punta Suelza y la recortada arista de ascenso.
Otro de los grandes, el Bachimala, aparece tras el Paso de los Caballos, principal accidente de la cresta oriental de la Punta Suelza.

Para llegar al Pico de la Parda aún tenemos que superar varias cotas rocosas.

Las primeras cotas las esquivamos por la derecha.

La cota más destacada y la más escabrosa es la última antes del collado y se puede esquivar perdiendo algo de altura y por terreno bastante incómodo. Nosotros preferimos ascenderla, para luego destreparla por un paso algo vertical pero nada expuesto, para llegar al Collado Verdemené.

El destrepe es fácil y poco expuesto.

Esta cota es la más vertical y destacada de toda la arista. Al fondo, la loma sur se marca ante el cielo. 

Desde el Collado Verdemené podríamos descender hasta la Cabaña de Pardinas, pero preferimos ascender al Pico de la Parda, que tenemos a tiro de piedra.

Tras esquivar el último roquedo por la derecha, encaramos el corto ascenso al Pico de la Parda.

La alargada y verde cumbre del Pico de la Parda.

Este secundario pico queda empequeñecido ante la inmensidad de la Punta Suelza, de la cual tenemos una soberbia perspectiva.

También hemos ganado detalle, esta vez por la mayor elevación del Sol, de los macizos orientales. En esta foto, zoom sobre los tres Eristes y las montañas del Sen y Barbarisa.

Para finalizar la ruta tenemos que descender por la cara sur del Pico de la Parda hasta el collado de Pardinas, que tenemos muy cercano. Sin embargo, una empinadísima pala de hierba es la vía para acceder a él, teniendo que descender 300 metros de desnivel en apenas 450 metros en línea recta.

El descenso es incómodo por la endiablada pendiente, que nos obliga a vigilar donde ponemos los pies y en mantener el equilibrio.

Aún bastante por debajo, la pista que llega a la Cabaña de Pardinas.

Vista atrás del tramo realizado, habiendo superado la parte superior, con algún roquedo que hemos tenido que esquivar.

Llegamos al fin al collado de Pardinas, donde nos despedimos del Valle de Chistau y de sus montañas...

...para dirigirnos a la vertiente del Cinca, donde se encuentra la Cabaña de Pardinas, destino final.

La empinada cara sur del Pico de la Parda, por donde hemos bajado.

Dejamos atrás el Collado de Pardinas para emprender el corto descenso al refugio homónimo, donde cerraremos esta circular que nos ha permitido transitar por la grandiosa Punta Suelza, sin duda alguna una de las grandes cumbres pirenaicas.